PENSANDO EN VOZ ALTA.
Lo prometido es deuda
Sigue:
Un día, yo pregunté: Yo canto por los caminos
Abuelo, ¿Dónde está Dios? Y cuando estoy en prisión
Mi abuelo se puso triste Oigo las veces del pueblo
Y nada me respondió. Que canta mejor que yo.
Mi abuelo murió en los campos Hay un asunto en la tierra
Sin rezos, ni confesión Más importante que Dios
Y lo enterraron los indios Y es que nadie escupa sangre
Con flauta de caña y tambor. Pa´ que otro viva mejor.
Al tiempo, yo pregunté: ¿Que Dios vela por los pobres?
Padre, ¿qué sabes de Dios? Tal vez sí y tal vez no.
Mi padre se puso serio Pero seguro es que almuerza
Y nada me respondió. ¡En la mesa del patrón!
Mi padre murió en las minas
Sin doctor, ni protección
¡Color de sangre minera
Tiene el oro del patrón!
Mi hermano vive en los montes
Y no conoce una flor
Sudor, malaria y serpiente
Es la vida del leñador.
Y que naide (nadie) le pregunte
Si sabe dónde está Dios
¡Por su casa no ha pasado
Ese importante señor!
Veremos después de la semana santa qué pasa en la vida del mundo. Nada bueno, a pesar de los rezos, procesiones, limosnas, sacrificios, cirios encendidos, ayunos, confesiones, comuniones. Mejor dicho, aunque se haga todo lo que pide Dios, Ucrania seguirá por años en guerra y el mundo, peor. La miseria golpeará sin misericordia; los inmigrantes continuarán ahogándose en el Mediterráneo, en El Darién, en la travesía de Cuba a Miami. ¿Y, Dios? Bien, gracias. Todo lo responden con la estúpida teoría del LIBRE ALBEDRÍO.
A pesar de este desolador panorama, me queda la esperanza puesta en que al fin escuchen al santo viviente, el Papa Francisco.
**Apoteósica la fiesta en Quinchía por la llegada del presidente Petro. Mejor, es posible. Pero, este es un hombre que sabe para dónde va y los partidos tradiciones, aunque tienen caciques en la dirección, creen que esta es la última oportunidad de hacer transformaciones por vías democráticas.
Jaime Bedoya Medina.