El primer hecho a resaltar es que hay un nuevo gobierno, con nuevo estilo, nuevos programas, nuevos beneficiarios EL PUEBLO. Y ese hecho exige que las normas, decretos y leyes sean en beneficio precisamente de ese elector primario EL PUEBLO y eso es lo que no quieren entender y aceptar quienes perdieron las elecciones presidenciales y que por ese hecho las cosas en el país tienen que cambiar.
Por consiguiente las teorías de “que hay que construir sobre lo construido”, que no se pueden “cambiar modelos sociales sobre salud, pensiones, laborales, agropecuarias y tributarias”, sencillamente no permitirían desarrollar el Plan de Gobierno triunfante.
Un ejemplo al canto, en el primer gobierno del señor de los tres huevitos, realizó Reforma Laboral suprimiendo las horas extras (la noche iniciaba a las 10 pm), rebajando las tablas de indemnización por despido sin justa causa, Reforma Tributaria rebajando impuestos a las grandes empresas, Reforma Agraria entregando auxilios y tierras a los poderosos (AIS), todas con argumentos muy loables “crear normatividad para el desarrollo económico y generación de empleo”.
Pero el pueblo sabe que toda iniciativa de los representantes del gran capital, lleva implícito el “veneno” camuflado y así fue, esas reformas no cumplieron ninguno de los propósitos planteados, pero sí logró la pauperización del contrato laboral, pérdida de ingresos para los trabajadores (se calcula que 15 billones de pesos fue el ahorro para los empleadores en esos 15 años (perdida para los trabajadores) , inestabilidad laboral, creación de los contratos “basura” (las tristemente célebres OPS, o moderna esclavitud laboral), entrega de tierras y auxilios a quienes no los necesitaban.
Y cuando esto sucedió, donde estaban los “expertos”, los medios de comunicación, los políticos, los opinadores de agachada que no dijeron ni mu, que no armaron los escándalos que hoy arman a nombre de sus “amos” que pagan la pauta?.
Hoy me referiré a la reforma Laboral, pues participé en varias reuniones de la Subcomisión de Concertación de políticas Laborales y Salariales del Depto. de Risaralda y posteriormente de representantes de las Centrales Obreras. En ellas se analizó la situación del Movimiento Laboral del país y del departamento en particular, resaltando como inquietud general la pauperización económica de los trabajadores, la inestabilidad laboral, la desregularización del mercado laboral (Los contratos de las OPS los rige el Código de Comercio), el intento de generalizar los contratos por horas, la estigmatización del movimiento sindical, se creó en ambiente en el país que ser sindicalista es sinónimo de subversión, esa sensación debe terminarse, el gobierno, los empleadores y los medios de comunicación deben cambiar su perspectiva y enviar por el contario el mensaje de que las organizaciones sindicales son parte de la sociedad, de la democracia, de las relaciones sociales y laborales y que merecen el reconocimiento, respaldo y protección legal. Si eso se hace en el país habrá muchos más sindicatos, serán más democráticos, mas incluyentes, más dialogantes.
Que los trabajadores merecen recuperar los aspectos perdidos en las reformas procapitalistas y que estas solo son posibles con una Reforma Laboral Democrática y ajustada a los ordenamientos internacionales propiciados por la Organización Internacional del Trabajo OIT y de los reiterativos pronunciamientos de la Cortes Constitucional, de Justicia y del Consejo de Estado. Que no les gusta mucho a los empleadores, ¿por qué tiene costos económicos?, pues a los trabajadores no nos gustó mucho las aprobadas en los gobiernos antinacionales y antipopulares; pero esa es la democracia, maestro.
Pereira Febrero 27 de 2023
Un buen análisis realizado por quien con conocimiento de causa, toda su vida la ha dedicado a la defensa de los intereses de los trabajadores, a través del movimiento sindical.