Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadPeriodismo y política

Periodismo y política

Cada que hay elecciones circula por redes sociales un flayer que advierte el riesgo de perder amigos e incluso relaciones familiares por culpa de la política.

Cuando hablo con mis amigos y familiares sobre temas políticos, mando al carajo al ciudadano y me aferro al periodista con el fin de ser lo más objetivo posible, por supuesto, apoyado en esta larga trayectoria periodística, que es como el manubrio de la bicicleta que no se puede soltar sin el riesgo de estrellarse contra el pavimento.

Todo político sabe que la esencia del periodismo es ser a la vez incómodos y contrapoder, razón por la que políticos gobiernistas o de oposición, se esfuerzan en lograr que sus declaraciones sean políticamente correctas. Son muy escasos los políticamente incorrectos. En Pereira el más irreverente es Crosthwaite. Es deletéreo y a la vez maniqueísta. No tiene medias tintas.

Con eso deben lidiar los políticos cuando se enfrentan a las dudas de los periodistas, porque en el corazón de cada periodista siempre debe estar la duda. Como debe ser.

En materia de periodismo y política cualquier cosa que no sea coherente y confiable siempre será objeto del reproche de la audiencia. De allí la rigurosidad en la noticia y en la opinión. Así lo predica el viejo aforismo inglés según el cual la noticia es sagrada, la opinión es libre. Fórmula borrada en algunos medios donde la noticia es comentada e incluso, polemizada.

Los humanos somos animales políticos porque la política es factor determinante en los destinos de la sociedad. Pero el mayor riesgo es estrellarse contra el muro del radicalismo, el fanatismo o el sectarismo, tan peligrosos en la política como en el fútbol y en la religión, que tragedias han causado.

He vivido una afortunada relación con calificados y descalificados líderes políticos de Risaralda en los últimos cuarenta años. Con algunos más cercanía que con otros, lo que me da cierto alcance para decir que la política -a veces- es un infierno habitado por demonios que hacen cosas malas y de los cuales uno nunca termina por conocer sus entrañas.

En mi caso y gracias a la formación de pensamiento libre y crítico recibida de profesores volterianos de la Universidad Libre, me hicieron alérgico a los fanatismos y a los prejuicios.

Prefiero el análisis y la reflexión sobre los comportamientos de los líderes políticos y los hechos buenos o malos que hablan por ellos.

Comprendo que haya quienes respiren política por todos los poros y ejerzan la libertad de opinión para formular juicios a cerca del compromiso de sus periodistas.

En cualquier caso, el valor, el activo, el patrimonio personal e institucional más valioso que tiene el periodismo, son la credibilidad y la confianza de su audiencia.

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