Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadLa letra el número y la cosa

La letra el número y la cosa

EL NUEVO LIBRO DE JULIO CÉSAR LONDOÑO.

Colombia ha sido un país de poetas y novelistas, pero  también ha sido un país de ensayistas. Los segundos sobreviviendo a la sombra de un gran árbol donde el mercado editorial lo signa y domina la narrativa y de vez en cuando la poesía, géneros que cuentan historias y cantan a la emoción o al sentimiento. Pero el ensayo tiene poco mercado, cuando no es que esta circunscrito solamente al ámbito académico, pues los libros de este tipo son editados y publicados por los fondos editoriales de las universidades y circulan entre profesores y estudiantes, pare de contar.

Excepciones a la regla las hay, claro, aunque encontrar consumidores librescos de ensayo es escaso, ya lo dijimos, las estanterías de las librerías siempre tienen más adeptos en la sesión de narrativa que en la sesión de pensamiento crítico, humanista y/o filosófico, de hecho para un libro recién salido al mercado y de un autor de prestigio como es Julio César Londoño  al momento de preguntar por La letra el número y la cosa en la librería, la señora librera frunció el ceño y casi no lo encuentra. Recuerdo que lo sacó de un lugar poco visible a simple vista, buen augurio, las mejores ideas siempre están en un rincón inexplorado de la mente y salen de repente cuando sabemos explorarla.

Decía entonces en el primer párrafo que Colombia ha sido también un país de ensayistas, profundos como Baldomero Sanín Cano  u Orlando Mejía Rivera, que mezclaron el periodismo con la reflexión y el rigor ensayístico, Históricos y profundamente políticos como Germán Arciniegas, barrocos y de lenguaje refinado como Espinosa, polémicos y groseros como Fernando Vallejo y de alto vuelo poético como William Ospina, quizá el mejor ensayista de los últimos tiempos en el país y de los que más vende ensayo, sus libros de este género los publican grandes cacaos editoriales y se exhiben de primeros en los stands de las mejores librerías del mundo. 

Pero los ensayos de Julio César Londoño, tienen otro adobo en esa carne que le hacen diferente. Ese adobo es la especulación libre sobre un tema que elige, como si metiera la mano en un sombrero de copa inglés y sacara un papelito con un tema anotado. Recuerdo por primera vez su nombre en un ensayo que guardo en mis carpetas de la universidad llamado Historia de una mala palabra, un magnífico y corto ensayo donde este autor prueba su teoría de la especulación en el ensayo, disertando de manera libre, sin tabúes ni tapujos sobre la historia del vocablo Puta, en la etimología grecolatina de nuestro idioma. Lo que a simple vista sería un texto para un filólogo, termina volviéndose un ensayo de divulgación para cualquier lego en un tema, pues ese adobo principal esa sustancia vigorosa de su prosa ensayística está mediada por el chisme, ese acto de habla, ante el cuál el más provecto de los hombres o la más parlanchina de las mujeres, se acomodan en la silla, piden otro café y escuchan con atención, como si fuera lo último que oirán en sus vidas.

Y es que la Letra el Número y la cosa, ensayos al filo de la navaja, publicado este año por Planeta, es un libro de ensayos sabroso, es una serie de chismes literarios, políticos, científicos, fashionistas, y de otros temas muy bien echados. La sensación que me dio al leerlo es como si tuviera a Julio César, de quién puedo preciarme de conocerlo  y haber  sido cursante de uno de sus talleres de creación literaria,  decía, es como si me estuviera tomando  con él un chocolate bien parviado, mientras me cuenta los intríngulis de un escritor colombiano preso en México y una escritora polaca con la que este caballero se carteaba, o los pormenores del puñetazo más famoso de la literatura entre dos premios nobel, o las contingencias de la obra de un argentino universal, o las afrentas de una ajedrecista que se atrevió a ganarle al más grande de todos los ajedrecistas del mundo, o una queja sobre el precio de los libros y su experiencia vital con ellos o la locura y demencia  de un científico que ha dedicado su vida al estudio de la mente, estos y más temas literarios, políticos y hasta de moda  contiene este  libro que desde el inicio se convierte en un reto leerlo y que se saborea con la misma sonrisa de oreja a oreja con el que se degusta, se oye y se deleita un buen chisme.

Y acá me atrevo a hacer una especulación final, de acuerdo con el principio del que parte Julio César Londoño para sus ensayos; qué cuentos ni qué nada de que el origen de la literatura está en los himnos de una sacerdotisa acadia, ni en los himnos homéricos, nada de eso, el origen de la literatura está en el primer hombre chismoso, (porque el primer chismoso, estamos seguros, fue un hombre) que cansado de las labores cotidianas le contó a otro,  como fulanito hacia tal o cual cosa, o cortejaba a una menganita de la casa de enseguida, o que perencejo le dijo a un tal y Pascual y que era un tal por cual y ese chisme contado en un rato libre, en un espacio de ocio, dio inicio a la literatura y al ensayo y me permite, como dice un buen chismoso, “dicen que así fue”, pero no se lo sostengo a Nadie.

A leer La letra el número y la cosa, no se aguanten las ganas de ese chisme y me invitan a un café y lo charlamos.

MIGUEL ÁNGEL RUBIO OSPINA

@rubio_miguel

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos