Por FERNANDO ARIAS CARDONA
A 30 años de vigencia de la Constitución Política CP/91, hay quienes sostienen que está viva! Yo creo que está hecha trizas, parafraseando a Fernando Londoño, declarado enemigo del acuerdo de paz firmado con las antiguas FARC.
La promesa política de la CP/91, de “paz y democracia”, está hecha trizas, lo cual se evidencia con el paro nacional que se desarrolla desde el 28 de abril pasado. Por eso recojo esta afirmación: “No estamos en crisis por el paro, sino que estamos en paro por la crisis”, que el bloque de derecha en el poder no sólo ha contribuido a generar, sino que la hace recaer sobre los trabajadores y las clases medias.
El Estado Social de Derecho, pregonado en CP/91, es apenas un enunciado sin contenido real y por donde se le mire, está languideciendo, y para la muestra los siguientes botones:
- Las reformas al régimen de transferencias de ingresos corrientes de la nación para Departamentos y municipios (gobiernos de Pastrana y Uribe), con destino a educación, salud y saneamiento básico, entre otros propósitos, les quitaron billones de pesos, dejando a estos entes territoriales con muchas funciones y sin nada de recursos para cumplirlas. Por eso les preguntan a alcaldes y gobernadores, qué hacer frente a la crisis actual ? y sólo atinan a mirarse unos a otros y alzar los hombros.
- Vía Reformas Tributarias, el Estado ha perdido ingresos, porque con el sofisma de favorecer la inversión y generar empleo, se ha exonerado a los grandes capitales de tributarle debidamente a la nación, sólo con la reforma de 2019, se calcula entre 14 o 15 billones con que fueron favorecidos los más poderosos del país. Pero claro, al no recaudarse lo mínimo necesario, el gobierno echa por el camino más fácil, caerle a los asalariados y a las clases medias. Resultado: Menos capacidad de inversión social, lo cual se traduce en menos salud, trabajo, educación, cultural, recreación, entre otros, para millones de colombianos (as), y claro, el descontento popular creciendo, lenta y calladamente hasta que estalló.
- Con reformas laborales, a la salud y al sistema pensional, se le ha metido un verdadero zarpazo a los ingresos de los trabajadores y pensionados, favoreciendo así, de nuevo, a los más ricos y golpeando al más débil. Esas fueron por ejemplo las leyes 50/90 y 789/02 y el Acto Legislativo de 2005, mediante el cual no sólo se aumentaron los años y edad para jubilarse, sino que les arrebataron a los futuros pensionados, la mesada 14. Todas con el sello Uribe.
A un estado de cosas así, debe corresponderle un régimen político restrictivo, que sea capaz de contener el descontento popular, así se lleven por delante la Constitución tildada de garantista por el catálogo de derechos fundamentales que contiene.
Por eso se ha venido “institucionalizando” el autoritarismo, es decir, arropando con un manto de legalidad a ese monstruoso régimen represivo, correspondiente al modelo de concentración en unas pocas manos, de la riqueza creada por millones de trabajadores y trabajadoras. Si a eso se le suma, la concentración de la representación de las ramas del poder público en las manos de quienes sostienen y usufructúan ese régimen, incluidos los órganos de control (Fiscalía, Procuraduría, Defensoría del Pueblo, Contraloría, entre otros), el resultado es una CP/91, reducida a simple quimera. A esto se le suma el uso de la fuerza pública como arma de guerra contra la población civil que manifiesta su descontento en las calles. Así lo hemos visto durante el paro nacional.
Para algunos pueblos griegos, era una locura que los Atenienses se sometieran a un sistema democrático, se convierte en un riesgo o un reto he ahí las condiciones humanas
Todos los esfuerzos por reunir todas las corrientes para tener una constitución equitativa para todo un pueblo, la hicieron trizas.