Es muy probable que cuando el intestino está inactivo los desechos tóxicos sean absorbidos a través de la pared intestinal, hasta el torrente sanguíneo, de donde pasan a ser depositados en los tejidos.
Si cualquier sistema de eliminación está inactivo se retienen más desechos en el cuerpo y mientras las toxinas se acumulan en los tejidos, más se acrecientan los grados de destrucción celular.
Ahora, la digestión se vuelve mala y el material parcialmente digerido se añade al problema, porque el cuerpo no puede formar buenos tejidos con nutrimentos medio digeridos, además, el funcionamiento apropiado es retardado en todos los tejidos del cuerpo, en los que las toxinas se han asentado.
Cuando en una persona la enfermedad ha llegado a cierta etapa, significa que los asentamientos tóxicos han tomado el control del cuerpo, y es en éste preciso momento, es donde debemos considerar la desintoxicación, o sea, la limpieza de los tejidos.
Nuestro cuerpo puede ser inundado de acumulaciones tóxicas como consecuencia de la fatiga, la mala circulación y la dieta inadecuada y cuando lo desintoxicamos, también debemos cuidarnos de esas mismas cosas, a fin de evitar caer siempre en lo mismo, como un círculo vicioso, pues es bien sabido que un cuerpo inactivo, sobrecargado por los desechos tóxicos, pierde la capacidad de evacuar hacia el exterior las toxinas.
Mientras la autointoxicación aumenta, esta situación no da lugar a la oxigenación apropiada de los tejidos, y sin ésta, carecemos de energía y se cansa el organismo, encerrándolo en un círculo vicioso, pues al no poder arrojar las toxinas, la persona siempre estará enferma y fatigada.
Con frecuencia, en la práctica médica se olvida que un cuerpo enfermo es un cuerpo intoxicado y los ácidos tóxicos, que son productos del metabolismo celular, también los asimilamos en cantidades variables en el aire que respiramos, en los alimentos que ingerimos y en otras fuentes del medio ambiente.
El problema real se torna cuando las toxinas, que han sido creadas o asimiladas por el cuerpo, no tienen la capacidad de ser eliminadas con la misma rapidez con que son generadas, ocasionando las condiciones apropiadas para que la enfermedad se desarrolle.
Es así, como uno de los órganos de eliminación que debe estar en mejores condiciones debe ser el intestino grueso o colon, ya que éste requiere, para estar sano, agua suficiente, buen tono muscular, buen tono nervioso, una circulación normal y los nutrientes bioquímicos adecuados y en cantidades precisas.
De cualquier forma, si esto no es suficiente para traer salud a un colon invadido por toxinas, debemos empezar primero por la limpieza del mismo, mejorando nuestra alimentación, cambiando los malos hábitos de vida que tengamos, y posteriormente, sí entrar a la reconstrucción de los tejidos, lo cual no es una tarea fácil, y en la mayoría de los casos en que no hay una respuesta positiva a estas medidas será necesario realizar la limpieza de ese colon mediante una dieta conocida como ayuno terapéutico, en la cual solo se consumirán jugos naturales sin azúcar, frutas, sopas de verduras sin caldos artificiales, agua y aromáticas, esta dieta se realizará durante un tiempo determinado en días por el médico tratante, según la edad, con las condiciones generales del paciente y el grado de autointoxicación.
De todos los procesos esenciales para una buena salud, la eliminación adecuada es uno de los más importantes, y dentro de ellos, la del colon juega un papel de primera importancia. Muchos de los problemas de salud actual comienzan en el colon más que en cualquier otra parte del cuerpo.
Es así, como la salud de esa gran arquitectura que es el cuerpo humano, va a comenzar teniendo un intestino limpio.