Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadPreocupante 2023

Preocupante 2023

La bandera del circuito 2023 se agita anunciando que ha comenzado su transcurrir lleno de interrogantes. La gente pide señales pertinentes para lidiar avatares en la adopción de vías confiables en direccionamiento para llegar a metas logrables. Para los preocupados, la velocidad del crecimiento se pondrá en modo retro, pues en los tacómetros al final del 2022 se vio desaceleración, que en este entrante período quedará peor según cálculo previsto por el Banco de la República (BR) de apenas un 0,5 por ciento, lo cual indica que se reducirá notablemente la producción por habitante, convirtiéndose la actividad económica inferior a la población, lo cual es lo más cercano a una recesión, con desempleo al galope, escasez, carestía y hambruna. El BR calcula que la inflación, un constructo de la situación, baje del 13.12 al 7 por ciento al final del año y al 3 cuando expire 2024. Sinembargo, la Cepal, el Banco Mundial, el BID y bancos nacionales vislumbran porcentajes de crecimiento del 1.2 hasta 2.2, mientras el ministro Ospina los prevé entre 2 y el 2.5, aunque “es posible que tengamos -dice- uno o dos trimestres negativos”. Desde esos puntos, hay investigadores financieros y académicos que convienen explorar la idea de que pese a la desaceleración, superará a los países miembros de la OCDE y en un pulmón de buena respiración, el optimismo de los colombianos con su probada resiliencia, espíritu innovativo y saltando escollos, obtengan ralentizar el desplome de los cronómetros en comparación con las mediciones negativas. Habría que partir de los principales factores causantes de la distorsión estadística y así saber los rumbos a tomar. El impacto más fuerte es la inflación, especialmente la proveniente de alimentos, materias primas, servicios públicos que contribuye a la carestía y en contraataque a subir las tasas de intervención por parte del BR para marchitar el poder de compra de los hogares y la demanda de otros como los turísticos que se ven más sacrificados por impositivos renovados en la tributaria, con lo cual la reforma coadyuva a desestimular la reactivación plena. Los gremios y el mismo gobierno han pedido al BR no continuar incrementándolas. Agréguese el sobreprecio a los combustibles, las alzas derivadas del reciente salario mínimo, los tiquetes aéreos, los fletes, el impuesto a la gastronomía y el fuerte IPC.

Estando la tasa de desempleo en algo positiva, cerca de 2.5 millones de personas buscan ocupación; asimismo la informalidad ha trepado más. Lo inquietante es que la desaceleración pone en incertidumbre, la creación de nichos nuevos y acentúa la extirpación de puestos actuales por las proyectadas reformas laboral y pensional. Además, un peso desfortalecido frente al dólar, no ayuda mucho.

Es necesario auscultar la precisión con que pueda coordinar el Presidente, el cual cuenta con unas circunstancias políticas y financieras como hace épocas no se veían: mayorías congregacionales que marchan en línea, fondos de buen calado, incluyendo la RT, expectativas de todos los sectores para que su programa de cambio sea exitoso. Lo que debe poseer es sindéresis, congruencia, claridad conceptual para no tener que estar corrigiendo o exclamando que mal lo han interpretado, que hoy sí y mañana lo mismo no, cambio de bienestarina, que aviones de combate van y horas después no, que pacto bilateral de alto al fuego con el ELN será luego, etcétera. La llegada de Lula Da Silva en Brasil, le servirá de espejo para no crear más confusión energética. El “distraccionismo” no es bueno para la credibilidad, la gobernabilidad y la economía nacional. Lo cierto ya es la voluntad empresarial y de la ciudadana para construir nación.  

“Las perspectivas de 2023 -escribe Ricardo Ávila- son oscuras, pero en vez de darles ánimo al consumo y a la inversión, da la impresión de que el Gobierno sigue siendo amigo de anteponer la ideología al pragmatismo”. Carlos Caballero a su vez anota: “Con un gobierno malo para ejecutar, el riesgo de otorgar subsidios a diestra y siniestra es muy alto, lo cual terminaría deteriorando las posibilidades de crecimiento y bienestar futuros”.

Es decir, ni derrochón ni duende regalón. La tarea es no caer en recesión.

Artículo anterior
Artículo siguiente

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos