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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

PolíticaLas estúpidas cosas que pasan en Colombia

Las estúpidas cosas que pasan en Colombia

«Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana». Albert Einstein.

Por: CARLOS VALENIA

En nuestro país se ha vuelto un lugar común el hecho de que pasen y pasen tantas cosas ridículas, que de no ser porque son registradas en prensa radio y televisión, serían difíciles de creer.

Con la llegada del primer cargamento de vacunas a nuestro país, los colombianos tuvimos que asistir desconcertados al más mediático y bochornoso oso-show de la insensatez, la estolidez y la estupidez de nuestros socorridos gobernantes.  Desde el sub presidente, hasta el último alcaldecito de capital de algunos departamentos, pasando por la vice, los ministros y algunos altos funcionarios, nos deleitaron con sus frivolidades, payasadas y salidas en falso. La recepción a la cajita con cincuenta mil vacunas fue digna de la llegada del Papa o de un dignatario extranjero de alto vuelo y turmequé: Himno Nacional, mano al pecho (Mano firme y corazón grande), discursos, copa de champagne, caravana desde Catam, hasta la casa de Nari…Fotos, declaraciones, apologías, cubrimiento especial de prensa, radio y televisión. Todo esto sin contar el disfraz de cotero o paletero de aeropuerto que lucio el “gordito simpaticón”, ni la rebatiña de todos a una, por aparecer en primer plano de las tomas…

La discutible capacidad y mentalidad de algunos de nuestros gobernantes y políticos que aspiran a mejores puestos, se hizo evidente con algunas de sus ocurrencias y “declaraciones”, toda vez que algunos de ellos resultaron con genialidades de lo más de pintorescas, que se las iban sugiriendo algunos de sus amigos y “asesores” más próximos, sin ningún criterio de objetividad, sensatez o sentido común. Era mejor posponer la hora de iniciación de la aplicación de las vacunas o poner a grupos de ancianos a hacer inhumanas colas, que perderse la ocasión de la foto, del video o de la figuración en los medios.

En medio de esta barahúnda los colombianos pensábamos que no había que perder todavía la esperanza y que de pronto, les quedaría algo de sensatez, pero no, eso es como “pedirle peras al olmo”. Cuando empezó la “distribución patriótica” (sic) de las vacunas, fue Troya: Tin marín de dos pingué…estas para mí; estas para usted; esas las lleva la locuaz martuchis y estas las aplica el ministro de salud o en su defecto, el de justicia (?); estas para que la gobernadora del Atlántico se pueda despaCHAR, con una buena sesión de fotografías; las de más allá, para que el gobernador de Sucre simule ser un descargador de aeropuerto y el de Santander le pueda adherir a la caja algunos rótulos de su gobernación. Es decir, todo fue movido y manejado por una peligrosa e infinita estupidez y por una no menos peligrosa ansia politiquera.

Se deduce entonces que la estupidez integral y general del actual gobierno es la esencia misma de unas mentes obnubiladas por el poder y la politiquería y por eso aprovechan cualquier situación, evento o circunstancia para tratar de “lucirse» y no descansan en su estupidez, es decir, son estúpidos de día y de noche y eso les hace ser tremendamente predecibles, pero muy peligrosos, porque un estúpido es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.

El problema es que en estos momentos Colombia tiene a un digno representante de lo estúpido ocupando una posición de poder para lo cual no tiene capacidad y por ello su potencialidad para hacer daño es mucho mayor, ya que un estúpido con poder puede cometer muchos más atropellos, independiente de su capacidad y de sus convicciones  y peor aún, no se le puede discutir; no se puede tratar de hacerlo entrar en razón, porque “Nunca se debe discutir con un estúpido, ya que te hará descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia” Mark Twain

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