El lobbying también conocido como cabildeo, consiste en influir en decisiones políticas mediante la persuasión y la presentación de argumentos.
Aunque en muchos países esta actividad está legalizada y garantiza transparencia, en Colombia se asocia negativamente con tráfico de influencias y corrupción.
Con raíces en la Antigua Grecia y Roma, el lobbying se formalizó en el siglo XIX en Estados Unidos, donde actualmente es una industria regulada por leyes como la Ley de Registro de Lobbying de 1946 y la Ley de Divulgación de Lobbying de 1995.
Otros países como Canadá, el Reino Unido y la Unión Europea también tienen regulaciones que promueven la transparencia.
En Colombia, varios intentos de regular el lobbying han fracasado:
- Germán Vargas Lleras (1999): Proyecto boicoteado por falta de apoyo del gobierno y gremios.
- Carlos Fernando Galán (2014): Propuesta rechazada.
- Carlos Fernando Galán y otros (2016): Proyecto no prosperó a pesar del apoyo.
- José David Name (2018): Iniciativa hundida.
Obstáculos para la legalización:
– Intereses Ocultos: Individuos y entidades influyentes prefieren el anonimato.
– Percepción Negativa: El cabildeo se asocia con corrupción.
– Conflictos de Interés: Legisladores prefieren evitar la transparencia.
Por Qué Colombia Debería Aprobar una Ley de Legalización del Lobbying :
Transparencia y Rendición de Cuentas: Obligaría a los lobbistas a registrar sus actividades y fuentes de financiación, permitiendo mayor control público y previniendo la corrupción.
Participación Equitativa: Empresas, gremios y organizaciones de la sociedad civil podrían presentar sus intereses de manera legítima, asegurando que todas las voces sean escuchadas en el proceso legislativo.
Fortalecimiento de la Democracia: Un sistema regulado de lobbying puede mejorar la transparencia en el gobierno y la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
Argumentos en Contra de la Regulación:
Preferencia por el Anonimato: Algunos prefieren operar sin escrutinio público.
Asociación con Corrupción: La percepción negativa dificulta su aceptación.
Conflictos de Interés: La regulación podría revelar conflictos entre legisladores.
La regulación del lobbying en Colombia es esencial para transformar una práctica informal en una herramienta legítima de participación democrática.
Siguiendo ejemplos de países con sistemas regulados, Colombia puede avanzar hacia un proceso legislativo más transparente y justo, combatiendo la corrupción y mejorando la calidad de las políticas públicas.
Es hora de que Colombia adopte una legislación que reconozca y regule el lobbying, promoviendo así la confianza en sus instituciones y la equidad en la participación política.
Me parece bien que haya una regulación para esa actividad, pero que sin lugar al consabido «hecha la ley, hecha la trampa»
Excelente columna Javier, así salga la mejor norma, tenemos una corrupción terrible, creo hay que comenzar por mejorar el código penal.