OJO CON EL CINE
Gracias a los que me han regañado y a los que me han felicitado (más pocos), por mis más recientes columnas de cine. Unos me dicen fantasioso y otros, al contrario, me dicen arrogante. Eso está bien. Me obligan a pensar y a concentrarme mucho más en este oficio desagradecido, que hacemos más por amor que por vanidad, para compartir ideas y pensamientos sobre ese maravilloso arte que nos tiene embobados desde 1985, cuando un par de hermanos (los Lumiere), por insinuación de su padre (don Antonio), lo inventaron; pues lo que sí es verdad, es que lo hago con la intención de sentar una posición frente a lo que quieren decir y/o contar las películas, sus directores, sus guionistas y hasta los que se inventan las historias que ese grupo de personas quieren contar a los millones de mortales que habitamos este planeta, pero que en su interior, a veces, edulcoran con pócimas de veneno que nosotros, los enfermos por indagar, revelamos para advertirlo a los espectadores que nos leen o escuchan y lleguen a las salas de cine (o a las pantallas de su computador u otros dispositivos) con una serena, benévola y mínima preparación, para consumir un producto que fácilmente puede causar una indigestión intelectual.
Tuve una pequeña conversación con el amigo de Steve Jobs y Bill Gates llamado Google, que tiene en su disco duro, una amplísima información de muchas cosas y que al preguntarle por la importancia que para él tiene el cine, me dijo entre otras cosas, lo siguiente:
“El cine surgió en 1895 como un modo de entretenimiento y de expresión artística, que narraba historias animadas, al principio, sin poder reproducir audio. Sin embargo, su importancia principal es que resultó una herramienta de influencia ideológica debido a su gran impacto visual, que fue aprovechada por diversos partidos políticos del siglo XX. El cine no solo permitía contar una historia y transmitir información, también podía transmitir emociones vívidas al espectador, de manera más intensa que las provocadas por los periódicos o la radio.
El cine como entretenimiento
El cine se destaca por su capacidad de entretener, tanto a los niños como a los adultos. Es una de las disciplinas artísticas que admite la mayor variedad de público debido a la diversidad de géneros que ofrece: películas de humor, drama, policiales, documentales, entre otros. Es un arte que permite captar la atención del espectador como ningún otro medio, desarrollando su imaginación, emociones y todos sus sentidos.
Por último, la importancia del cine se da por su particularidad de poder brindar su servicio de entretenimiento en toda época del año, sin importar si llueve o nieva. Es decir, si es un día lluvioso uno no puede ir, por ejemplo, a una plaza, pero sí a un cine o ver una película desde cualquier dispositivo digital, en cualquier lugar.»
Un promotor de la creatividad
Así mismo, se considera importante al cine ya que es un espacio creativo que promueve en el espectador el desarrollo de la capacidad imaginativa, permitiendo que experimente situaciones y emociones irreales, de manera muy vívida. Eso se logra a través de un buen guion de la historia, interpretado por un gran elenco de actores y que son dirigidos por un director idóneo. Ese trabajo en conjunto representa algo más que solo narrar una historia de modo audiovisual, genera una experiencia para el espectador.
De alcance mundial
Otro aspecto que lo hace importante, es que permite compartir los contenidos en cualquier región del mundo. Las películas pueden contener subtítulos o ser traducidas al idioma local. Sin embargo, existen ciertos países que ejercen restricciones cuando las tramas de las películas hacen referencias a cuestiones religiosas o culturales, que no son aceptadas en su nación.
El cine nos permite conocer realidades que muchas veces desconocemos o nos resultan alejadas de nuestro estilo de vida, como películas que narran la vida en una villa miseria, por ejemplo, Elefante Blanco o Ciudad de Dios, entre otras.
El cine y la tecnología
El cine se mantiene en constante innovación y ha alcanzado un nivel de desarrollo tecnológico muy avanzado. La ambición de las productoras audiovisuales por superar las películas anteriores, lo impulsa a buscar nuevas herramientas que permitan obtener mejores efectos especiales, mejora en la calidad de imágenes y de sonido, en definitiva, una mejor experiencia e interacción para el espectador.
El cine es importante por su posibilidad de generar representaciones mentales y emocionales en el espectador, a fin de brindar entretenimiento. Es una expresión artística que alcanza a uno de los públicos más variados, desde sus gustos, edad, nivel de educación e idioma. El cine traspasa las barreras culturales y puede llegar a todo el mundo. Por eso, también resulta una importante herramienta para transmitir ideas y conocimientos”.
Pero el cine también se ha vuelto una porquería. Se hacen miles de películas inmorales, violentas, agresivas, ridículas, sosas, bobas, experimentales que no dicen nada, tremendistas, mentirosas, propagandistas, maniqueas, ridículas, excéntricas, banales, tendenciosas, llenas de dudas que se proponen como soluciones y en fin, que no sirven para nada, que solo alimentan los bolsillos de esos tramposos que se valen de la ignorancia de los miles de millones de consumidores para perpetuarse en esta industria que, ayudada con la alta tecnología, todo lo logra y por ello, solo por ello, es que no dormimos.
Insisto, el cine debe ser inteligente y ayudar a formar espectadores inteligentes.
Así de sencillo.
Ojalá no me lean los que me señalan como arrogante, pero que aprendan que el cine debe ser hecho por personas inteligentes y que tienda por formar públicos también inteligentes.