
Por: Carlos Alberto Cardona Montoya
CONTRACRIICA: Con Humor, Amor y ardor
No hay duda, después de la Peste China, nada volverá a ser igual; la cuarentena empieza a hacer su efecto a fuerza de mirarnos en casa más de lo “normal”, las ideas necesariamente cambian. – Lo sentí cuando le dije a mi esposa: “En 36 años de casados veo que tienes unos ojos hermosos”, Su respuesta no fue menos sobrecogedora: “Si, pero usted hace mucho tiempo que no me compra ni unos calzones”. Con humildad lo acepté, pero es que yo no sabía que ella estaba vendiendo ropa.
El crecimiento de la infestación, las cifras de muertes, la paulatina ocupación de la precaria disposición hospitalaria, los esfuerzos para que la capacidad de respuesta médica no se desborde, producen un miedo tan HORRIBLE que, para ocupar la mente, muchos estamos viendo conciertos por streaming, revistas que nunca habíamos leído, visitas virtuales a museos, conferencias de milemnials sobre la importancia de la hiper- conectividad; cualquier cosa. con tal de no limpiar armarios, lavar la loza o cambiarle pañal al chiquito. Realmente hacía mucho tiempo que no sentía este deseo compulsivo por ir a hacer un mandado.
Cuando las recomendaciones para no morir por Coronavirus son: Estar a un metro de distancia, no tener contacto físico, no besar, creo que para muchas parejas de casados, es fácil, porque es mantener su vida normal; pero cuando el domingo golpean la puerta de la casa a las 7 am y una voz ronca y vibrante grita desde el exterior mientras golpea la pobre puerta y dice “Somos los Testigos de “jehová!, sabemos que están adentro” uno empieza a temblar, es como si fuera el fin del mundo, y al final ¿Sabe qué? Es que empezó el fin del mundo.
Mírelo así, en 1823, Cuando el presidente Estadounidense James Adams proclamó la doctrina Monroe, que es el principio de la política exterior de Estados Unidos de no permitir la intervención de las potencias europeas en los asuntos internos de los países del hemisferio americano; ni siquiera cuando los mismos gringos, coautores de la victoria en la segunda guerra mundial en 1952, generaron el Plan Marshall para la reconstrucción y recuperación de Europa; era impensable que el imperio capitalista paralizara su fenomenal aparato productivo por culpa de un bichito que, a fuerza de estornudos, mocos y fiebre, puso a los godos del mundo a practicar un socialismo forzado, como en efecto ocurre entre nosotros.
Hoy, ante el imperio del COVID 19 ó SARS V2, las doctrinas clásicas que dieron origen al capitalismo salvaje hasta el nauseabundo neoliberalismo; desde el mercantilismo del siglo XV, la Fisiatría Francesa del Siglo XVIII que contra el feudalismo protegió los intereses de los terratenientes, todo lo que sobrevino después de la revolución industrial, todo lo que en defensa del capital ensombreció la calidad de vida en nuestra sociedad; todo eso sirve para lo que sirven los cargamentos de papel higiénico que la asustada población sacó de los D1 y Mercados del mundo, para Nada. Por ejemplo, los 80 mil millones que “donó” Sarmiento Angulo no es ni el 0.4% de los 16.4 BILLONES que su grupo ganó el año pasado, como si Dios le fuera a perdonar el crimen de no congelar las deudas de sus cuentahabientes en ésta horrenda pandemia, ¡Qué pecao!, Satanás lo espera en la paila 13, en la que se van a cocinar los codiciosos vampiros usureros como él.
La nueva doctrina la está dictando el Virus, todo va a cambiar, En el fútbol, por ejemplo, ya no habrá marca hombre a hombre, porque tienen que tener un metro de distancia. El policía no podrá “raquetiar” porque el “raquetiado” desconoce a quien tocó y corre peligro de contagio, el sexo virtual será el refugio de los frívolos promiscuos, y las plataformas virtuales serán en adelante el nuevo opio del pueblo, que somete, que emboba, que idiotiza; y como para la pendejada no han inventado nada, Ahí les queda la nueva doctrina, EL CORONAVIRUM, que tiene a los gobiernos godos del mundo pensando y actuando de emergencia social con la población pobre, pero pa que los ricos no se enfermen uy, Qué caso.