“Ladran Sancho”

ESCAMPAVIA.

         “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, El Quijote, “estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, Votaire, “tócala de nuevo, Sam”,  Humphey Bogart, en la película Casablanca; estas verdades no son ciertas; ni en el Quijote es posible encontrar frase que le atribuyen al ingenioso hidalgo, ni Voltaire dijo lo que doscientos años después de su muerte se le adjudicó, ni tampoco el pianista de la película recibió tal solicitud.

         La democracia no es perfecta, pero no disponemos de alternativa alguna, por ello vale la pena reconocer lacras que la afectan: el dinero y el rumor dañino.

“Crea fama y échate a dormir”; la sabiduría popular nos recuerda que la fama adquirida puede sobrevivir a cualquier evidencia en contra y si dijéremos: créele un delito y quedará manchado a pesar de haber demostrado su inocencia, también acertaríamos, algo asimilable a” calumnien que de la calumnia algo queda”.

         Denigrar del producto de la competencia no produce clientes, esa propaganda negra recibe respuestas del mismo tenor, como si la ley de la física que recuerda que: “a toda acción corresponde una reacción igual y de sentido contrario”, se pudiera trasplantar a la publicidad política. La conocida “flor del pantano” a la que recurren quienes proclaman: “esto es un estercolero en el cual solo una flor perfuma”, quienes de chisme en chisme y al rumor acuden, muchas veces terminan en el mismo pantanero.

Las prácticas negativas ocupan el lugar que debía darse al análisis de las cualidades del candidato, de sopesar sus ideas y lo que ofrece, verificar la capacidad y experiencia demostrada para gerenciar la mayor empresa que es la ciudad a cuyo cuidado se le entrega y finalmente la garantía de que no invertirá en la campaña fortunas de las que carece y que comprometerán sus decisiones.

Por todo lo dicho y como “el que esté libre de culpa que tire la primera piedra” cuando le llegue la noticia que difama pregúntese antes de repetirla: ¿Cuál es la fuente, lo dijo el candidato o su campaña?, ¿a quién beneficia esa historia?, ¿tengo evidencia suficiente para darla por cierta? ¿Es versión de uno de los actores?, en fin, el chisme vive de los chismosos, los bodegueros de los crédulos y los estrategas del cuento.

El dinero es un protagonista que no debería manchar, de influir en manera tan decisiva los procesos democráticos por las irregularidades en su obtención y en su gasto, tal como conocemos ha estado presente en las elecciones presidenciales, hoy cuestionadas y con actores encartados; en las regiones asusta presenciar cuánto se gasta en las campañas, dinero que usted terminará pagando, de una u otra manera y que curiosamente abunda.

Bien describe esta realidad Gustavo Álvarez, quien muestra cómo son los empresarios, por encima de otros delincuentes, quienes terminan dueños, dinero mediante, de las asociaciones público privadas que de lo ajeno vienen haciendo leña, todo esto sin desconocer que lo público y sus actores tienen que estar sometidos al escrutinio de sus acciones, así el político y el juez, como dijo una que no quiere que la miren, deben mostrarse como puta en Ámsterdam, en una vitrina.

En estas elecciones los postulados de los partidos se desvanecen en el mar de adhesiones de colectividades otrora antagónicas, el dilema entre el voto de corazón y el voto útil, cede espacios a los votos que expresan más rechazos que amores.

         Coletilla: La excelencia con la que la organización mundial calificó a la facultad de medicina y la certificación de calidad que emitió un ente inscrito en el Registro Europeo de la Garantía de la Calidad en la Educación, a la UTP, es éxito del que Pereira se siente orgullosa. Felicitaciones.