PENSANDO EN VOZ ALTA.
Todo reino dividido se destruye. (Mat. 12, 25). Esta lección tan vieja como la biblia, no hemos sido capaces de aprenderla a pesar de los ejemplos palpitantes: En 1930, los conservadores con 40 años de dominio, fueron donde el arzobispo de Bogotá a pedirle consejo sobre por quién votar, en virtud de que dos candidatos salieron a la palestra: el maestro Guillermo Valencia-bisabuelo de Paloma- y Alfredo Vásquez Cobo-padre del gran Vásquez Carrizosa-, el prelado les dijo: los dos son buenos y tome para que lleve, como dicen los jóvenes. El liberalismo con Enrique Olaya Herrera, se metió por el centro y ganó. Vino luego el gran López Pumarejo con su Revolución en Marcha que empezó a sacar el país del atraso ancestral en el que lo tenían los azules. En 1945, los liberales que no aprendieron la lección llegaron con dos excelentes candidatos: Gabriel Turbay-nada que ver con el desvergonzado que sabemos- y Jorge Eliécer Gaitán. Los jefes rojos dijeron lo mismo del obispo en el 29 y, quién dijo miedo, los conservadores se metieron con un solo candidato, el más malo de los que tenían, Ospina Pérez. Los directivos liberales, con ese acto impúdico tiraron el país a la violencia cuando pudieron poner orden en las huestes y decir: ahora va Turbay que es mayor y Gaitán, espera al 50. Pero, no. Se hicieron los bobos y ya sabemos lo que pasó, con las consecuencias que todavía vivimos. En 1982, el liberalismo, dividido entre López y Galán, dio paso a Belisario, para quien no se me agotará el afecto porque fue el primer colombiano que nos mostró un camino distinto a las balas para salir de la violencia, el diálogo. El ambicioso López debió adherir a Galán, el colombiano más valiente que había por entonces enfrentando los grandes males: corrupción, politiquería y narcotráfico que siguen vigentes. A propósito, he dicho muchas veces que toda la izquierda junta, no es digna de lamerle la suela de los zapatos a Galán. Afortunadamente no ganó López.
Estamos en la encrucijada de las elecciones regionales y lo único que vemos es la autopista despejada para que la derecha, casi extinguida, llegue triunfante al poder porque la izquierda, antropofágica, prepotente, divisionista, narcisista y ensimismada no deja margen a la unidad de todas las fuerzas alternativas en esta coyuntura favorable al cambio. Respóndanle a la historia por el desastre de octubre que, todavía es posible remediar si somos capaces de la autocrítica que tan bien enseñó el marxismo.
**La derecha colombiana se frotaba las manos a priori de las elecciones españolas porque estaba segura de la aplastante derrota del socialismo. Salieron airosos los avances de Pedro Sánchez quien podrá formar gobierno con las diferentes fuerzas de izquierda. Pero, si le sirve el consejo, intente hacer coalición con Núñez Feijóo, pues es el tiempo de la unidad.
***Qué tal el robo de ciertos ricos a Ecopetrol, con ayuda de la DIAN y algunos militares. Ese es el país que van a recuperar, según FICO. ¡Desvergonzados!
Jaime Bedoya Medina.