Nuestro café empezó a cultivarse por despojo a sus países originarios. Más de 100 años de iniciado su cultivo, su comercio es todavía precario, y como todos los productos agrícolas de los países tercermundistas, sus precios de venta dependen de los consumidores, quienes manipulan su precio.
Gracias al cultivo nuestra región era prospera y envidiada, toda vereda tenía escuela y puesto de salud nuevos, construidos por la Federación Nacional de Cafeteros, vías terciarias mantenidas en muy buen estado. Todos sus grandes logros desaparecieron ¿Dónde quedaron sus riquezas, incluida la flota Gran colombiana? , ¿Alguien investigó los manejos que dieron a esos fondos los omnímodos dignatarios cafeteros, incluido el señor Cárdenas Gutiérrez? Los cafeteros humildes sostienen sobre sus hombros una burocracia parásita, que no rinde cuentas de excesos, chambonadas y quizá malos manejos, mientras tanto, los caficultores malviven de su trabajo.
El panorama de la caficultura se complicó más en estas últimas décadas; Juan Manuel Santos, en artículo (desgraciadamente) sin fecha, publicado en “El Tiempo” siendo ministro de Hacienda de Pastrana, años 2000-2002, titulado “La reingeniería del café”, dice que no hay crisis del café, pues una crisis es coyuntural y la caficultura tiene problemas estructurales.
El café se producía en condiciones favorables:” 1) el peso se devaluaba constantemente. 2) Había abundancia de mano de obra barata. 3) No había plagas.4) El mercado mundial era regulado por un convenio internacional que mantenía los precios artificialmente altos. Luego añade, el peso se convirtió en moneda fuerte y se recibe menos dinero por saco exportado; la mano de obra era cara, el jornal en dólares se duplicó en los últimos 10 años y escasa (el artículo decía que en esa semana, en Caldas y Risaralda se necesitaban 17.000 cogedores de café); la roya y la broca elevaron costos y disminuyeron rendimientos; desaparecido el pacto internacional estos cambios se volvieron permanentes, es decir estructurales.
Según Santos, una finca mediana de 20 hectáreas con rendimiento de 110 arrobas/ hectárea, había disminuido sus utilidades en un noventa por ciento (90%), cualquier negocio con esas condiciones está en problemas. Proponía aumentar los rendimientos por hectárea y reducir los costos por libra de café, de un dólar a 70 centavos; comparaba el rendimiento de 90 arrobas/ hectárea en Colombia, con las 250 arrobas /hectárea en Costa Rica. Aumentando el rendimiento a 160 arrobas/ hectárea llegaríamos a una cosecha de 26 millones de sacos, inmanejable según él; aclaraba que una industria con demanda estancada y precios sensibles a los excesos de oferta, no se podía aumentar cuotas, apenas mantener las existentes.
Para mantener la industria cafetera, era necesario sostener la producción alrededor de 13 millones de sacos para exportación y consumo interno; aumentando el rendimiento por hectárea, deberían cultivarse 300.000 hectáreas menos; y el gobierno tendría que proporcionarles otra forma de vida a quienes abandonaran el cultivo. Proponía decirle la verdad a los cafeteros: la reingeniería del café era impostergable.
Aurelio Suárez en “La Lección Cafetera”, “La Tarde” martes 29 de Mayo de 2001, página 4A, recuerda que al romperse el pacto de cuotas, se especuló que ganaríamos mercados por la suavidad de nuestro café, la realidad fue distinta: multinacionales, en particular norteamericanas y alemanas, apoyadas por sus gobiernos, incentivaron la producción de países como Vietnam pagando jornales miserables, la industria cafetera colombiana no puede rebajar salarios, porque ello causaría una convulsión socio-económica: “ La globalización, así instaurada mostró su verdadera faz: es una confrontación de las economías por los mercados de productos de mayor demanda que se libra con bajos salarios o costos, según sea el caso”, añade que la disputa no se dirime por productividad, pues Costa Rica, el más productivo perdió mercados , mientras Vietnam, el consentido de las multinacionales, pasó del 1,1 % de mercado mundial al 12,3%, segundo después de Brasil.
Decía Suárez:” Si esto sucedió con el café, también sucederá con lo demás productos, llámense confecciones, exportaciones menores o tropicales, en todos aquellos en los cuales la demanda es inferior a la oferta y se producen o elaboran en países en vía de desarrollo”.
Cosa distinta ocurre con cereales, lácteos y cárnicos, los 29 países más desarrollados, en el año 2.000 subsidiaron sus agros en 370.000 millones de dólares, lo que se traduce en un aumento del 46% en exportaciones de géneros agrícolas de países desarrollados a los en vía de desarrollo. En los productos tecnológicos la cosa es peor, los producen países desarrollados y nosotros apenas podremos fabricar partes, o ensamblarlos. Otra denuncia de Aurelio Suárez es que el gobierno autorizó importaciones de café de casi un millón de kilos entre 1998 y 2001. Nunca se ha cuantificado el café que entra de contrabando al país. En la revista “Semana” Febrero 6 de 2022 página 37, Aurelio Suárez escribió “Ni cuentas claras, ni café espeso” donde comentó: ”La demanda total de café alcanzaría 14,9 millones de sacos, mientras que la oferta disponible fue solo de 14,4 millones con lo cual faltarían 500.000 sacos”, “¿Hubo contrabando por dicho volumen?”, “¿Se trata de un ”machetazo” en la contabilidad para encubrir las gravísimas circunstancias de mercado atendidas con remedios peores que la enfermedad?” .
En el artículo: “Café, política temporal, focalizada y decreciente” domingo 19 de Agosto de 2003, página 2-5, Suárez cuenta que en foro cafetero de Manizales, el gobierno declaró su intención de abandonar a los cafeteros a su suerte; denunció la reducción del subsidio al precio interno del café por el incumplimiento del presupuesto que la comisión quinta del senado había fijado para financiar los costos de la política cafetera 2002 – 2005, dinero que rebajó de 288.200 Millones de pesos a $261.038; esos auxilios estaban presupuestados para precios de 75 centavos de dólar por libra, lo malo es que éste nunca pasó de los 67. Otra cosa grave es el precio interno fijado por los exportadores, que no se hace con base en los costos de producción, generando pérdidas a los productores, cuyos ingresos rebajaron en una tercera parte por los altos costos de los abonos.
El ex – presidente Alfonso López M. en su artículo “¿Subsidiar el café?”, “El Tiempo” domingo 28 de septiembre de 2003, página 1-25, corrigió una afirmación suya: “Que productos tales como el café, tropicales por excelencia no corrían el riesgo de competir contra los productos subsidiados de los países desarrollados. ¡Error profundo!” .Explica que, siempre acusamos a USA y la UE de dar enormes subsidios a sus productores agrícolas, advierte que quienes nos van a desalojar del mercado cafetero son los países comunistas del sureste asiático, pues los costos de una libra de café en Vietnam o Laos, son la mitad de los de Colombia o Centroamérica; siendo de calidad inferior, con ellos han reemplazado nuestro café, situación normal en el mundo capitalista. El secreto de los bajos costos de producción está en los salarios de 150 dólares mensuales que reciben estos cultivadores, pero el trabajador recibe del estado gratuitamente: vivienda, servicios públicos, salud y educación para sus hijos, lo que representa según López, los subsidios mejor disimulados del planeta.
El 2 de Agosto de 2020, primera Asamblea Cafetera Nacional virtual, los cafeteros reiteraban las mismas denuncias históricas:” Incumplimiento en los recursos para la renovación del café; necesidad de más crédito para pequeños y medianos cafeteros; necesidad de ley de alivio a deudas de caficultores; urgencia de arreglo de vías terciarias; el precio de venta debe fijarse con base en costos de producción y con una tasa de ganancia para el productor, que sea remunerativa y estable. El 19 de Febrero de 2021 el gremio cafetero denunció que la cooperativa de Andes perdió 120 mil millones de pesos por incursionar en negocios de especulación en la bolsa de N.Y. (ventas a futuro). El 30 de Abril 2022, en artículo titulado “Nocaut a la institución cafetera”, Aurelio Suárez confirmó que la mencionada cooperativa cerró sus puertas el pasado 4 de Abril. (Ver video al final del artículo).
El artículo titulado “Preparan café con heces de gato” “El Tiempo” sábado 12 de Abril 2008, página 1-17, cuenta que el suroriente de Asia produce ahora una nueva variedad de café: “Una explosiva mezcla gourmet considerada la más cara del mundo, que incluye heces felinas y que venden en Londres a 100 dólares la taza”. Los granos de café pasan por el aparato digestivo de los gatos Civeta, provenientes de Indonesia, “Una vez desechado el café por vías naturales del cuerpo de los animales llega a venderse en Londres a 648 dólares el kilo”
RESUMIENDO:
El café es un negocio volátil; manejado a su antojo por multinacionales; nuestra región con terrenos ya agotados, tiene dura competencia de los productores de cafés especiales de Cauca, Nariño y Sierra Nevada; al parecer nuestra única opción es aprovechar el título de Paisaje Cultural Cafetero mejorando la oferta turística; también podríamos importar civetas y mejorar nuestro producto, que pasó al cuarto lugar de nuestras exportaciones, y Colombia al tercer lugar mundial. Aun así el Café es motivo de inspiración para nuestra música colombiana, espero disfruten “Mi cafetal”.