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PolíticaLa nuez de la política se llama plata

La nuez de la política se llama plata

Por LUIS GARCÍA QUIROGA

La noticia de pasillo es que esta vez el valor de un voto será mucho mayor. Ya viene la campaña electoral y el festín de los impagables “líderes” zonales y de barrio (verdaderos dueños de los votos). La nuez de la política no son las ideas, es la plata.

Votos más caros, porque los políticos tradicionales que sin pudor en las primeras semanas de la cuarentena publicaron fotos en las redes sociales repartiendo bolsitas de mercado, después, en medio de la hambruna, se escondieron. Es una especie de ironía Malthusiana.

El británico Malthus pronosticó a inicios del siglo XIX que la población mundial tendría un crecimiento inversamente proporcional a la producción de alimentos. Más que una teoría, parece una maldición en un mundo que mata hasta las abejas, sin las cuales no habrá comida.

Absurdamente en climas y suelos feraces y próvidos como la zona rural de Pereira, la tierra cultivable la venimos convirtiendo en urbanizaciones, fincas de recreo y pasto para ganado. La mayor parte de los productos vegetales, con demanda en ascenso y cada vez más caros, vienen de la sabana cundiboyacense; y los granos como el maíz, son importados.

Así pues, los votos de la próxima campaña política (a la inversa de Malthus) tendrán un costo directamente proporcional al costo de vida, al hambre y a la pobreza creciente. Y surge allí un dilema de percepción: o el hambre de la pandemia es un problema para los políticos; o es una fortaleza, porque al tener más clientela (léase pobres) tendrán más votos potenciales y no nos extrañemos que aumenten las votaciones, pues la financiación de las campañas también es directamente proporcional a la capacidad de los “inversionistas”. Habría que agregar este fenómeno político-económicosocial a la teoría Malthusiana.

No obstante, los caciques políticos -con contadas excepciones- creen tener serios problemas para financiar sus aspiraciones electorales. Por primera vez se dieron cuenta que “no hay plata que aguante” y habilidosamente iniciaron la estrategia de penetrar y cooptar organizaciones empresariales donde a cambio de beneficios (léase contratos) les dejan meter las manos.

Así por ejemplo, alarmados, algunos empresarios sanos (que los hay) están revisando “el cambio” que se está dando en la más importante organización gremial de la ciudad, en donde el desfile de ex funcionarios públicos llegó de súbito y silenciosamente al relevo. El hecho se califica como una toma electoral; pero como siempre, no pasa nada.

Estos nuevos hechos son explicables porque con lo público ya se cumplieron todos los compromisos, incluso con los llamados contratos basura, lo que respalda el fenómeno de carestía en la bolsa electoral en donde los “líderes” zonales, que son los que tienen los contactos (sin K), de frente hicieron la advertencia: “que una cosa es el compromiso con el votante y otro es el compromiso con el “líder” de barrio y ojo que conmigo como líder zonal, es por aparte”. La palabra compromiso ya no tiene diez letras; tiene cinco: plata.

Lo que muchos saben y hasta critican “indignados” pero se hacen los pendejos, es que esa plata sale de los “inversionistas” y de los impuestos que pagan los ciudadanos. Incluso los pobres. La mayoría de los políticos tradicionales no son pendejos. El sistema electoral fue inventado por y para ellos.

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1 COMENTARIO

  1. Así es dr. Garcia, mientras existan los mal llamados «líderes de barrio» con ambiciones personales y estómagos vacíos, los políticos corruptos volverán al festín sin que nadie los pare. Triste realidad.

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