Este domingo 29 de octubre se celebran elecciones territoriales en Colombia, pero está demostrado que los ciudadanos con su voto, no eligen a las autoridades municipales y departamentales, sino que, mediante engaños y trampas, participarán en una Piñata Electoral, actividad que usualmente se asocia a las fiestas infantiles, especialmente las de cumpleaños o primeras comuniones.
Los electores creyendo que no tienen los ojos vendados, con un lapicero que hace las veces de palo, rompen la piñata convencidos de que podrán recoger los dulces y los premios, a partir de las cinco de la tarde de tan glorioso día.
Para el caso de esta Piñata Electoral, el grupo de dirigentes de la politiquería y los personajes que entre bambalinas financian sus costosísimas campañas, son los únicos que ingresarán al lugar donde ésta cuelga suspendida y procederán a romperla, con los ojos abiertos, y quienes se dedicarán durante los cuatro años siguientes a extraer las riquezas y las rentas públicas que pertenecen a la comunidad, sin que exista control alguno sobre lo que sucede en este espectáculo circense, donde se burlan de los electores incumpliendo sus promesas y actuando solo en beneficio de los financiadores.
La piñata de Pereira en particular, no contiene en su interior frutas, dulces u otros premios, sino el gordo y jugoso presupuesto municipal para la próxima vigencia que no es menor a 6 billones de pesos, sin contar con los presupuestos de rentas y gastos de entidades descentralizadas y empresas de servicios públicos. Y esta cuenta es fácil de obtener según los resultados del presupuesto de ingresos entre enero y septiembre del presente año. A enero pasado, el presupuesto de ingresos del municipio estaba tasado en 1.06 billones y a finales de septiembre, su aforo estaba ya en 1.47 billones. O sea que se habían obtenido rentas adicionales por la no despreciable suma de $410.000 millones de pesos. Lo que significa un aumento del 40%.
Podemos afirmar que este aumento en nuestras rentas públicas no genera mejoría alguna en los servicios que recibimos, en nuestra calidad de vida; o en los indicadores de atraso y falencias en nuestra educación, nuestros niños siguen asistiendo a planteles educativos en pésimo estado de conservación y muchos de ellos tienen graves riesgos de vulnerabilidad sísmica; ausencia de agua potable en gran parte del sector rural, como en Caimalito, Puerto Caldas, y en el mismo sector de Cerritos, donde se encuentran los inmuebles más costosos del municipio; ausencia de programas para disminuir la alta informalidad laboral y de fondos de capitalización para emprendedores.
Para tener una visión más en contexto del acrecentamiento de las diferentes fuentes de ingresos, en el caso del predial aumentó en $23.400 millones, Industria y Comercio $31.826 millones, Sistema general de Participaciones $110.000 millones, dividendos de empresas de servicios públicos $33.826 millones, sobretasa a la gasolina $2.500 millones; caso curioso el impuesto de alumbrado público tasado en $22.000 millones para toda la vigencia, a septiembre ya había recaudado $23.147 millones, servicio de pésima calidad, se puede decir que es una estafa dicho ejercicio.
Estos aumentos exorbitantes en algunos casos, en los ingresos municipales, están soportados en que Pereira paga los más altos impuestos de predial e industria y comercio del país, y los alcaldes no han querido corregir esta injusticia e inequidad tributaria.
Están notificados los pereiranos para que, en este proceso electoral, solo votando a conciencia, y eligiendo personas capacitadas y honestas, dejaremos de darle el palo a los mismos corruptos de siempre para que rompan la piñata y se queden con los frutos y ganancias obtenidas en el control total del destino de nuestras rentas públicas y el alto monto de los dineros a recaudar, para responder por la cuantiosa inversión en la financiación de estas campañas.
Querido Alfredo.
Muy cierto todo lo que argumenta en esta columna. Considero que falta una cultura que empodere a los votantes para elegir bien, y se hace necesario tener información de primera mano sobre los postulados a cargos públicos. Con lástima afirmo que algunos medios de comunicación venden humo al mejor postor, o al candidato que mejor pague una publicidad. La demagogia se impone y hoy el discurso político es agua, es decir, parecen que las promesas vacías convencen a la sociedad. Con todo, muchos sabemos quienes son los honestos, y por eso mi voto y mi confianza están con usted. Con toda este 29 de octubre a las urnas.
Un abrazo.
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Diego eFe
Pereira