Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadNacido en Gaza o en la Colombia profunda

Nacido en Gaza o en la Colombia profunda

Diez niños palestinos cuentan lo que vivieron con los bombardeos indiscriminados del ejército israelí sobre Gaza en el año 2014.  Unos sufrieron heridas, o vieron morir a sus padres, hermanos y amigos; otros sufrieron la destrucción de sus viviendas o escuelas, o de los puestos de trabajo de los cuales dependían para sobrevivir; otros tuvieron que dedicarse a recoger material de reciclaje para comprar un poco de comida al quedar huérfanos y desamparados.  Todos recuerdan con horror esos días interminables en que caían centenares de bombas, más el traqueteo de metralletas que parecían nunca acabar, más la indiferencia del mundo que seguía su vida cotidiana sin importarle la suerte de ese pueblo … Así lo muestra el documental NACIDO EN GAZA de 2014, dirigido por HERNÁN ZIN.

 

La crueldad del ataque del ejército sionista a Gaza desde octubre de 2023, no es un hecho aislado.  A partir de la creación del Estado de Israel en 1948, la escalada criminal ha sido sistemática y progresiva contra el pueblo palestino durante todos estos años con intervalos calculados.  La intención es clara: arrasar a sangre y fuego todos los territorios habitados históricamente por el pueblo palestino para serle entregada esta tierra manchada de sangre inocente a nuevos colonos judíos que, con su trabajo y sumisión aceptan la falacia de que son el pueblo elegido por Dios y que gozan de su bendición y patente de corso para sembrar de terror y muerte todo a su paso, haciendo engordar las fortunas de los grandes capitales que han venido financiando este holocausto que ya ajusta 76 años.

 

Comparando la situación que padecen desde 1948 los palestinos, con la que han soportado miles de colombianos que habitan en la Colombia profunda, encontramos muchas coincidencias: vejámenes, discriminación, racismo, segregación, bombardeos indiscriminados, asesinatos selectivos, desplazamiento forzado, violaciones de sus mujeres, ocupación de sus territorios por grandes terratenientes, pésimos servicios de salud, ausencia de servicios públicos en condiciones dignas, más: sangre, dolor y muerte.

 

El mayor deseo de esos millones de colombianos que históricamente han sido invisibilizados por gobiernos déspotas que gobernaron desde Bogotá, era tener la posibilidad de ser incluidos y reconocidos en donde se les brindara oportunidades y pudieran vivir en PAZ.  Cada gobierno que iba llegando extendía las cercas del olvido y sus comunidades sufrían el asecho continuo de sus perpetradores con la complicidad estatal que nunca escuchaba el clamor de sus angustiadas voces.

 

Cómo olvidar los miles de campesinos colombianos cargando, con lo que sus cansados cuerpos podían soportar, lo único que pudieron llevarse de sus parcelas, seguidos por sus seres queridos que solo tenían un objetivo: «sobrevivir».  Cómo poder olvidar cuando se escucharon voces autorizadas desde el gobierno de turno, como la de José Obdulio Gaviria, el hombre más poderoso y cercano a Uribe, que se aferraba a la teoría que lo que se estaba viviendo en Colombia no era desplazamiento forzado, sino «migración interna» (revista Cambio, 2008).  Cómo no reaccionar ante la indiferencia de gran parte de la población colombiana con el horror que se vivía en gran parte del territorio nacional -y que hoy amenaza con regresar-, que la llevó a no inmutarse; cómo no recordar las declaraciones de militares colombianos de todos los rangos, que señalan que les era exigido únicamente reportar muertos y «carrotancaos» de sangre por parte de sus superiores para poder conservar el cargo y lograr un ascenso; cómo ignorar las declaraciones de Salvatore Mancuso en la JEP, sobre los hornos crematorios para destruir los miles de cuerpos de los campesinos asesinados; cómo no admitir que existen muchos intereses para no dar cumplimiento a los Acuerdos de Paz firmados en 2016, porque es mucho más rentable la guerra de donde provienen las fortunas de muchas personas que se autodenominan «gente de bien»; cómo no reaccionar en favor del presidente Petro ante el intento del golpe blando porque se atrevió a pensar en los más pobres siendo el un NADIES; cómo olvidar quién dio la orden.  Cómo negar que no sentimos ni nos duele el dolor ajeno.

 

En las dos grandes movilizaciones realizadas en contra del gobierno el 21 de abril y a favor de Petro el primero de mayo, y en donde se tuvo manifestación de los respaldos por el conflicto de Gaza, se destacó la presencia de banderas de Israel en la marcha de la derecha y los sectores más retardatarios del país, en su pleno acuerdo del genocidio contra el pueblo palestino; mientras que en las marchas del progresismo del primero de mayo, se destacó la presencia de banderas de Palestina, en apoyo a la postura del presidente Petro y su posición frente a la defensa del pueblo palestino, que sirvió de marco para anunciar la decisión del gobierno nacional de romper relaciones diplomáticas con Israel, y de continuar impulsando en la ONU, el reconocimiento del Estado Palestino y su derecho de ocupar el territorio que ancestralmente han habitado y recibir el apoyo internacional.

 

Los mismos que enarbolaban las banderas de Israel en las marchas del 21 de abril, son los que aplauden las atrocidades del sionismo en Gaza, los que idolatran a Bukele o que anhelan un presidente para Colombia como el desquiciado de Milei; son los mismos que siempre han negado los horrores de la guerra en nuestro país complementado macabramente con los 6.402 falsos positivos; son los mismos que siempre buscan la manera de evadir o eludir los impuestos, los que aplaudieron que la salud pública se haya convertido en un negocio de bandidos, los que se niegan a aceptar la inclusión social y brindarle mayores garantías a los trabajadores; son los mismos que buscan, apoyan y financian para que el Congreso de República hunda las Reformas Sociales propuestas en este gobierno.

 

El levantamiento de miles de universitarios de los Estados Unidos que están en contra de la masacre en Gaza, tal y como lo hicieron en los años 60 en contra de la guerra de Viétnam, es el reflejo de lo que el mundo entero se ha ido enterando gracias a las redes sociales y que se convertirá en multiplicador por todas las ciudades y sus universidades, como rechazo general contra esta brutal acción militar de los sionistas israelíes.

 

Manifestaban altos representantes del gobierno de Netanyahu que, si mueren todos los niños de Gaza, dentro de 80 años quedará borrada la memoria de la existencia de ese pueblo.  Algo parecido dijo el ministro de Defensa del gobierno Duque, Diego Molano, justificando el bombardeo de 2019, en la región del Caguán, en donde por lo menos murieron 29 menores, que esos niños eran «maquinitas de guerra».

 

Los niños palestinos que, para la época de la filmación del documental, no tenían más de 12 – 14 años, hoy deben ser padres que están llorando el dolor de la pérdida de sus propios hijos por el brutal ataque israelí o quizás ellos mismos ya estén muertos.

 

———–

Odio la guerra, ya que sólo un soldado que la ha vivido, es el único que ha visto su brutalidad, su inutilidad, su estupidez. (Dwight D. Eisenhower)

———–

 

Nunca pienses que la guerra, no importa su necesidad o su justificación, no es un crimen. (Ernest Hemingway)

———–

 

AÑADIDURA UNO. El intento de dar de baja a los miembros de Hamás por los atentados previos a esta arremetida diabólica y criminal de Natanyahu, es como si el gobierno de Colombia, pretendiendo acabar con Pablo Escobar y su Cartel, hubiera bombardeado a Medellín.

 

AÑADIDURA DOS. Una de las intenciones de Hitler (que odiaba a muerte a los judíos) era la de invadir Europa del Este para entregarle a los campesinos alemanes las tierras desde Polonia hasta Rusia, lo que denominaba: «su propio espacio vital para cada familia», como si dichos territorios no hubiesen estado habitados por seres humanos.  Tal aspiración la está cumpliendo al pie de la letra el sionismo israelí en Palestina.

 

AÑADIDURA TRES. Simoncito Gaviria, siendo presidente de la Cámara de Representantes, admitió que no había leído el articulado de la Reforma a la Justicia que estaba en proceso de ser aprobada, la que iba a favorecer a todos los políticos condenados y a los bandidos de cuello blanco.  Ese mismo delfín, cuyo único mérito es ser hijo de César Gaviria, publicó una columna en donde hace defensa del sionismo israelí, mostrando nuevamente la ignorancia y estupidez que lo han caracterizado en su vida pública. Parido.

Artículo anterior
Artículo siguiente

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos