Un cuento para reflexionar sobre el secuestro de la identidad.
Érase una vez un espeso bosque en el cual vivía una familia conformada por 6 hermanos, Papá y Mamá. Papá se llamaba Don Crédulo y se pasaba todo el tiempo sembrando la tierra, Mamá se llamaba Doña Mística y los hijos se llamaban Fake, Nini, Game, Canaval, Scroll, Fem, Mach y Rigth y Left.
Un día la familia decidió salir de paseo al bosque, cuando de repente escucharon unas carcajadas, parecía un espanto del quien se decía que generaba unos encantos de los cuales nadie nunca se habría curado, al escuchar semejante sonido tan estruendoso Don Crédulo decidió seguir por otro camino, llevando a su familia por terrenos seguros por donde el espanto no se atrevería a entrar.
Llegaron a una via que se bifurcaba formando dos caminos diferentes. Fake dijo que no se podía cruzar hacia el camino de la izquierda porque por allí se llevaba a la casa de un rey malvado que convertía a todos los que ingresaban en miserables, por su parte Left decía que si se iban por el camino de la derecha encontrarían a otro rey malvado que les esclavizaría para trabajar en las más inhumanas condiciones.
Ante tal advertencia, la familia decidió seguir un camino alternativo que aparecía en el centro, se veía muy estrecho, pero parecía más seguro, sin embargo, Nini no quiso seguir adelante, prefirió quedarse sentado en una piedra a la entrada de la bifurcación, ya que su naturaleza era no hacer nada, no quería seguir adelante. Game en cambio puso la mayor energía y emprendió su ingreso, pero allí en lo más espeso del bosque comenzó a jugar a esconderse hasta que nadie lo pudo hallar.
Canaval decidió tomar unos hongos que le dijeron podrían ayudarle a encontrar el camino correcto, así que comenzó a comerlos hasta que perdió el sentido de la lógica y se embolató en el bosque, Scroll por su parte comenzó a ver el álbum de fotografías de cada árbol y se entretuvo en medio de tal espesor de la selva hasta perder de vista a su familia.
Mach se enojó porque era Fem quien iba adelante, así que los dos emprendieron una discusión que los dejó atorados en unas arenas movedizas, Rigth seguía discutiendo que debían seguir por ese camino de la derecha, mientras que Left decia que no era lo indicado e invitó a la familia a devolverse y pasar al otro camino, el de la izquierda.
Así las cosas, cada miembro de la familia se fue quedando atascado en el bosque espeso hasta que llegó el espanto y los convenció de que venía a mostrarles el verdadero camino. Entonces sacó su varita mágica y les lanzó un hechizo diciendo: cada uno sea prisionero de la etiqueta que lleva en su frente y en su corazón. Cada uno vea solo por los lentes que voluntariamente se ha puesto para observar de forma diferente al mundo y a su gente.
La familia le recriminó al fantasma por haberlos hecho perder en el bosque, a lo que él respondió: no he sido Yo quien les hechizó, son Ustedes quienes fueron etiquetados por desear pertenecer a algo, por desear identificarse con un grupo, con una forma de pensamiento, es así como sus pensamientos, emociones y palabras han sido secuestrados, en su programa solo está el virus genérico que únicamente admite pensar a favor de lo que está instalado y en contra de lo que no se ha instalado aún.
Finalmente, aparecieron tres exorcistas, la primera se llamaba Lógica, quien levantó su varita mágica enviando un conjuro a través del cual ordenó a cada miembro de la familia sacar de lo más profundo de su ser la naturaleza original, pensar como si no fuesen lo que son sino como si fuesen niños, el segundo exorcista se llamó espíritu quien ordenó desalojar la pereza del interior del ser y generar un impulso vital que se reconciliara con lo sagrado, así el ser humano dejaría de pensar en el miedo y la rabia frente a los demás y conseguiría la paz de su interior y el tercer exorsista llamado sentir, sacó su varita mágica y ordenó vivir cada emoción, aceptarla y si era positiva y constructiva disfrutarla, vivirla y si fuese negativa reflexionar sobre su razón de ser y las alternativas de vida frente a esa emoción negativa.
Solo así, con los tres hechizos el ser humano recuperaría la capacidad de asombrarse y de reflexionar sobre su camino sin los sesgos que tenía la etiqueta que les entregó la sociedad en algun momento cuando simpatizaron con una forma de ver la vida.
Analizar cada situación a la vez y permitirse pensar diferente a como lo hicieron en el momento anterior, permitirse odiar lo que se ama cuando eso que se ama se convierte en trampa que se roba la vida, aunque sea por segundos y amar lo que se odia, cuando eso que se odia deja ver en sus argumentos la intención de construir y crecer desde la esencia de la bondad.
La adhesión a corrientes ideológicas, políticas y de todo tipo de sectores que dividen a la sociedad nos está dejando sin amigos ni parientes, sin maestros ni referentes espirituales, sin ley y lo peor nos está despojando de la identidad propia para asumir como estilos de vida roles artificiales que fueron creados para ser formas temporales de pensamiento pero que al no encontrar alternativas razonables en la realidad el ser humano se refugia en ellos, colocando un filtro permanente que hace que todo pensamiento, emoción o acción primero obedezca a la simpatía con algo antes que a la libertad de pensar, sentir y actuar en justicia y razón.
lrfranco@utp.edu.co
Felicitaciones, toda una obra maestra de la espiritualidad. Gracias por tanto talento!!
Muchas gracias Solángel por tan generosa apreciación. Un abrazo y Saludos¡¡