POR MARINO MUÑOZ H.
Ya completamos el primer año del “Gran Encierro” mundial, del frenazo de la humanidad y en las primeras de cambio, muchos se atrevieron a plantear, de un cambio de la misma, que nos íbamos a volver más humildes, más solidarios, más HUMANOS!!!!. Pero como siempre la cruda realidad nos da la cachetada que nadie espera: Quienes primero saltaron a la palestra fueron los de siempre. Los Mercaderes de Venecia; en primerísimo lugar el sector financiero, la industria farmacéutica, las multinacionales, las grandes superficies, el sector de las comunicaciones, E-commerce.
Y quién dijo miedo, cada una de ellas hizo su mejor esfuerzo para sacar tajada (ah me olvidaba de los corruptos) de la Gran Crisis, de los estados de emergencia decretados, para ver a cuál de ellos le iba mejor. Y todos a una aumentaron sus arcas, los multimillonarios de la lista Forbes aumentaron sus patrimonios como nunca antes. Humanismo, !qué va’, esa inmensa masa de desamparados, esa sándwich clase media son los que más réditos dan, por un lado o por el otro, directa o indirectamente, las personas o los estados que las tenían que subsidiar; pero alguien pagaba, así sea en crisis mundial, nada es gratis. La ley del mercado se tiene que cumplir o el mercado se acaba.
En el cumpleaños de la Pandemia, podemos concluir, que a los poderosos del mundo y de nuestra nación poco les importa el humanismo, la solidaridad, la equidad, la igualdad. En particular nuestro país que es uno de los más desiguales del mundo, séptimo y segundo en América Latina. En 2017 el Banco Mundial revelo en un informe que el 10% de la población más rica ganaba 4 veces lo que ganaba el 40% más pobre. Así las cosas, es posible concluir que esa desigualdad aumentó con la pandemia.
Y los Estados?. Ni hablar, por ejemplo en Colombia era una herejía plantear que el Banco de la Republica le prestara al gobierno, que imposible, que eso iba contra la independencia del Banco, la regla de oro del mismo, pero para los ricos, pues para el sector financiero si se aplicó, la primera medida de emergencia, destinarles 9 billones de pesos, que nunca les llegaron a los pequeños y medianos empresarios, se los comieron, como siempre, los potentados deshumanizados del país.
Como corolario podemos decir: El Humanismo existe y debe subsistir, pero entre los desposeídos de inmensas riquezas, entre los que aun creemos en la empatía social, en la solidaridad, en hacer el bien al prójimo, en dar de beber al sediento. Llegó la hora de unir mentalidades, pensamientos, deseos de cambio y las próximas elecciones son el primer camino para llevar a cabo esa tarea, vote por quien le apetezca de los sectores alternativos y democráticos, ni un voto por los mismos de siempre que han patrocinado esa gran desigualdad criminal que perdura por nuestra apatía social.
Pereira Febrero de 2021