La prensa impresa tiene los días contados. Lo había advertido Bill Gates y nos quedamos esperando que pasara el tiempo para intentar contradecirlo. A pesar de ello, sucedió. Hoy, nadie o casi nadie, compra el diario al voceador o en el quiosco de la esquina. La situación es todavía más radical ahora que el mundo entero experimenta un encierro obligatorio a causa de la pandemia del coronavirus.
Y no es por la escasez de papel, ni el valor de las tintas, ni los costes de las facturas de energía que los periódicos van rumbo al abismo. Es, porque los consumos se trasladaron del papel al celular, donde el lector recibe libre y copiosamente todo tipo de noticias; tiene acceso a las opiniones y los análisis de los más reputados escritores y goza de aplicaciones que le permiten conectarse a la radio o la televisión desde el dispositivo móvil.
Los grandes medios sucumben, porque otros se han quedado con la pauta. Google, Facebook, Twitter y Linkedin, son los nuevos amos, que ofrecen públicos segmentados a precios accesibles.
Y mientras los viejos colosos se reinventan, en la quietud de sus hogares los públicos siguen consumiendo las noticias sin importar su procedencia.
Obsoletas quedarán las viejas rotativas, inservibles las enormes plantas locativas y olvidados los gigantes emporios, que se fueron aliando al poder haciendo de la prensa un medio prescindible.
Paralelo a ello, nuevos formatos van llenando el vacío que dejaron los grandes reporteros. Algunos rayan en el ridículo y otros alardean de gran ingenio creativo, pero todos, de seguro, buscan conectar con nuevos públicos y mercados.
En medio de esta crisis nace El Opinadero, y dos meses después seguimos aferrados a una utopía: La de construir un diario digital, pero solo de opinión. Con grandes y calificadas voces, que quieren interpretar el diario acontecer. Que no busca competir con nuestros colegas, los que se juegan la vida llevando a nuestros hogares las noticias. Somos más bien el complemento. Le damos contexto a las noticias, analizamos según las circunstancias, miramos con rigor y desde distintos ángulos, tomamos partido y ayudamos a formar opinión calificada.
En síntesis, promovemos la libertad de expresión, como lo hicieran los atenienses desde el Ágora, en los albores de la civilización occidental.
Que ¿dónde está el plan de negocios? ¿Cuál es nuestra rentabilidad? ¿Cuál la utilidad? ¿Dónde la tasa de retorno? ¿En fin, de qué nos vamos a lucrar?
Ni idea. Sabemos que la luz está al otro lado del túnel. Mientras los grandes imperios se derrumban y los jugosos capitales invertidos se malogran, nosotros empuñamos orgullosos nuestras plumas, creyendo que un periodismo distinto, sin sensacionalismo, sin compromisos ni presiones, es posible.
Quizás encontremos a futuro, quién se interese en promover el pensamiento, tal vez nazcan nuevos capitales que le apuesten a la responsabilidad social o instituciones públicas o privadas que quieran promover la formación de masa crítica. Poco tenemos qué perder, pues no nacimos de la ambición de poder ni ha sido nuestro sueño navegar en mares de dinero.
Nos interesa ser su medio favorito. Que en vez de los quioscos nos puedan encontrar en las pantallas, siempre en casa, renovados y en contacto con el entorno y con el mundo. Y hacer entre todos, un foro donde surjan otros liderazgos, en medio de una crisis que nos hizo creativos.
La prensa escrita nunca morira. que lo diga el NYT.
Interesante propuesta, lejos de la noticia fugaz a veces sin fundamento o teñida de color político promoviéndolo, parece la respuesta al momento que vivimos.
Es la verdad, mil felicitaciones por tu articulo » mientras los viejos colosos se reinventan, en la quietud de sus hogares los públicos siguen consumiendo las noticias sin importar su procedencia «
El Opinadero: medio que da oportunidad, para el ejercicio de opiniones libres, sin mediación de intereses, de carácter personal, politico, social o de otra índole.
Equipo de trabajo: riguroso, oportuno.
Felicitaciones.
Excelente artículo, refleja una realidad que desde hace un tiempo veíamos venir y llega el Opinadero, con una nueva cara del periodismo, suelta, veráz, sin compromisos políticos ni resentimientos personales, lo mejor, unas buenas plumas….gracias por llegar tan a tiempo…..
Por Dios que súper artículo, la mejor batalla se libra con la pluma, esto conduce a crear nuevos y grandes pensamientos. Felicitaciones!
Extraordinario editorial. Describe con humildad y sencillez, pero con altura y dignidad lo que es El Opinadero, este medio que apenas en dos meses ha tomado el vuelo de un cóndor en las plumas de la honestidad, del pensamiento libre, sin ataduras y por lo tanto crítico.
Felicitaciones Luis Fernando, Julián y todo el equipo humano que ha hecho de El Opinadero el centro de la opinión y el rescate de la libertad de prensa.