- * La ficción sigue corta frente a la realidad en el paisaje deshumanizado de la anti sociedad colombiana.
- * Facturar ruido es el distractor predilecto de un sistema degradado donde perder es natural para la gente.
Los retratos crudos de la verdad humana y antisocial colombiana siguen alimentando el asombro de quienes se asoman a estas realidades a través de las pantallas en los centros urbanos y al otro lado del océano en el eurocentrismo. Ojos y conciencias que nunca llegarán a palpar de bulto la violencia naturalizada como espectáculo lejano para observación a distancia.
Los Reyes del Mundo, largometraje colombiano que puntúa en Netflix éstas semanas de vacaciones y que suena en los concursos de cine para su género, es la cruda denuncia natural reiterada de la indiferencia, perversidad burocrática y barbarie por el despojo de la tierra a los colombianos del campo ahogados en el desplazamiento de su pobreza rural «digna» hasta la triste miseria urbana.
La escena del relato donde «Ra» el protagonista es ninguneado en una tienda campesina y su acompañante un niño negro es discriminado por un borracho, dice todo sobre la invisibilidad de la juventud forzada a la violencia que los devora en el final del guión.
Rodrigo D No Futuro, La Virgen de los Sicarios, La Vendedora de Rosas, La Mujer del Animal, Monos, son filmografia en secuencia de una realidad que no se transforma y se prolonga en un modo de existir para arrasar con violencia de sangre, armada, social e institucional, como una plaga endémica incurable. Las cifras de colombianos en desplazamiento por despojo de tierras siguen en aumento con tendencia similar no importa cuántas leyes nuevas hay escritas.
Los cinco adolescentes de la historia en Los Reyes del Mundo son muestra de laboratorio de una verdad generalizada en un territorio que no va a salir en poco tiempo de una forma de vida sin dignidad ni derechos fundamentales. Un proceso transformador que cambie de verdad la vida de los excluidos y vulnerados abarca décadas en continuidad. Seguirán muriendo reyes de nada que perder excepto el despojo de la vida, durante la transición impune que hoy vivimos a ser una sociedad de viejos sin certezas ni seguridad de derechos reales.
Mientras toda esta verdad paisaje deshumanizado hierve por todo el territorio, los pregoneros del sistema de inequidad amplificada aumentan su perifoneo estridente con la venta de ruido con fingido asombro sobre el despecho de la mayor venta de discos por una colombiana con tal vocación. Genialidad de la semana nada memorable. Ruido distractor de oficio cotidiano en industrias de supuesto periodismo industrial impune.
Zafarse del ruido facturado para conectar con los reyes invisibles y escuchar sus soluciones es el único camino de transformación para que la vida cambie en cada comunidad doliente.
Escrito por Hernando Ayala M Periodista Mail disnnet@gmail.com.