Cuando los viajeros turistas o transportadores llegan al eje cafetero, se encuentran con un viacrucis vial en Pereira. Si vienen por autopista de Armenia hacia Manizales, les toca un martirio pasar desde punto 30 hasta Pereira por una vía demasiada lenta. Logran pasar el viaducto y qué trancón pasar Dosquebradas, una vez salen de esos trancones vuelven a otra autopista pero ya en Caldas. Al revés es lo mismo, los caldenses disfrutan de sus buenas vías pero llegan a Pereira y otro martirio. Los que vienen de una superautopista del Valle llegan a Cerritos y los coge el trancón de la hora pico y si cogen la variante la Romelia-el Pollo, otro super trancón.
Pereira tiene que tener la infraestructura necesaria para generar calidad de vida y dar oportunidades de desarrollo económico. Si el pasado y presente no lo han permitido, entonces hay que comenzar ya a desarrollar los proyectos que corrijan esa debilidad. En la actualidad con las obras del Samán y reanudando los Colibríes, se dará una gran solución para el inmediato y el mediano plazo. Las obras del Samán nos darán dos nuevas dobles calzadas entre Romelia – El Pollo y entre Cerritos – La Virginia; además construirán vías entre Anserma, Cartago y conexión con el Manzano. Los Colibríes con seis carriles le darán amplitud hasta Cerritos eliminando el actual caos vehicular.
No tener estas vías ha llevado todo el tráfico hacia el Centro, la avenida Sur y la avenida del Ferrocarril más el Viaducto. Queda pendiente la construcción de un nuevo viaducto que sea variante para no entrar a Pereira y Dosquebradas sobre la Autopista del Café.
Por lo anterior, sobra echarle la culpa a otros temas de movilidad, allí están las causas y las posibles soluciones entre otras que se podrían estudiar, pero es menester que pensemos en grande y de cara al futuro, no con la terquedad de algunos opinadores, dirigentes y políticos, que se dedican a criticar las verdaderas soluciones buscando el ahogado río arriba.
Por eso estamos ahora en manos de los recién aprobados Planes de Desarrollo de gobernación, de alcaldías y de los candidatos al congreso que deben plantear soluciones desde Bogotá. Si no plantean soluciones de una gran metrópoli, como lo es Pereira, nos seguiremos quejando por otra década. Por último, se deben convocar a las fuerzas vivas y políticas para jalonar los recursos necesarios en el orden nacional. Parte de la gran solución quedará de la manera como se estructure la IP Conexión Centro donde quedarán las obras para los próximos 30 años desde Autopistas del Café.