La artrosis se define como el deterioro progresivo del cartílago articular y alteraciones que se producen en los tejidos circundantes a consecuencia de la lesión original. Es una afección que compromete a todos los integrantes de las articulaciones afectadas: hueso, cartílago, membrana sinovial, tendones y músculos. Aunque el núcleo central de la enfermedad lo constituye la degeneración de los cartílagos y la proliferación del hueso circundante todo lleva a que se produzcan alteraciones en las articulaciones y cambios musculares tendientes a compensar esos desequilibrios. Esta enfermedad evoluciona lentamente y varía en su forma de presentación y gravedad del compromiso de cada articulación provocando desde síntomas dolorosos leves hasta una discapacidad marcada con deterioro notable de la calidad de vida. Esta interferencia en el desarrollo de una vida normal se produce por sus 2 manifestaciones más habituales: el dolor y la pérdida de función y movilidad, dependiendo todo del tipo de articulación más afectada que suele ser rodilla, cadera, columna cervical y lumbar, hombros, manos y pies. La prevalencia de la artrosis aumenta en forma directa con la edad de la población y su importancia radica en que constituye una de las principales causas de discapacidad que incluso afecta su vida social, creando aislamiento por parte del paciente debido a la dificultad para desplazarse o realizar actividades con un deterioro importante en la calidad de vida. Si bien no se conocen con exactitud todas las razones que llevan a padecer artrosis a muchas personas, hay factores que no podemos desconocer por la influencia que representan: predisposición genética, antecedentes familiares, exceso de peso, sedentarismo, nutrición de baja calidad sin el adecuado ingreso de todos los nutrientes necesarios, malos hábitos como fumar y beber en exceso, carga excesiva sobre una articulación, malas posturas en el sitio de trabajo, estos por citar algunos. Las manifestaciones más comunes de la artrosis son el dolor, la inflamación, la rigidez, el calor articular e incluso puede escucharse pequeños crujidos en algunas articulaciones. La persona a veces sufre rigidez articular por la mañana o después de mantener las articulaciones en la misma posición durante mucho tiempo. En el campo de la medicina biológica disponemos de un arsenal bien importante para el manejo de la artrosis como lo es :1- La ozonoterapia que consiste en la aplicación de ozono medicinal en las articulaciones comprometidas utilizados, cantidades y concentraciones previamente establecidas, esta técnica ha sido de gran éxito en el manejo de esta enfermedad. 2 la aplicación de campos magnéticos los cuales contribuyen a la disminución de los síntomas y a evitar que continúe el deterioro del cartílago. 3- Las fórmulas magistrales asociadas de plantas medicinales como el cordoncillo, la romaza, el muelle y el sauce sirven como analgésicos y antinflamatorios sin los efectos secundarios de los analgésicos tradicionales. 4- La aplicación de minerales oligoelementos y aminoácidos también será uno de los pilares del tratamiento de la artrosis. No sobra decir que todas están terapias van asociadas a un cambio de hábitos en lo que hace referencia a la alimentación, actividad física, salud mental y contaminantes de toda índole.