· La orfandad paterna colombiana en la política desnaturalizada.
· El Coronel de García Márquez estaría a punto de recibir el escrito esperado.
José Angelino como el Coronel de García Márquez, murió en su vejez no avanzada sin recibir reconocimiento o estipendio, apoyo, protección mínima vital del Estado, en la sociedad desnaturalizada, nada en compensación por la vida de servicio que desempeñó, incluido el servicio militar, trayectoria que le agotó los pulmones y lo llevó al final en una edad que ahora dicen los demógrafos no es vejez porque según la ciencia ésta comienza en tiempos IA consumista a los 78 años. Calculen la realidad de los excluidos.
La gente invisible, arquetipo de nada para la «felicidad comercial» de las pantallas, millones, anónimos, aquellos que aún aran, cultivan y cosechan la tierra con las uñas, se murió casi siempre y lo seguirá haciendo mayoría, sin recibir ningún atisbo de protección, inclusión real por parte del Estado que representa el Contrato Social con leche y miel en desperdicio para los que más maman encaramados en la punta del iceberg social y dan alaridos diciendo que quieren más y exigen que esos que no son como ellos no reciban nada. Pensamiento feudal.
Insólito para la ideología del despojo, segregación, discriminación, desplazamiento y exclusión total que hoy estén a punto de recibir un emolumento pensional millones de colombianos campesinos viejos y también citadinos de tercera y cuarta edad, como protección de su seguridad alimentaria vitalicia. Los de las megapensiones y sus agentes de corrupción e inequidad se retuercen por esa fuga de rentas para sus tradiciones de saqueo billonario impune.
Sociólogos, filósofos, ensayistas, literatos, científicos sociales y demás pensadores de la diversidad escrita se han ocupado en dibujar la orfandad paterna colombiana, latinoamericana en su complejidad, para explicar el comportamiento de la sociedad desnaturalizada inmersa en todos los males de la injusticia, violencia y arrasamiento de los derechos de todas las gentes mayorías en vulnerabilidades y exclusiones que impiden la coexistencia en equidad y armonía. El padre autoritario, abusador y violador está simbolizado en el mañoso político «omnisciente» venerado durante décadas por tantos huérfanos de autodeterminación e identidad en un territorio como Colombia, que claman por seguir igual. «Por favor más maltrato, abuso, arropados por su sombra mesiánica para pertenecer a algo», claman de sus salvadores. Gaza es el más crudo espejo de occidente y la violencia e inequidad bíblica global. En democracia real si existiera, ningún favor de ningún mesianismo ni caudillismo megalómano salvador de ningún pelambre pseudo ideológico. Derechos, ciudadanía leal, deberes y autodeterminación es el punto.
Hay que ver el sufrimiento de los voceros de las ideologías que argumentan ser libertarias en individualismo extremo, barbotando alaridos por los parlantes de su ruido estridente con argumentos de forma sobre el acto legal que debería cumplirse para la nueva realidad de vejez mayoritaria que se proyecta sobre una población como la colombiana en su transición demográfica. «Los viejos inútiles y parásitos se van a comer el ahorro de los jóvenes», es el credo del negocio privado. Imposible de creer que campesinos viejos vayan a recibir de ése sistema.
Sí así cambian de rumbo realidades como ésta, que quienes decidieron en 2022 frenar la gavilla del abuso y la barbarie que propusieron equivalente al convicto que podría ser elegido en noviembre en el primer puesto político mundial, que los mismos de aquella decisión cambien lo que quieran y elijan lo menos peor para seguir erradicando las plagas que han puesto a la democracia enferma en su peor lugar y no admiten dejarla sanar. Que cambien todo lo que deba ser cambiado para no volver al paternalismo abusivo violador que refiere alguna escritora.
En medio de tales realidades hay Papás de honor impoluto que son celebrados en esta fecha por sus hijos y familias, en todos los lugares donde es posible el proceso de relevo vital que representa el buen suceso de la paternidad leal, responsable, una de las experiencias más bellas de la existencia humana. Buen día a cada Papá sin daño hoy, en la diversidad humana que coexiste para la vida digna autónoma.
Opinión Acto Editorial escrito por Hernando Ayala M Periodista colombiano.
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