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Columnista InvitadoLa cultura ciudadana, una necesidad latente

La cultura ciudadana, una necesidad latente

Por Sergio García. –EL OPINADERO JUNIOR.-

Cuando intentamos buscar una definición o un concepto personal sobre el comportamiento ciudadano, o ciudadanía  y todo lo que conlleva, nos encontramos con que hay tal diversidad de pensamientos que ni nosotros mismos encontramos una idea propia, quizás para muchos puede significar una cultura de respeto, amor y paz, para otros se refiere a cumplir con las normas y leyes establecidas por la entidades estatales, y está el que piensa que es una forma de convivir todos en armonía, donde prima la libertad, el amor y la paz; si analizamos todos estos conceptos que encontramos en nuestro diario vivir, notamos que todos tienen la razón y podemos darle la validez al asunto. Para mí, es la suma de estos aspectos y muchos más, pues no se basa en un solo enfoque, sino en recoger cada uno y aplicarlos a nuestra percepción y la de la sociedad, creando una especie de empatía para entender la visión de los demás y acoplar la nuestra. Además, ciudadanía no solo atañe a los conceptos anteriormente mencionados, sino que también tiene una connotación política, en cuanto a la conciencia de elegir y ser elegido democráticamente, cuando una persona tiene conocimiento y conciencia de la importancia de elegir bien a sus gobernantes ejerce su capacidad de ciudadanía integral, elegir bien no solo es un derecho, sino que también es un compromiso ético y moral del ser humano. Y es en estos temas en los que nos enfocamos un grupo de personas que hacemos parte de un semillero de investigación, llamado Gliglicos, espacio académico para dirimir teorías, conceptos y posturas socio-políticos. 

Continuando, podemos crear una empatía y correlación de las perspectivas, pero surge otra gran interrogante, y es ¿Dónde nos enseñan esta forma de comprender la vida, la ciudadanía y sus componentes? pues podemos decir entender al otro, ¿pero será qué él también nos comprende a nosotros?; para el vecino la percepción de una educación ciudadana puede ser con principios, valores y una ética diferente a la de nosotros, porque cada quien tiene características intrínsecas diferentes; esa pregunta podría ser la causante a una verdadera formación ciudadana, pero lamentablemente si dos o tres se ponen de acuerdo es mucho, una sociedad donde lamentablemente se encuentra una polarización de principios, creencias, llámense religión, política, ideologías, entre muchas más, pues hoy en día hay demasiadas ramas e infinidad de teorías y opiniones sobre un tema, pues lo único que hace esto es crean una incertidumbre en quien tiene la verdadera razón, muchos le dicen bueno a lo malo, y otros a lo bueno malo, creando de esta forma conflictos que en muchas veces son innecesarios.

Ahora bien, para mí la verdadera educación ciudadana no se enseña en la escuela, colegio o universidad; estas ayudan a complementar  la percepción que se debe tomar, pero el primer lugar donde debemos aprender a ser ciudadanos es en nosotros mismos, es decir, conociéndonos a nosotros mismos, ¿Quién soy?, ¿Qué quiero?, ¿Por qué lo hago?, cuando nos identificamos y nos auto reconocemos en actitudes, principios, creencias y acciones, nos es más fácil entender al otro, porque es muy difícil entender al de al lado y no a nosotros mismos. Después de identificarnos, es adecuado comprender nuestro papel en el núcleo social más cercano, es decir, la familia, ya seamos hijos, padres, hermanos, comprender el lugar que ocupamos y el de los demás, así mismo en cada uno de los equipos, grupos o lugares donde convivamos con otras personas y aún seres vivos (Animales y plantas). Porque todo lo que nos rodea nos enseña algo por más insignificantes que sea, el ser ciudadano no se nace, sino que se hace, entendiendo y comprendiendo a la persona de al lado, respetando su opinión pero también haciendo respetar la de nosotros, es un 50/50, conviviendo con nuestro entorno sin buscar imponer los nuestro; al fin y al cabo nuestro paso por este mundo es fugaz, y debemos buscar la manera de hacerlo más ameno y amigable en nosotros y en nuestro entorno.

De manera que invito a las personas a que reaccionen ya, el vivir en paz no se trata de gobernancias ni guerra de poderes, se trata de humildad, de amar al prójimo como a ti mismo, de ser un ciudadano honesto y responsable. Cuídate y cuida a los demás.

“Quien no vive para servir, no sirve para vivir”

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1 COMENTARIO

  1. También se educa al ciudadano desde el hogar; a los que ya nos adornan algunas canas, nos tocó de niños compartir y conciliar aspectos como la habitación, el baño, los juegos, la televisión, la ropa, la cocina y los deberes del hogar.
    En las nuevas generaciones la posesión es más importante que compartir, mi televisor, mi baño, mi ropa, mis juegos, sólo tienen derechos y no deberes, algunas cosas del pasado deben regresar para reconstruir la ciudadanía

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