La hipocresía es “el colmo de todas las maldades” decía Moliere y “más vale un minuto de vida franca y sincera que cien años de hipocresía”, Ángel Ganivet.
Se define la hipocresía como el “fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”
La hipocresía es una de las herramientas más utilizadas por los políticos para perpetuarse en el poder puesto que suelen fingir actitudes virtuosas, moralidad inquebrantable, compromisos con la verdad y la justicia, mientras ocultan sus verdaderas intenciones.

Confiar en los políticos es difícil debido a la falta de sinceridad, que lleva a disminución en la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
La hipocresía es una práctica común de los políticos
El político que dice luchar contra la corrupción, pero está involucrado con ella. Muchos utilizan esta estrategia con el propósito de ganar confianza entre los ciudadanos, prometiéndoles erradicar la corrupción y la impunidad, pero las utilizan en su propio beneficio.
Muchos dicen estar en favor de la igualdad y la justicia, pero promueven políticas que benefician al gran capital, en lugar de a los más pobres y más necesitados.
La hipocresía política no solo afecta la confianza que la ciudadanía debería tener en los políticos, sino que tiene gran impacto en la verdad y la ética de la política.
La verdad y la sinceridad deben ser pilares fundamentales en la democracia, su deterioro lleva a la desconfianza y polarización política.
La ética en la política determina como se debe actuar en el ejercicio del poder y la toma de decisiones.
La hipocresía política corrompe la ética mostrando comportamientos engañosos y deshonestos que conducen a disminuir la confianza que la ciudadanía debería tener en las instituciones y en la capacidad de los políticos para tomar decisiones justas y éticas.
Los que utilizan la hipocresía para perpetuarse en el poder deben ser señalados y expuestos para restaurar la confianza y la integridad en la política.
Los ciudadanos tienen derecho a saber las verdaderas intenciones y acciones de los políticos que los representan, y es deber de los medios de comunicación objetivos e imparciales y la sociedad civil investigar y denunciar cualquier forma de hipocresía en la política.
La formación ética y moral es importante para los políticos en campaña. Es en este escenario, donde deben demostrar conductas intachables y compromiso verdadero con la verdad, la justicia y la honestidad y ser coherentes entre lo que dicen y hacen.
La hipocresía se refiere también a la práctica de pretender tener creencias, sentimientos o virtudes que no se poseen.
Los políticos a menudo prometen lo que no pueden o no tienen la intención de cumplir.
Pueden decir una cosa en público y hacer otra en privado.
La hipocresía política es común en todo el mundo y los ciudadanos deben ser críticos y cautelosos al evaluar las declaraciones y acciones de los políticos.
Los ciudadanos deben estar alerta y no dejarse engañar por la hipocresía política.
Javier
Javier
LA HIPOCRESÍA POLÍTICA ES LA INCAPACIDAD DEL SER HUMANO DE NO PODER SENTIR UN POCO DE COMPASIÓN POR SU PUEBLO
El individuo es el producto del poder y cuando los políticos beben de este trago amargo por naturaleza cultural y biológica se vuelven hipócritas y mentirosos is como han sido todos los políticos colombianos sin excepción
El sometido en este caso que es el pueblo colombiano ni siquiera es consciente de su sometimiento y es así como la hipocresía de los políticos se acepta de forma natural ya que reina en el inconsciente colectivo
Para Oscar Wilde
Espero que no hayas estado llevando una doble vida, aparentando ser malvado y bueno todo el tiempo. Eso sería hipocresía. ABRAZOS DIGITALES
Carlos Alberto jimenez
Es una manera sutil de llamar mentiroso a los que mienten. Muy inteligente la columna, pero a la gente en general, los que votan, los que hacen el esfuerzo y el ejercicio de ir a las urnas, les gustaría mucho más saber la VERDAD de todo que oir fantasías.
A veces hasta nosotros mismos, al ser tan «comprensivos» con algunas verdades y no llamatlas concretamente por su nombre, nos tornamos en unos solemnes hipócritas .