Para Maquiavelo la confianza da asco, para él, es un puente que conduce a la traición. En principio es la creencia o expectativa de que alguien o algo cumplirá con nuestras expectativas, actuará de manera predecible y nos brindará seguridad emocional o material. Sin embargo, y aquí el problema, es que este concepto es frágil como un cristal, fácilmente rompible. Puedes creer en alguien, confiar en sus promesas y expectativas, pero en el fondo no hay garantía de nada; las personas son impredecibles y egoístas por naturaleza, yo sé algo de ti, tú sabes algo de mí, yo tengo un interés en ti y a ti te interesa algo de mí, por eso no nos traicionamos. ¿No te parece patético? Hasta que desaparezca ese interés mutuo, y a ver quien tira la primera piedra de la traición. Yo lo veo como una monedad de cambio, una moneda que puede ser utilizada para obtener beneficios y manipular a los demás. La confianza en manos maliciosas, puede ser transformada en una daga afilada que apuñala al inocente. Amigo, los hombres olvidan más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio. ¿Acaso puedes confiar en alguien si lo que importa más hoy en día es lo material? ¿O el beneficio propio? Sé astuto, juega tus cartas y, sobre todo, no regales tu confianza.
La confianza como sustantivo viene del verbo confiar, un verbo activo transitivo, del latín “confidere”, poner la fe en algo o alguien. Confianza puede referirse a la seguridad en nosotros mismos, a la esperanza de que algo se desarrolle conforme nuestras expectativas, o la familiaridad que tenemos en el trato con alguien, o que alguien se comporte o actúe de acuerdo con lo que esperamos.
La confianza es básica a la hora de relacionarnos, ya que las relaciones se hacen más sólidas, prosperas y duraderas que las que no están. De hecho, las personas que comparten un hecho religioso, suelen basar su fe en la confianza absoluta e inobjetable en Dios y sus designios.
Es inobjetable que la confianza no tiene buena prensa, y es por su misma fragilidad, como el vaso, que una vez roto no vuelve a ser el mismo o como el papel que después de que lo arrugas, por mucho que lo intentes arreglar, mas lo deterioraras. Es por ello que la confianza es uno de los mas grandes tesoros, por ello hay que valorarla, por que la ganamos con el tiempo, pero puede perderse en un solo segundo. Alguien afirmaba, que la confianza no es saber todo del otro, es no necesitar saberlo.
El libro de los Proverbios nos dice: Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus senderos. El Salmo 91 refiere que: El que habita al abrigo del Altísimo, se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.
Padre Pacho
Excelente reflexión.Muchas gracias Padre Pacho.