Por JAIME DIEGO BEDOYA MEDINA
*Como lo informó El Diario, a la edad de 73 años, murió el intelectual, docente, dirigente social y político, don Francisco Alzate. Oriundo del bello municipio de Apía, llamado poéticamente, “el corazón del viento” que, en tiempos idos-no sé si continúe siendo- fue un hervidero intelectual del occidente de Caldas. Se graduó en el colegio Santo Tomás de Aquino que, durante años -¿seguirá siéndolo?- se destacó como el mejor colegio de la región, en donde después ejerció como uno de sus brillantes profesores. Dotado de una inteligencia superior, supo ponerse a tono en cada momento de la historia. Estudió en la antigua Unión Soviética, pero nunca claudicó en su pensamiento libertario y no se sometió a los dictados del famoso “Centralismo Democrático”, que obligaba a todos los militantes a aceptar a regañadientes las directrices que venían de las esferas del partido comunista, una de las formas más sutiles de alienación. Fundó y dirigió El Bachillerato Rural que dio oportunidad a tantas personas del campo a obtener su título de bachiller y proyectarse a la universidad, sin claudicar en el empeño de permanecer y desarrollar el campo. Elegido alcalde del terruño que tanto amaba, implementó un estilo limpio de administración, libre del asistencialismo que mantienen los políticos corruptos. Organizó los campesinos en asociaciones y cooperativas de cadenas productivas, economía de libre mercado, pero la senda intermedia entre el colectivismo estatizante y el neoliberalismo salvaje.
Mi saludo de solidaridad para su familia y amigos y mi tributo de gratitud por haberme honrado con su valiosa amistad durante muchos años. Paz en su tumba.
**¿Qué tiene de revolucionario volar una torre de energía, un oleoducto, una estación de humildes policías que son tan pueblo como el resto de los mortales? Nada. Siempre he repudiado semejantes actos por cobardes y porque, además, son la excusa perfecta para que la derecha remoce y retoce sus veleidades político-electorales. Así fue como las bandidas FARC le sirvieron como jefes de debate al expresidente Uribe, pues cada acción criminal, él la sabía capitalizar.
En ese orden de ideas, nada hay de sana rebeldía en el vandalismo que destroza bienes públicos y privados. Nuestra insatisfacción con el sistema no da patente de corso ni para destruir los grandes negocios de ricos y poderosos porque generan trabajo, impuestos y desarrollo, ni los pequeños montajes de los pobres que, apenas les dan para vivir.
Paren este desmadre, por favor, que está causando más estragos que la pandemia.
Jaime Bedoya Medina.