“Las personas sin hogar”

Los habitantes de calle, también conocidos como personas sin hogar, son individuos que viven en la calle o en espacios públicos debido a una variedad de circunstancias, como la pobreza, el desempleo, falta de vivienda asequible, trastornos mentales, adicciones, o traumas personales. Su situación de calle los expone a múltiples riesgos, incluyendo enfermedades, violencia, y marginación social.

Este fenómeno involucra una combinación de problemas sociales, económicos, de salud mental y de adicción, que se interrelacionan de maneras que pueden complicar tanto la comprensión del problema como su solución.

Las personas en situación de calle no reflejan su historia completa; cada uno tiene un pasado, sueños y esperanzas. Es bueno saber que nadie elige vivir en la calle; aunque terminen acostumbrándose a esta realidad, no deja de ser una dura y cruel realidad. La calle no debería ser el hogar de nadie; todos debemos luchar por que tengan un techo. Ellos tienen un nombre, una historia y cada uno de ellos merece respeto y dignidad. Su apoyo no es solo con un alimento y un refugio, sino también dándoles oportunidades para recuperar sus vidas. Erradicar la situación de calle requiere más que caridad; es necesario unas políticas inclusivas y sostenibles.

Dentro de las causas principales de la situación de clase es la pobreza extrema, por la inequidad social; otra causa es la de trastornos mentales no tratados, como depresión, esquizofrenia y trastornos bipolares. Las adiciones a sustancias también son prevalentes, y frecuentemente son tanto una causa como una consecuencia de vivir en la calle. Y una tercera causal es la violencia y desintegración familiar, que llevan al individuo incluyendo menores, a huir y eventualmente vivir en la calle.

El estigma asociado con la adicción y el vivir en la calle puede impedir que estas personas busquen ayuda o sean excluidas de los servicios necesarios. La falta de políticas públicas integradas que aborden tanto la adicción como la situación de calle puede llevar a soluciones parciales que no resuelven el problema de fondo. La necesidad de un enfoque holístico es crucial.

En algunos países se ha implementado con éxito, el ofrecer vivienda como primer paso en la ayuda a las personas sin hogar, sin condiciones previas como la sobriedad o el empleo, seguido de apoyo continuo. Programas de educación y prevención dirigidos a jóvenes y adultos en riesgo de terminar en la calle pueden ser efectivos en reducir el número de personas que enfrentan estos desafíos.

En ciudades como Bogotá, Medellín, Pereira y otras áreas urbanas de Colombia, es crucial que los gobiernos locales implementen y adapten estos programas y enfoques a las realidades locales, considerando factores culturales y económicos específicos.

Padre Pacho