Por Jerson Ledesma.-
La fuerte migración hacia las TIC obligó a repensar el modelo educativo que pueda ofrecerse a los estudiantes y del cual también forman parte los docentes como protagonistas de la orientación pedagógica.
La Covid-19 y su impacto social determinó maneras de interaccionar, no solo entre los mismos actores sociales, sino también en el uso de las plataformas digitales que facilitan los procesos de enseñanza. Genially es una web que permite alternar contenidos didácticos para la clase, su base son los juegos, aprender jugando. Es posible que algunas de sus actividades sean útiles para los ejercicios matemáticos o de los programas de español y literatura. Muchas de sus aplicaciones son gratuitas; por supuesto, si quiere ampliar el servicio ya debe pagarse una membresía. Otra interesante plataforma es Quizzes, en la cual seguramente encontrará probabilidades de hacer más interesante su exposición, visualmente es alegre, atractiva y poderosa para captar la atención de niños y jóvenes estudiantes de bachillerato.
No cabe duda, de que adaptarse al uso de la herramienta tecnológica es un desafío a toda la institucionalidad presente, pero hay una inferencia por lo menos hasta ahora: es necesario fortalecer los sistemas de conexión, ya que el servicio dado por las empresas es precario para lo que se necesita de aquí en adelante.
Durante las clases virtuales el común denominador es el siguiente: profesor, se cayó la red, o queridos estudiantes: no se puede trabajar esta noche porque el servicio de Internet ha estado pésimo.
Si se supera esta dificultad, es factible el gozo y la bienaventuranza de hallar repositorios que alimenten el espíritu investigativo. Academy, Scribd, Slideshare, Recolecta, Core, entre otros, además, de Google Académico y los repositorios de universidades como La Nacional; solo hace falta mejorar la calidad de la conectividad no solo en las zonas urbanas, sino también en los apartados rurales donde también se quiere acceso a Internet para evitar los viajes desgastantes de muchos niños a zonas de mayor confluencia.
Si alguna lección ha dejado esta crisis, es que el mundo virtual es indispensable para democratizar los saberes y las transferencias de conocimiento. El universo de las TIC está ahí, a la espera de su máximo provecho, a la espera de formar comunidades nativas en la Era digital.