Por ADRIANA VALLEJO DE LA PAVA
El gobierno nacional tiene lista la nueva reforma tributaria que presentará con mensaje de urgencia el próximo 20 de julio al Congreso de la República. El proyecto busca la generación de $15,2 billones de pesos que son necesarios para suplir el déficit fiscal producto del incremento en el gasto público como consecuencia de la pandemia.
Del análisis preliminar a la información oficial del Ministerio de Hacienda se puede concluir que el nuevo proyecto ha sido socializado con diferentes sectores políticos, sociales y gremiales y ha corregido gran parte de los errores del cuestionado proyecto de reforma del exministro Carrasquilla.
El nuevo proyecto no contempla afectar las personas naturales y de esta forma no impacta la capacidad de consumo de las familias, en especial de la clase media. No habrá para ellas modificación a la base gravable, ni a las pensiones, ni al IVA, tres temas sensibles, que con razón generaron gran rechazo.
Igualmente, se atiende el llamado de varios sectores para fortalecer los ingresos siendo más efectivos en la lucha contra la evasión. Ojalá se incluya también la lucha frontal contra el contrabando y el lavado de activos, que representa grandes fugas de recursos del erario.
El impuesto de renta de las empresas quedaría en el 35 % de manera permanente, es decir, no llegará al 30% como se esperaba en la reforma del año 2019. Habrá sobretasa temporal de renta para los bancos y para las entidades del sector financiero del 3 % hasta el año 2025.
Otra solicitud que es atendida con la nueva propuesta de reforma es el desmonte de beneficios y privilegios de los que gozan algunos contribuyentes, como son descuentos, exenciones o deducciones específicas. Se incluye también la propuesta para desmontar la rebaja en el pago del impuesto ICA, que aún no empezaba a aplicarse.
El gobierno propone implementar un plan de austeridad en el gasto y establecer uno de normalización tributaria transitorio con el que se pretende traer los capitales que tienen los colombianos en el exterior sin legalizar. Aunque el momento político no es propicio para esta reforma, el país la necesita para cubrir el gasto social y dar un mensaje de confianza a los mercados internacionales.
Por último, la aplicación de los nuevos recursos y ahorros de la reforma merece una discusión más profunda para valorar su impacto en la reactivación social y económica que requiere el país.
Msc Ciencias Administrativas y Desarrollo
Twitter:@VdelaPava