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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

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La caricatura, medio de expresión artística y crítica.

DANILO SALAZAR

Aunque, según algunas personas, la caricatura, puede considerarse un  pobre medio de opinión sobre la sociedad en una época determinada, y muchas veces se le subestima y  mira como un arte menor, poco sofisticado y orientado hacia las personas con poca formación académica o poca capacidad  de lectura, yo, por el contrario  creo que la caricatura se trata de un ejercicio de gran inteligencia, observación, sensibilidad social y capacidad  crítica frente a la sociedad y sus protagonistas, que retratan conflictos entre grupos humanos con intereses diversos y sus gobernantes y autoridades, sobre todo, para criticar sus yerros y desaciertos y  no para ser su comité de aplausos, y  asumir el papel de áulicos o palaciegos, que tanto desean aquellos que detentan el poder.

Todo caricaturista es por mérito propio, un artista, y me quito el sombrero de respeto ante ellos, porque al igual que los músicos, logran resumir en poco espacio o texto una tesis, sentimiento  del pueblo, o una posición  crítica,  que muchas  veces lleva implícita una diatriba fulminante; precisamente en eso radica su valor.

Esta columna, es un  testimonio de  mi admiración y respeto por esos grandes artistas que, aparentemente, con unos pocos fáciles trazos desnudan el carácter, estilo o talante de un gobernante o funcionario y lo muestran en  su realidad, mezquindad o magnanimidad; sobre todo, admiro su capacidad de independencia frente a los cantos de sirena de los poderosos, lo que los convierte en  auténticos y autorizados voceros del pueblo: de sus ansias, necesidades y angustias y cómo no, autorizados agentes de control político, para evitar que los gobernantes se excedan o abusen del mandato ciudadano, entregado a ellos en las urnas.

En primer lugar, debo reconocer mi gran ignorancia en éste, como en otros temas, que he abordado en estos escritos y doy excusas anticipadas, por las infaltables omisiones en que incurriré, pues aunque no pretendo construir una crónica de la caricatura en Colombia y sus protagonistas, inevitablemente hablaré de algunos de ellos, o de algunas de sus obras.

El primer caricaturista que conocí a  través de los textos de historia, no de manera física, fue el magistral Ricardo Rendón, para entrar en contexto de la época de que hablo, recordaré que la empresa norteamericana, (cuándo no) United Fruit Company, tenía la explotación del banano del departamento de  Magdalena, pero a su vez, en esos mismos años, empresas norteamericanas sembraban y exportaban  banano, desde varios países de Centro América,  con mano de obra nativa, llegando a dominar tanto la política interna y externa de esos países, que los obligaban a someterse a  los dictados y decisiones del gobierno yanqui, por lo que  a estas caricaturas de nación, se les bautizo con el denigrante apelativo de  “bananas republic”.

A comienzos del siglo XX, por allá por los años 20, como resultado de la modernización e industrialización del país, aparecen movimientos sociales organizados, que evolucionan dando origen  a la aparición del sindicalismo, y por el influjo de la revolución rusa,  a la aparición de partidos  de izquierda, convirtiendo la política de esta época en un campo de batalla con muchos actores enfrentados.

Aunque desde 1911 aparecen  los primeros partidos políticos obreros, es a partir de 1920, cuando el sindicalismo toma fuerza y  se hace más visible en Colombia; durante ésta década se presentaron más de 200 conflictos sociales: huelgas obreras y artesanales, protestas estudiantiles, movimientos campesinos e indígenas; a semejanza de los trabajadores de otros países, los sindicatos  nuestros buscaban: aumento de salarios, disminución de la jornada laboral y mejores garantías laborales y sociales.

Prácticamente, desde 1886 el conservatismo estaba en el poder y gobernó, ininterrumpidamente hasta 1930, a ésta época se le llamó “la hegemonía conservadora” ; entre 1926 y 1930 gobernó Miguel Abadía Méndez, quien tuvo que capotear el incremento de las protestas sociales que ocurrieron como consecuencia de la disminución de los ingresos del estado y los consiguientes recortes presupuestales, situación que como siempre ocurre en el país ( mírese lo ocurrido con la pandemia, que afecta a miles de colombianos, que no han recibido la ayuda necesaria, pero que han visto con sorpresa,  la “generosidad del presidente Duque”, prestando a  Avianca 370 millones de dólares, prefiriendo a una empresa extranjera que, ayudar a salir de la crisis  a los propios colombianos) recayó sobre trabajadores, obreros y campesinos, quienes se vieron obligados  a salir a protestar masivamente contra las políticas  gubernamentales y el gobierno usó  la fuerza para intentar acallar el descontento social.

Uno de los acontecimientos, que permite ver la represión  a los movimientos obreros, ocurrió a finales de los 20; en Noviembre de 1928 estalló  una huelga, contra la ya citada  empresa norteamericana. Los trabajadores solicitaban un mejoramiento de las difíciles condiciones laborales a las que los tenían sometidos sus patronos extranjeros, que violaban la legislación laboral colombiana, sin que el gobernante o sus ministros tuvieran el valor civil de reclamar o desautorizar estos abusos, por supuesto, la empresa norteamericana no prestó ninguna atención a los reclamos y  procedió a solicitar apoyo militar al gobierno  nacional para sofocar la justa protesta obrera; y claro, como hubiera ocurrido en  cualquier otra “banana republic” los soldados del ejército de Colombia, la noche del 6 de Diciembre de 1928, “en medio de un confuso incidente” eso lo dicen los textos de nuestra  historia ( pero si se mira el contexto,  aquí  en nuestra patria, ante la protesta social, nuestras autoridades, muchas veces solo utilizan la represión;  cómo brillantemente lo expresó Gaitán “En éste país el gobierno tiene para los colombianos la metralla homicida y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro yanqui”), dispararon contra los inermes huelguistas, que estaban reunidos en la plaza principal de Ciénaga, asesinando a muchos de ellos; sin embargo, la cifra oficial solo reconoce trece muertos, aunque corrieron  rumores, como el que, por ejemplo, recoge nuestro nobel García Márquez en “Cien Años de Soledad”, que  hablaban de una masacre de varios cientos; éste  episodio quedó  en la memoria de la infamia con el nombre de masacre de las bananeras.

A raíz del anterior suceso, la maltrecha imagen del gobernante y su partido terminaron de deteriorarse y  a la mala situación interna, se le sumó la gran depresión económica mundial del  Capitalismo, en 1929, que cerró de manera abrupta las puertas a las exportaciones colombianas, sobre todo de café a  U.S.A., recortando aún más los pobres ingresos del estado, ya  muy maltrechos en esa época.

La masacre delas bananeras ofreció la oportunidad para que un joven abogado la denunciara, e hiciese un debate en el senado, que le significó fama y popularidad y posicionarse como acreditado opositor del conservatismo, y como seguro futuro presidente de Colombia, cosa que no ocurrió  por ser asesinado el 9 de Abril  de 1948, muerte esa sí, en circunstancias  extrañas, que ha dado origen a múltiples  teorías, ninguna de ellas enteramente descartable.

El otro gran protagonista de esta época es  Ricardo Rendón, el más popular e  importante caricaturista político del país en la primera mitad del siglo XX.  Antioqueño que, por su gran talento de dibujante, y sus agudas críticas a través de una  mezcla inteligente de realidad y humor, conquistó la admiración de los lectores  de los periódicos o revistas donde publicó sus trabajos, pues muchas personas pudieron identificar su propio pensamiento en la obra del artista, que  se ganó el respeto y temor de los políticos de su tiempo, porque eran el blanco principal de sus críticas, manifestando  a través de ellas, su  oposición  al régimen conservador, en sus caricaturas evidenció delicadas temáticas de la actualidad de su tiempo:  la negligencia de los gobernantes, la violencia social, los excesos de la iglesia, que en  esa época tomaba posición partidista en defensa del régimen conservador, el imperialismo, la opresión que sufría el pueblo y las situaciones políticas de ese momento.

Para mí, la mejor caricatura de Rendón, es aquella en  que se  evidencia el sometimiento al imperialismo norteamericano en que ha vivido nuestra nación, en esas lejanas épocas, de Abadía Méndez y en la actualidad ( basta recordar el entusiasmo con que el actual presidente colombiano se unió al deseo de Trump, de derrocar a Maduro, mostrándose dispuesto a ser el secuaz del norteamericano, en su empeño  de sacar del poder al venezolano, por las buenas o por las malas. No hay que olvidar  el descaro  con que el secretario de defensa del presidente de  U.S.A., el señor Bolton, llegó a una entrevista, con un papel donde se pudo leer, envío de 5.000 tropas a Colombia, opción  que  de haberse cristalizado, contaría seguramente con el apoyo de Duque, y sería una irresponsable acción guerrerista, donde como siempre  correría  la sangre de los humildes de Colombia ), en la ya nombrada caricatura el presidente Abadía, famoso como cazador y pésimo como estadista, muestra los patos muertos como su trofeo, y el general Carlos Cortez Vargas, señala a su  vez, orgulloso  los cadáveres de los trabajadores bananeros asesinados por estos luctuosos hechos  contra el pueblo humilde, nadie dijo nada ni asumió responsabilidades, como bien lo expresó Gabo, con perspicacia ” en Cien Años de Soledad “,  “ en Macondo no pasa nada, ni está pasando, ni pasará nunca. Éste es un pueblo feliz”. Cualquier parecido con la época actual es:  ¿mera coincidencia?

Una caricatura magistral, porque retrata lo servil y arrodillada de nuestra política exterior, se publicó en el gobierno del DR. Belisario Betancur, y ganó el premio Simón  Bolívar, en ella se ve al F.M.I.  Como un titiritero, y al presidente como una marioneta que dice “Colombia impuso sus condiciones” , pues en esos días, ese organismo internacional concedió un préstamo al país, seguramente con condiciones leoninas,  Belisario con una forzada sonrisa, entregó el premio al ganador. No recuerdo al autor de esa obra.

Actualmente me gustan las caricaturas políticas de Matador, pero no puedo dejar de nombrar las de “picho,pucho y pucheros”, sobre todo la del 30 de agosto, en  ella dos campesinos conversan, uno de ellos dice “ Duque ya tiene Fiscalía de bolsillo, Procuraduría de bolsillo, Defensoría, Medicina  Legal, CNE, El Congreso, La Contraloría y además  persigue opositores y periodistas ¡ ¿ dictadura Uribista ? ¡No, qué va! ; El otro le contesta “ahora si ya podemos declarar  “el estado de   decepción”. ¿Alguien necesita una mejor radiografía de la actualidad del país?

También,  quiero reseñar una  caricatura de la época del escándalo de Odebrecht, que es todo un tratado sobre ese vergonzoso tema, cuya “investigación exhaustiva”  terminó en nada;  en ella,  un periodista pregunta a Oscar Iván Zuluaga sobre el asunto, y el aludido, que se ve como un muñeco de titiritero responde  “yo no sé nada, yo estaba en la maleta “mientras tanto, al lado de ellos, se ve al Dr. Uribe, silbando disimuladamente y mirando para otro lado, intentando aparecer como inocente. La falla es que no recuerdo al  autor de esa maravilla.

Por pura chiripa, en un remate de  textos de segunda, encontré el libro de pepón  llamado “no me crean tan revolcón” y de las muchas caricaturas de ese período, encontré una, que me recordó la era del apagón del gobierno del Dr. Gaviria y el cambio de la hora, en ella, se ve al presidente antes citado, moviendo las manecillas de un reloj de péndulo,  al parecer con su  secretario privado, quien comenta  “que tal, ahora estamos una hora más cerca de Europa”  

Finalmente, porque todo no puede ser política y sus escándalos, les cuento que vi una caricatura, donde un equipo de futbol está posando para la foto, y una gallina que mira, imagina que el  balón que un jugador tiene debajo de sí, es un huevo que está empollando y tiene un niño adentro .

Sería bueno organizar un concurso, para saber cuál es la mejor caricatura de la historia de Colombia. ¿Alguien se apunta a postular  su candidata?    

1 COMENTARIO

  1. Excelente recorrido por la historia y muy buenos recuerdos para no olvidar estos sucesos que nos marcan y de ser olvidados se volverían a repetir…

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