Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Sin categoríaMás razonables, más humanos

Más razonables, más humanos

Por LUIS OSPINA

migueranda@gmail.com

Una forma significativa de ser razonables es poner el acento en la conversación, es decir, cuando giramos alrededor de los intereses de los demás ciudadanos.

Escucho con mucha frecuencia decir que somos muy racionales y que, al serlo, podemos llegar a ser muy ilustrados. Cada que nos encontramos con los amigos (y con los que todavía no lo son), por lo general, no faltan las citas de libros o de dignos representantes del pensamiento. Este comportamiento, por supuesto, no tiene nada de malo; o, mejor, no tendría nada de malo si no olvidáramos que no hay racionalidad sin razonabilidad, es decir, que no hay ciencia sin amor. Pero el problema es que sí lo olvidamos: todo indica que somos muy ilustrados, pero muy poco comprensivos, muy poco o nada justos, muy poco o nada solidarios, muy poco o nada incluyentes. Nos cuesta trabajo aprender de las críticas de nuestros errores; de que, como lo decía K. Popper, es probable que nosotros no tengamos la razón, sino los otros (e, incluso, que ninguno de los dos). Nos es muy difícil la autocrítica.

Me parece que esta sociedad nuestra que, por supuesto necesita ilustrados: hombres y mujeres que piensen la ciudad, la región y el país desde las matemáticas, las ingenierías, las biologías, las economías, requiere quizás hombres y mujeres que utilicen su pensamiento crítico para ser más amorosos, comprensivos, incluyentes, leales, respetuosos, justos, equitativos… Creo que este camino permite aprender a comprender y a separar lo banal de lo relevante, lo trivial de lo trascendental.

Entender una idea, aceptarla o rechazarla no tiene que ver exclusivamente con la racionalidad, esto es, con saber sumar y restar, o con determinar las variables para construir un conjunto de viviendas al lado de una reserva natural. Lo relevante aquí, es asumir una actitud y un comportamiento razonables que nos facilite comprender y reconocer a los demás, y volver moral nuestra forma de Ser, de actuar y de habitar.

Una forma significativa de ser razonables es poner el acento en la conversación, es decir, cuando giramos alrededor de los intereses de los demás ciudadanos: de los estudiantes, los profesores, las amas de casa, las mujeres, los niños y las niñas; de los empleados de una fábrica, los obreros de una construcción, los conductores de transporte público, los recicladores; de los dirigentes, los gobernantes…. Asumimos comportamientos razonables cuando conversamos con los que nos gustan, pero también con los que no nos gustan, porque ¿qué otra cosa es la inclusión y la hospitalidad, valores sustantivos para lograr construir un paraíso terrenal?

Lo hemos dicho en los lugares en donde nos escuchan: no podemos darnos el lujo de sostener la arrogancia de la razón porque perdemos credibilidad, y caemos en la trampa de la exclusión, motor móvil del hambre, la injusticia, la inequidad y la pobreza.

Entre los ciudadanos andan serpentinos valores morales y políticos, con los que podríamos ser más razonables, es decir, más humanos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos