En 2020 cuando dimos por terminada nuestra tarea de tres años de control ciudadano al doloroso episodio en el que, con fundamento en documentos internos, revelamos el manejo amañado de los recursos económicos del Hospital Universitario San Jorge de Pereira; declaramos que nos dolía haber temido la razón en nuestras denuncias, pues eso significaba que el Hospital había sufrido graves perjuicios, algunos difícilmente reparables, como el cierre de varios de sus servicios.
Hoy, de nuevo, lamentamos tener la razón en nuestras denuncias, hechas públicas a través de nuestras columnas de prensa e interpuestas formalmente en las Contralorías Municipal y de la República, sobre las irregularidades que se derivaron de la inconclusa y precaria construcción de la primera etapa de la Avenida de los Colibríes.
Aunque desde los últimos meses de 2022 teníamos el contrato de construcción de esa Avenida entre nuestros temas de interés, el primer indicio de que algo no estaba bien provino de los frecuentes e infundados anuncios oficiales sobre el avance de la obra y la proximidad de su terminación.
En enero de 2023 la alcaldía de Pereira de Pereira emitió un boletín informando que el alcalde de Pereira, Carlos Maya, junto con el equipo de la Secretaría de Infraestructura había realizado un recorrido en la nueva Avenida de Cerritos o, Avenida de los Colibríes, que tenía un avance en la ejecución del 40%, lo que, en nuestro concepto, no encajaba con lo referido en la Actuación de Fiscalización Especial de la Contraloria Municipal de Pereira, que en septiembre de 2022, once meses después de iniciada la ejecución del contrato y cuando restaban tres meses para el vencimiento del plazo, había calculado ese avance en un pobre 9,1%. No parecía posible que en sólo 120 días se hubiera avanzado el 30%.
El plazo de ejecución pactado en el contrato, que no debería exceder a diciembre de 2022, fue muy extraño para una obra de larga duración: 464 días que, salvo suspensiones, se cumplieron el 17 de enero de 2023, además, en el acta de inicio y también en el documento de adjudicación, se fijó un término de 18 meses que finalizarían el 10 de abril de 2023. Para salvar la confusión entre esas fechas las partes fijaron, en un documento de aclaración, el 03 de abril de 2023. El episodio nos dejó la sensación de que algo andaba mal.
Posteriormente las partes cambiarían la fecha en tres ocasiones, inicialmente al 31 de julio de 2023, después al 30 de noviembre de 2023 y luego al 15 de diciembre de 2023 y, aunque no apareció un documento publicado, convinieron como último plazo el 15 de marzo de 2024. En ninguna de esas fechas los trabajos estuvieron cerca de estar terminados, lo que, en nuestro concepto fue un engaño repetido a la comunidad y una cortina de humo para encubrir la precariedad de los avances.
También encontramos que en la fecha inicial de ejecución del contrato que fue el 11/10/2021, la obra carecía de licencia ambiental, que el gobierno de la ciudad debía haber obtenido antes de firmar el acta inicial; circunstancia que, de acuerdo con declaraciones a la prensa del exalcalde de Pereira, Carlos Maya, demoró siete meses el comienzo real de los trabajos.
La falta de esa licencia ambiental cuando comenzó a correr el plazo de ejecución, implicó que la obra, además de comenzar con un retraso considerable, generara gastos innecesarios y que el contratista recibiera el anticipo del 40% del precio del contrato, 12.745 millones de pesos, suma que incluyó una partida para la gestión predial del proyecto, cuyo destino real desconocemos, puesto que a la fecha de finalización del contrato, 15 de marzo de 2024, solo se habían comprado dos predios y estaban negociando otros siete, de los 72 predios o franjas, necesarios para el desarrollo de la obra, por lo que a lo largo del trazado quedaron puntos donde los trabajos nunca comenzaron.
También denunciados que la parte pertinente del Plan de Ordenamiento Territorial, P.O.T., de Pereira, que aparece ilustrada en el Estudio Previo de la Licitación Pública No.SMI-047-2021, en la que se originó el contrato de la referencia, contiene un gráfico en el que aparece acotado un espacio de 41 m de ancho, que además de ciclovía, andenes y zonas verdes, contiene dos carriles de 3,30 m cada uno, para vehículos en general y un carril de 3,70 m, para el buses del Sistema Integrado de Transporte Público, SITP. El ancho conjunto, de los tres carriles, sumaría 10,50 m por cada una de las dos calzadas. Unos parámetros que obligatoriamente debería cumplir la nueva avenida, dada la obligatoriedad de acatar el Plan de Ordenamiento Territorial, P.O.T.
Pero en la ejecución de la obra no se respetaron las dimensiones aludidas y las elegidas para construirla fueron cambiadas varias veces, de manera aparentemente caprichosa, lo que produjo mayores costos en la obra. En los Informes de la Interventoría del contrato de construcción aparecen documentados los repetidos cambios en las medidas y especificaciones de la obra, que incumplen la disposición del P.O.T.
El Informe de Interventoría No.1 de la ejecución del contrato, que cubre desde la fecha de inicio hasta enero de 2022, se indica: “El proyecto plantea dos calzadas de 7m de ancho, sardineles, ciclo ruta, zonas verdes y andenes en una sección de 41 m de ancho, (…) con una estructura de 35 cm de subbase, 15 cm de base y 7.5 cm de asfalto, (…)».
En el Informe de Interventoría No.4, de febrero de 2022, y en los siguientes, las especificaciones fueron cambiadas así: “El proyecto plantea dos calzadas de tres carriles (3.3 m) cada uno con un total de 9.9 m por calzada, sardineles, ciclo ruta, zonas verdes y andenes en una sección de 41 m, (…)” y aumenta a 11 centímetros la capa de concreto asfáltico.
El Informe de Interventoría No.6, del mes de abril de 2022, consigna otro aumento de grosor del concreto asfáltico que pasa a 14 centímetros, pero, en el informe de mayo, el No.7, el asfalto vuelve a 11 centímetros.
En el Informe de Interventoría No.8, de junio de 2022, el ancho de la avenida disminuye de 41 a 39 m y cada uno de los tres carriles, incluido el del SITP, quedó con 3,3 m; el espesor del asfalto se mantiene en 11 centímetros. Esas medidas permanecen hasta el Informe 25, de noviembre de 2023, el último al que tuvimos acceso.
En una rueda de prensa que convocó el exalcalde, Carlos Alberto Maya, el 16/01/2024, que es visible en la red social Facebook, el exmandatario manifestó que se optó por seis carriles cuando: “gracias a la gestión financiera realizada por mi equipo de trabajo, conseguimos la plata y dimensionamos la necesidad imperiosa de no construir 4 carriles, sino 6 carriles”, lo que ratifica, desde otro ángulo, nuestra afirmación del incumplimiento a la máxima herramienta de planeación que tiene la ciudad que su Plan de Ordenamiento Territorial, pues los parámetros de la construcción de la obra nunca se sujetaron a las condiciones señaladas en él.
Todos estos cambios, de algunos metros o centímetros de ancho y del espesor del asfalto, aplicados a 3,4 kilómetros de largo, generaron importantes variaciones en los costos de los trabajos, de los que se desprendieron las justificaciones para dos adiciones que tuvo el contrato, que sumadas superaron los topes establecidos en la Ley 80. Adiciones que, de acuerdo con la exposición del Fiscal en la audiencia de formulación de cargos al exalcalde Carlos Maya y al exsecretario de infraestructura Milton Hurtado y al interventor José Rojas, ahora detenidos; fueron ilegales porque estuvieron dirigidas a la construcción de obras previsibles desde la firma del contrato.
Encontramos y denunciamos que en el informe de Interventoría posterior a abril de 2022 aparece la anotación: “entrega oficial de todo el paquete de diseños por parte de la entidad contratante mediante acta de comité de obra No 24 realizada el día 21 de abril de 2022”, lo que indica que en los primeros seis meses de ejecución el contratista careció de diseños para orientar su trabajo.
Nos informaron que los diseños de la Avenida, incluyendo la estimación presupuestal, fueron elaborados hasta la fase III, vale decir, completos y al detalle, por el “Consorcio Diseños 2020” como ejecución del contrato 2931 de 2020, suscrito con el Municipio de Pereira. Pero en la ejecución de las obras se variaron las características y el trazado sin que se conozcan las justificaciones de cada modificación y sin consultar con los diseñadores. Algunos de los cambios del trazado, presuntamente, se hicieron para favorecer a vecinos de la zona, lo que podría ser un indicio de corrupción.
Una de las consecuencias de los cambios en el trazado es que la antena de telefonía celular, que ahora aparece en medio de una de las calzadas, estaba por fuera en el diseño original.
Conocimos quejas de vecinos que, de manera voluntaria, cedieron anticipadamente franjas de terreno para la obra y más de dos años después no saben cuándo y cuánto les pagarán, también de vecinos que se vieron obligados cerrar explotaciones agropecuarias porque las obras de la Avenida les destruyeron las vías de acceso a sus predios y el contratista se negó a reconstruirlos.
Con este resumen de las inconsistencias e irregularidades que encontramos y denunciamos en la ejecución de la primera etapa de la Avenida de los Colibríes queremos poner fin a nuestra tarea de control ciudadano al desarrollo de contrato a la ejecución del Contrato de obra No.4812 de 2021 celebrado entre el Municipio de Pereira y el Consorcio Prosperidad Vial Cerritos, para la “Construcción de la primera fase de la conexión avenida las américas, zona de expansión occidental cerritos, desde la intersección Condina km 0+00 (Ave. Las Américas) hasta el km 3+400 (sector El Tigre) y obras complementarias” – Avenida de los Colibríes –
Al poner este punto final consideramos de justicia hacer un reconocimiento y poner en conocimiento de la comunidad, que con frecuencia reclama la acción de los organismos de control; que en este caso las entidades que conforman la Comisión Regional de Moralización de Risaralda, especialmente la Contraloría Municipal de Pereira, la Gerencia Departamental de la Contraloría General de la República y la Dirección de Fiscalías, Seccional Pereira; cada una dentro de sus competencias, sin despliegue mediático y de manera discreta pero eficaz, han contribuido a desenmascarar la corrupción que estuvo detrás de los hechos que aquí narramos y que hizo fracasar la primera parte de la obra vial más importante para Pereira en los últimos 20 años.