PENSANDO EN VOZ ALTA.
La vida de Jesús me seduce y con toda seguridad tamibén atrae a muchas personas, con independencia del concepto religioso. Como lo he dicho muchas veces, me tiene sin cuidado la disquisición de si fue o no hijo de Dios, o de una virgen. Nadie antes de él dijo semejantes cosas, a las cuales no les paramos bolas porque de ponerse en práctica, el mundo sería otro. La burla a su mensaje empieza por muchos de los llamados a dar mayor ejemplo, los clérigos, casi todos amantes del buen vino y la buena mesa; del lujo y la apariencia. Los cardenales se hacen llamar dizque “príncipes” de la iglesia. Quiero que huelan a oveja, les ha dicho el querido Francisco. Pero les entra por un oído y les sale por el otro.
Espero con viva emoción que sobreviva al menos, hasta el 2025, cuando habrán salido unos 30 cardenales y el amado Francisco podrá reemplazarlos por ministros que sigan su camino.
Jesús, sufrió el inmerecido tormento de la cruz, a pesar de ser justo e inocente. Ese, el más odioso y duro lo aplicaban para amendrentar a los enemigos de Roma a pesar de que Cristo dijo no le interesarle el poder civil. Y, creo que, ahí estuvo su fracaso, porque Israel estaba invadido y necesitaba un libertador. Se rebeló contra lo más insustancial del momento que era la corrupción de los sacerdotes. Ellos estaban, como muchos hoy, comprometidos con el poder civil y aprovecharon el desafío del profeta para sacárselo de en medio.
En la Semana Santa conmemoramos la muerte del santo causada por ese tormento inicuo. Pero, también hemos de recordar lo que han dicho los grandes teólogos: Jesús no resucitó a la manera como lo han predicado. Su cuerpo sufrió el deterioro normal de todo mortal. Como afirmó el iluminado padre Alfonso Llanos, Jesús no adquiró una nueva corporeidad; hubo una conciencia de resurrección fundada en la convicción a la verdad que hizo a los apóstoles capaces de permanceer fieles al mensajde espléndido de perdón, misericordia y bondad que nunca antes se había predicado.
*Qué hay de revolucionario en matar soldados indígenas y pobres. Qué tiene de avanzado volar el tubo de petróleo y perjudicar a los campesinos marginados.
Qué podemos esperar de una guerrilla que, si bien, tuvo origen en las desigualdades sociales y hoy puede salir a predicar con garantía sus ideales, mata a los débiles, con el malhadado argumento de representar al régimen. Además de hacerle daño al gobierno, democrático y progresista, fortalcen la derecha extrema que se frota las manos para que al presidente le salga todo mal y la sociedad que hoy lo respalda con emoción, le dé la espalda. No jueguen con candela.
*Larga vida al papa Francisco aquejado por una dolecencia que esperamos sea pasajera.
Jaime Bedoya Medina.