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Director Fundador

HumorPero, ¡qué maravilla!

Pero, ¡qué maravilla!

CONTRACRÍTICA: Con Humor, Amor, y…. Ardor

POR:  Carlos Alberto Cardona Montoya

Tal parece, que las personas que nos gobiernan creen que los ciudadanos somos “mensos”, tontos, imbéciles, o todas las anteriores; así se entiende según afirmaciones públicas que en principio producen risa pero, que por la dimensión de sus significados torcidos, nos arrancan exclamaciones de estupor; de verdad, nos creen pendejos.

Cuando organizaciones de derechos humanos revelaron que en Colombia han ocurrido 93 masacres entre el primero de enero de 2019 y el 22 de agosto de 2020, en las que 348 personas  perdieron la vida, el presidente Duque  dijo que NO, que apenas son apenas 38, las otras fueron homicidios colectivos; y se quedó serio, ni siquiera tragó saliva; cambió la definición de masacre así, como quitándose una lagaña; a uno no le queda otro camino que exclamar.- PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!.(Mi mamá me enseñó a no decir groserías)

Para el mismo caso, el pintoresco ministro de defensa nos cogió indefensos para asegurar que la palabra masacre es una expresión coloquial que utilizan los medios para agrandar noticias en donde hay muertos, increíble, un ministro diciendo semejante barbaridad (Tenía el tapabocas puesto, juraría que estaba totiao de la risa). Ahí, ¿Uno qué dice?,  PERO ¡QUÉ MARAVILLA!

Otro suceso que nos deja perplejos es el que involucra al interno único del Ubérrimo, quien renunció al Senado para que el proceso judicial que le adelanta la Corte Suprema pase a la Fiscalía, en donde están los amigos que le deben favores, porque, según el preso, la corte es mafiosa y además él es un secuestrado. Hágame el bendito Favor, ES LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA y el personaje escoge su tribunal. – Uno se queda como las casas de interés social, de una sola pieza. Solo cabe una exclamación: PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!

Otro suceso reciente; un ciudadano vinculado a un poderoso ingenio azucarero del Valle del Cauca pretende PATENTAR ante el gobierno nacional, con alcances internacionales, la panela como un invento suyo. – ¿Qué tal éstos? Nada menos que un producto artesanal de origen ancestral del que se nutren casi 400 mil familias productoras. O sea que, de prosperar semejante aberración, los trapiches campesinos e indígenas tendrán que pedirles permiso a éstas bellezas, para hacer la panelita. PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!

Con motivo del avance de la pandemia de COVID 19, el gobierno ha regulado las restricciones de todo, permitiendo excepciones a todo. La semana pasada anunció, así sin pasante ni nada, que  se pueden abrir los bares pero no pueden vender licor. ¿Qué tal? En el eje cafetero están cerrados más de 50 mil bares y discotecas, de los que derivan su sustento casi 300 mil parroquianos, cada bar, discoteca u otro que expenda licor paga más impuestos que otro tipo de negocio, cada mesa, cada silla, cada trago, tooodo, paga impuestos, y el gobierno pretende su reactivación económica sin vender el producto esencial, licor, ¿Vos te imaginás, uno pagando el descorche de un alpinito?  PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!

A propósito de la pandemia, llevamos encerrados casi medio año dizque para cuidarnos del contagio del bicho maldito; hoy, cuando sumamos más de medio millón de contagiados y como 18 mil muertos, ahora mismo es el momento más crítico de la pandemia entre  nosotros, justo ahora que se precisan medidas estrictas  para garantizar la vida, entonces el gobierno abre aeropuertos, terminales de buses, iglesias, teatros, parques, centros comerciales  y cuídese el que pueda, como quien dice “ya qué, hijuemadre”, entonces, ¿Para qué nos encerraron medio año?. Uno entonces entiende que la economía está por encima de la salud y la vida. PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!

Una más, El siniestro jefe paramilitar Salvatore Mancuso, próximo a cumplir su condena en USA, debía ser extraditado a Colombia para que responda por sus culpas ante las víctimas y la justicia, La tarea le correspondía tanto al ministerio de justicia  como al gracioso embajador que tenemos allá, pero dizque hubo errores de trámite, ¿Qué tal? Errores de trámite  en un asunto súper grave.- Uno queda en la sospecha de si realmente son tan torpes que lo hicieron mal, o se equivocaron a propósito para que Mancuso no llegue a Colombia  a contar la verdad.- PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!.

Sin ir muy lejos, aquí cerquita, en Dosquebradas, el trámite de una modesta pauta publicitaria de su alcaldía para soportar los costes de éste escenario de LIBRE EXPRESION, rebotó tantas veces en el establo donde funciona la oficina de prensa, hasta que un cuadrúpedo pudo demostrar que éste medio de comunicación no tenía más de un año, para cancelar el trámite.- Pues claro, este medio nació en febrero, no tiene un año.- seguramente el Equino que descubrió que el OPINADERO no tiene más de un año podría orientarme en la celebración de los 15 de mi  nieta, que apenas tiene 7 meses,. PERO,¡QUÉ MARAVILLA!

Estas maravillas y otra serie de linduras que provienen de los que nos gobiernan, me hacen recordar la historia de tres amigas que se encontraron después de muchos años para relatarse  las historias de sus vidas. La primera dijo: “Mijas yo me casé con un hombre hermooooso, inmensamente rico, éste reloj con diamantes le costó 50 mil dólares en nuestra primera vuelta al mundo,  cada que viajamos alrededor del mundo me hace regalos de miles de dólares”. Una de ellas solo atinaba a decir PERO, QUE MARAVILLA.-

La segunda relató que se había casado con un empresario riquisimo, muyyy rico,  rico, rico, era dueño de muchas empresas en Europa, Asia, África y creo que hasta en el polo norte, nos la pasamos viajando todo el año revisando sus ganancias”.- La amiga solo atinaba a decir  PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!, y de inmediato le requirieron, “y a vos mija, como te fue”.

Pues mija yo si me casé con un hombre muy pobre, pero muy culto, me enseñó a escoger y leer textos importantes y me enseña el arte de la diplomacia, eso que uno hace para quedar siempre bien en cualquier circunstancia, por ejemplo, cuando a uno le dicen bobadas, o lo creen medio caído del zarzo, uno no discute, así es que para no tener que decir “mentirosa, boba hijuemadre”, uno mejor dice: PERO, ¡QUÉ MARAVILLA!, Y QUEDA UNO BIEN.

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