Mientras Vigía Cívica el domingo clamaba alerta por el proyecto de acuerdo que autoriza al alcalde para otorgar en concesión privada el manejo y operación del Alumbrado Público (AP) debido a tener la sustentación presuntas dudas, el lunes festivo en la noche era aprobado por inmensa mayoría del Concejo, lo que ha sorprendido a muchos porque no tuvo debates abiertos suficientes. En periodos pasados, las autoridades tomaron enojo por reparos que en esas oportunidades se hicieron máxime cuando el aporte del socio privado era de quinientos millones de pesos, pero la situación por fortuna se logró parar. Es bueno recordar que el producido del AP es un impuesto y no el pago de un servicio domiciliario, con vigilancia de la Contraloría, en virtud del decreto 2424 de 2006 y que cuando no se presta, los ciudadanos tienen derecho a pedir lo impositivamente entregado. La verdad es que el AP es clave para garantizar la seguridad, la movilidad y la economía. La ciudad ha padecido por su mala prestación y las quejas se han convertido en “lágrimas que van al mar”. Ahora el alcalde Salazar quien goza de buen prestigio dadas sus condiciones de acción y seriedad, brindará toda la claridad y acierto en lo que queda del proceso. El Comité Intergremial en su momento creó una comisión de 25 profesionales dirigida por ACIEM, la Sociedad de Arquitectos, la Asociación de Ingenieros, Camacol y la UTP, para que sin costo alguno asesora a la municipalidad con estudios pertinentes. Pienso que esa oferta sigue vigente.
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PEREIRA-MIAMI. El 6 de octubre pasado llegó por última vez el vuelo de American Airlines proveniente de la Capital del Sol, quedando a la espera de que la Aeronáutica Civil (AC) autorice un cambio en la flota de naves para cubrir la ruta en cuestión, hecho que no se ha realizado con lo cual se pone en riesgo de perderse este servicio que operaba desde hacía 5 años por tal compañía. La acogida, tanto de ida como de regreso, ha sido de gran utilización, casi siempre completa, lo que ha causado expectativa y desazón de los viajeros, pues, a pesar de las promesas de AC, no se ha dado aún el pronunciamiento y corre el rumor que la negligencia busca entorpecer el buen momento de Aeromatecaña. Se espera que no sea así, aunque se desconoce el estado actual de un cronograma que data desde hace 10 meses. Es de gran conveniencia que las autoridades locales, el bloque parlamentario, los gremios, la Cámara de Comercio, presionen la solución, y la gerencia del aeropuerto informe públicamente sobre cómo se encuentra la situación.
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VÍA A CERRITOS. Por el peaje Cerritos II transitan vehículos mediante el pago de los derechos respectivos, conjugando por su inmenso flujo un importante recaudo. Ahora están instalando equipos para el trámite electrónico y hacer más ágil los ingresos causados, fuentes de la financiación de las Vías del Samán. Pero, así y todo, hay una obligación permanente de la administración de la aduanilla de mantener en óptimas condiciones el corredor y sus entornos inmediatos. No importa que se esté adelantando la intersección de Galicia, es menester el mantenimiento propio y en especial del separador central que se encuentra en estado total de abandono, enmarañado y descuidado. Esto sin contar la falta de Alumbrado Público en varios de sus tramos, pero esta es otra historia. ¡Pilas Invías!
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BASURERO EN LÍMITE. A entero pulmón se ha tocado la trompetilla que llama la atención sobre el desorden generado entre límites de Pereira y Dosquebradas, pero concretamente en esta última, en donde comienza el ascenso vial a la Popa y en cuyo rescoldo se encuentra un nido de desechos, basuras, muebles dañados que se convierte en contaminación física y óptica, especialmente desestimulante, justoc en un sitio de gran tránsito automotor y peatonal, paso obligado de pobladores, turistas nacionales y extranjeros que se llevan un mal concepto ya que esto es síntoma de una incultura colectiva, de incuria de las autoridades, de indisciplina cívica. Por favor doctor Jiménez, alcalde de Dosquebradas, usted que viene demostrando vigor y orden, proceda de conformidad. No deje que la trompetilla vuelva a sonar.