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HEREJÍAS

Por JUAN MANUEL BUITRAGO

El proyecto del doctor Marulanda

Estuve en Cali la semana pasada sometido a diagnóstico cardiológico de «alta complejidad».  Para pacientes de neurología diseñó el médico Javier Marulanda algo más sofisticado que ahora está emproblemado. Recordé, mirando las paredes del hotel, que hace 50 años había asistido a un curso por cuenta del acueducto de las Empresas Públicas y había logrado dialogar mucho rato sobre el tratamiento que dábamos al agua proveniente del Otún con el ingeniero Arboleda Valencia sabio colombiano que dirigía la Organización Panamericana de la Salud con sede en Lima. Comprendí al escucharlo que estábamos desaprovechando el empréstito del Banco Mundial para la ampliación de la empresa. Nos habíamos dejado distraer con una querella entre oportunistas partidarios de comprarle equipos a Degremont y sensatos defensores del sistema tradicional de filtración. Cincuenta años después, me he dado cuenta de la tontería empresarial cometida en 1972. No atendimos el consejo que me dio el sabio. Olvidando el debate sobre cambios tecnológicos innecesarios era mi deber proyectar un crecimiento para atender toda el área metropolitana y combatir inmediatamente los cultivos contaminantes aguas arriba de la bocatoma.  Vamos a elegir Gobernador y por no conocer el proyecto del doctor Marulanda he repetido mi desidia de hace 50 años. El proyectado hospital colocaría a Pereira entre las pocas ciudades del mundo con tecnología Da Vinci. Demasiado respetuoso el científico candidato al no utilizar para hacer campaña su proyecto. Yo desconocía hasta antier su nivel siglo XXI. Escéptico al comentar la inversión, escribí notas torpes. Al igual que hace 50 años, debo incluirme entre los responsables de no aprovechar para Pereira oportunidades irrepetibles. Fui burócrata cobarde antes y mal comentarista después.

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1 COMENTARIO

  1. Doctor Juan Manuel Buitrago, he leído su columna y le pregunto…¿Además de reconocer su desidia y haber escrito notas torpes como usted dice, ¿no cree que debería en aras de su responsabilidad al reconocer valientemente su desidia, no cree que debería escribir notas no torpes, sino, notas que nos ayuden a todos a entender la importancia del proyecto del doctor Marulanda?
    Cordial saludo

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