POR: CARLOS ALBERTO CARDONA MONTOYA
Por tradición, Navidad es tiempo de compartir, de emocionalidad intensa, de perdón y amor, es el tiempo de la ternura, del mundo de los niños y con ellos de la magia infantil, Navidad debería ser todos los días, en todos los momentos, en todos los lugares.
Son muchas las historias con personajes que identifican el más notable acontecimiento de la cristiandad, el nacimiento del niño Jesús y que por regiones en el planeta, tienen connotaciones variadas; el mismísimo niño Dios, Santa Claus, Papá Noel, el viejito Pascuero y muchos más; nosotros tuvimos el nuestro, Miguelito; es que ese, era como un Papá Noel.
Como decía Jack, el destripador, vamos por partes. San Nicolás o San Nicolasito refiere a uno de los santos cristianos del siglo IV. Los musulmanes habían ocupado el territorio de Anatolia en donde reposaban los restos del que fuera el milagroso obispo de Mira, cuyo mayor prodigio fue la recuperación, mediante la oración, de un montón de niños que fueron acuchillados por siniestros anticristianos en territorio de Turquía; Los cristianos rescataron los restos del milagroso y los trasladaron a Bari, Italia; desde entonces en los tiempos de navidad, san Nicolás visita los hogares en donde los niños dejan unas medias largas verdes y rojas en la víspera del nacimiento de Jesús, en las que Nicolasito deja sus regalos.
La figura de Santa Claus, ó Santa, como se le conoce en América del Norte proviene de migrantes holandeses en la antigua Nueva York, en donde fundaron la Nueva Amsterdam, en sus costumbres estaba la de la celebración de su patrono en la fiesta del Sinterklass cuya festividad se celebra entre 5 y 6 de diciembre; debido a la migración lingüística el vocablo se deformó en la pronunciación como Santa Claus.
Fue un dibujante alemán, Thomas Nasst, quien hacía tiras cómicas para navidad, fue él, quien a mediados del siglo XIX diseño el viejito gordo, bonachón, de barbas blancas, con un traje rojo, inspirado en las vestimentas de los obispos de la época de San Nicolas, cuya naturaleza inspiradora ya estaba muy alejada del santo de Bari; y con la nueva fisonomía, regresó a Europa Central, Inglaterra, Italia, Alemania, Francia en donde el Santa Claus americano se unió con el que en ese tiempo europeo llamaban Bonhomme Noël ,cuya figura física era igual a la de Santa, sólo que, las vestimentas francesas eran Blancas con vivos dorados.
Fue gracias a un anuncio publicitario de Coca Cola para una temporada de navidad, a finales del siglo XIX, que definió la procedencia del nuevo Santa Claus, Papá Noel, desde el Polo Norte al tiempo que caracterizó su trineo y sus renos como su medio de transporte.- Así fue como la magia de la navidad, en un libro infantil, “ The Life and adventures Of Santa Claus”, De Frank Braun se encargó de otorgarle a Clauss, el tíitulo de Santo y el don de la inmortalidad.
Así fue como comenzó la leyenda urbana, de Papá Noel o Santa Clauss, quien durante el año prepara, con la ayuda de numerosos duendes, los regalos que los niños del mundo piden a través de cartas que, dejan al pié del árbol simbólico ó en el pesebre, en donde el mito su suma a la tradición cristiana española, con villancicos y comidas especiales, mientras que Santa ó Papá Noel a las 00 horas del 25 de diciembre lleva los regalos en un saco mágico, en un trineo volador halado por renos que, iluminan el cielo con sus grandes narices rojas, para identificar las chimeneas, ventanas y o puertas en donde los niños que se portaron bien, merecían la visita del bondadoso, personaje.
Un suceso reciente, en ésta víspera de navidad, me obligó a evocar ésta historia, y es que en ésta víspera de navidad se nos fue nuestro Papá Noel, no le decíamos, ni Santa, ni Nicolasito, ni era gordo y tampoco tenía barbas blancas, tampoco tenía trineo, y los renos con los que viajaba por su fantástico mundo, éramos sus amigos más cercanos, le decíamos Miguelito.
De cuerpo pequeño, pero con un pecho inmenso, en donde no le cabía el corazón, sus brazos eran elásticos, estiraban tanto que parecía un estadio, ahí cabíamos todos. La sonrisa de Miguelito era tan contagiosa que, parecía Noche Buena, todos los días, todas las noches; No lo perturbaba ni siquiera la ingratitud de quienes una vez lo quisieron sacar del mercado de la televisión al que él generosamente los trajo; ni siquiera una noche en que nos asaltaron; les dijo a los bandidos: “Aquí tengo una cosa que ustedes no me pueden quitar”. Uno de los bandidos preguntó: “¿Y qué es lo que no te podemos quitar?.. “Este miedo tan H.P” Respondió Miguelito.
Se nos fue nuestro Santa Claus, en plena víspera de Navidad, tiempo en el que solíamos hablar de la navidad, de su historia, de creencias, de mitos, de proyectos y también de travesuras.- Justo en tiempos de una navidad, nuestro amigo Jhon Jairo Posada contraía matrimonio en la iglesia del divino Maestro, atiborrada de personalidades, escoltas, vigilancia privada etc, Miguelito fue cómplice de una tierna travesura: al momento del cura preguntar a Angela si aceptaba o No por esposo al más loco de los renos del trineo de Santa, Miguelito desenrrolló una culebra navideña, yo le pendí la mecha y el caos fue fenomenal. Todavía nos reímos de ese momento.
La fuerza de la nostalgia navideña por la partida del amigo travieso, honesto, generoso, digno, calidoso, nos exprime los ojos.- Miguelito decía que uno tenía niñas de los ojos por que las lágrimas se escurrían por las mejillas, si fueran niños saldría un chorrito.
Claro que nos duele que se vaya, un año después de desplegar una fenomenal lucha contra “la muelona”, pero, con el poeta de la tele, Posadita, lo vamos a recordar con lo mejor de su humor y su sabiduría. Recuerdo que:” El día en que le dije que mi papá estaba muriendo de cáncer, es que esa enfermedad “es una gonorrea de enfermedad”, muy serio me respondió: “Pollo, defínase, se está muriendo de cáncer ó de gonorrea” Enseguida nos reímos a carcajada batiente.-. Escogió la navidad que tanto amaba, para irse.
Chau miguelito, la inmortalidad te la garantizamos porque, permanecerás en nuestra memoria por siempre y, mientras disfrutas de la placidez de Dios, aquí yo, con el loco Posada, tus hijos, Albita y todos los renos de tu trineo, mantendremos abiertas nuestras chimeneas, para que tus brazos sigan entrando en nuestras vidas y nos abracen por siempre, con el amor de siempre.- FELIZ NAVIDAD.
Profe, con qué facilidad convierte su estilo mordaz y terriblemente sarcástico, en sobredosis de ternura. No conocí al señor Miguel, pero me hizo llorar po él.
También me hizo llorar en unos finales. Usted es un ser humano increíble.. Lo admiro mucho. Feliz z Año
Bello y justo texto, Carlitos.
Miguel fue un gran señor: cálido, responsable, generoso. Hizo historia en los medios regionales. Un abrazo
Yo también conocí a don Miguel, y si era como usted lo describe, que linda tónica, gracias, muchas gracias.