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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadMINICRÓNICA DE UN REGALO

MINICRÓNICA DE UN REGALO

 Miscelánea

 

Ayer hubo un evento importante en mi familia; mi hermana, la chiquita, estuvo de cumpleaños, y otra vez, como cada año, me debatí en la duda sobre qué regalarle; predicamento que usualmente termino resolviendo de una manera bien cómoda, es decir, dándole dinero a mi esposa y pidiéndole el favor de que me compre algo, misión que para ella no es compleja y que, por el contrario, disfruta, creo.

Pero en esta ocasión quise romper el molde y se me ocurrió regalarle a mi hermana esta columna, que puede llegar a interesar a mis lectores, no solamente por el hecho de que los involucre en mi forma de celebrar la vida de mi pariente, sino por otros detalles, que procedo a comentar; vamos allá.

Mónica María Marín Maldonado, comparte conmigo el apellido materno y el hecho trascendental de proceder del mismo vientre, de la misma fuente de la vida que es doña María Marleny, de la cual seguimos bebiendo.  Con el tiempo me di cuenta de que “La Mona”, como le decimos en casa, tiene facetas que la acercan a mi forma de ser, su elocuencia, su gusto musical y su espíritu sibarita, a veces casi bohemio.   También, en el curso de la vida, de la vida de ella, que no ha sido fácil, también he visto muchos otros aspectos que me enorgullecen, cosas que no sé si yo hubiera sido capaz de manejar como lo ha hecho La Mona.

Una hija y una estudiante ejemplar, con esa ternura, con la que se echa al bolsillo a todo el mundo, se graduó del colegio con honores, se casó muy joven, y muy joven se convirtió en viuda, porque Mauricio, su primer compañero de viaje, aunque dio la pelea, no pudo con ese monstruo llamado Glioblastoma Multiforme, una de las peores formas de cáncer; la Mona luchó con él dos años, lo dio todo, y luego de su partida quedó sin pendientes, lista para volver a empezar a los 27 años.

Luego apareció “El Polaco”, así le digo yo al nuevo compañero de la Mona, porque es más blanco que la leche, quien trajo consigo el Rock, su desparpajo y la frescura de los aventureros, pero además hizo su parte en la concepción de Aarón, mi sobrino, tan bello que no puedo creer que por sus venas corra mi sangre.

Aarón, a los 2 años y unos meses, fue diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista – TEA; ya se podrán imaginar lo que mi hermana y la familia pudo sentir, tan ignorantes como éramos sobre lo que significaba el autismo. Por suerte, la condición de mi sobrino no ha estado acompañada de ninguna otra patología y La Mona ha hecho con él un trabajo de estimulación y formación admirable, que ha permitido que Aarón, hoy a sus 9 años, haya llevado una vida como cualquier otro niño, en todos sus entornos, incluso el escolar, que es el más desafiante.

Pero no ha sido fácil, para sacar adelante a su hijo, La Mona ha debido renunciar a media vida, a su carrera profesional como regente de farmacia y administradora de empresas, para que Aarón llegue a donde está. El tiempo me mostró lo que ella tiene, que no tengo yo, su consagración, su bondad y, sobre todo, su compromiso social y su activismo, puesto que no solo ha liderado su propia causa con Aarón, sino la de muchas otras familias con hijos en condición de autismo, al punto que, un pedacito de la Ley 2297 de 2023 o Ley del Cuidador, se lo debemos a La Mona.

Este es mi regalo; esto es lo que les quería contar.

2 COMENTARIOS

  1. Maravillosa historia de lucha y valor de mi amiga Mónika para alcanzar metas, ser invencibles ante todas las dificultades y sacar adelante al pequeño Aaron. Una crónica espectacular.

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