Me gusta vivir en Pereira: Diversa y solidaria. Hasta fines del siglo XX se hablaba de civismo, como una impronta que nos distinguía ante propios y extraños. Ese civismo que impregnaba todas las clases sociales sin distinción, y que nos movilizaba a apoyar las buenas causas, cuando se trataba de sacar adelante una obra en beneficio de la ciudad: La Villa Olímpica, el Aeropuerto Matecaña, el hospital San Jorge, la Catedral de la Pobreza, y tantas otras que se realizaron cuando fuimos convocados a convites para la autoconstrucción de vivienda y que dieron origen a la Ciudadela Cuba. Esos fueron los tiempos del civismo pereirano.
Entrado el siglo XXI, Pereira dio un cambio acelerado de crecimiento, y lo que antes conocíamos como civismo, mutó a un nuevo concepto: La pereiranidad. Se mantuvo la ciudad solidaria. Fue el escritor y amigo Miguel Álvarez de los Ríos el que supo interpretar el sentir de la nueva ciudad en toda su dimensión: social, física, económica, diversa, religiosa y multiétnica. Acuñó el término: Pereiranidad. Quiso el escritor Álvarez de los Ríos interpretar el orgullo y el sentir del pereirano por su ciudad, plasmando estos atributos en dos palabras: La pereiranidad. Término que el concejal Alonso Molina Corrales, incluyó en el acuerdo del Concejo mediante el cual se estableció hace 16 años, para celebrar cada 26 de septiembre el día del natalicio del poeta Luis Carlos González. La pereiranidad es un concepto etimológico filosófico, que expresa el amor por Pereira y todo lo que representa sus gentes y sus valores. Anteriormente se hablaba de civismo; hoy, para indicar la pasión y el amor por la ciudad se habla de pereiranidad, entendida por el sentido de pertenencia y de identidad por lo nuestro.
La pereiranidad es el concepto y la solidaridad es la impronta. El pereirano se distingue porque en su comportamiento incluye el respeto y el cumplimiento de las normas de convivencia. Pereira conserva iconos que mueven el espíritu de la pereiranidad: El batallón San Mateo, el Deportivo Pereira, el Bolívar Desnudo, la Universidad Tecnológica de Pereira, el padre Valencia, que tanto hizo por la paz de la región, con su obra cumbre el “Cristo de Belalcázar”. Hoy, nuevas causas como la “Escuela por la Paz” impulsada por la UTP, cada vez más aumenta su capacidad de convocatoria, hasta el punto de ser el mayor y mejor referente de la ciudad en la lucha por conseguir la paz en Colombia.
Como lo digo en todos los escenarios y con diferentes contertulios: me gusta mucho vivir en Pereira. Lo que más disfruto es conversar con el ciudadano de a pie; el mismo que es capaz de obstaculizar el paso apresurado del peatón, para pararse a saludar y a recordar viejos tiempos, o, nuevos con argumentos casi siempre acomodados tratando de adular o descalificar un determinado político. Me gusta conversar con el taxista (Todo lo sabe y de todo “raulea”), con los lustrabotas de la plaza de Bolívar (expertos en el gota a gota), quienes hablan con pasión del último partido del Deportivo Pereira. Con ellos hago un recorrido por la ciudad. Me entero del día a día de lo que transcurre en nuestra Pereira desigual, pero por encima de todo cuenta nuestra ciudad. Si salgo de Pereira es de paseo. En Pereira vivo y en Pereira me quedo. Amo mi ciudad: diversa y solidaria.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Diciembre 2024