PRUEBAS PISA: MÁS ALLÁ DE LO COGNITIVO, EVALÚA AL SER.  TAMBIÉN NOS RAJAMOS

“Sólo el 24% de los estudiantes informó que alguien de la escuela le preguntaba diariamente cómo se sentía” Pruebas PISA aplicadas por la OCDE⁴

INFORME EDUPAZ

“Los niños y las niñas que están bien, que están tranquilos, que están en paz, aprenden. Aprender en medio del conflicto, del duelo, del dolor, del miedo no tramitado, es prácticamente imposible. Entonces, contar con una institución que te rodea, que está pendiente de ti, no solo de lo que aprendes, sino de cómo estás, es fundamental. No se puede pensar en una línea socio emocional y en otra línea de aprendizaje, si no se piensan en conjunto, estamos equivocándonos. Claudia Toro. (Ver video)

Las pruebas PISA que evaluaron el desempeño de los niños y niñas en 2022 entienden que las instituciones educativas deben incluir el cuidado integral de los estudiantes, tanto en sus habilidades socioemocionales, como en las intelectuales. Y por ello, y aunque es poco reportado, la nota país evidencia que ninguno de los dos resultados muestra avances en Colombia. Existe la evidencia científica de que trabajar las competencias socioemocionales es la base para lograr metas cognitivas. Y es que los países con mayor bienestar social, y en los que la gente se siente más segura, coinciden, al mismo tiempo, con aquellos con los mejores niveles educativos y equidad en el acceso a este derecho: Noruega, Suecia, Finlandia.

Según la nota país de las Pruebas Pisa: “Sólo el 24% de los estudiantes informó que alguien de la escuela le preguntaba diariamente cómo se sentía; 21% dijo sentirse solo en el colegio; 17% de los estudiantes informó no sentirse seguro en su camino a la escuela; 7% aseguró no sentirse seguro en sus aulas y 8% de los estudiantes informó no sentirse seguro en otros lugares de la escuela (por ejemplo, pasillos, cafetería, baños). Alrededor del 23% de las niñas y el 25% de los niños informó haber sido víctima de actos de acoso al menos, algunas veces al mes”.

Educapaz es un movimiento de educación para la paz que considera necesaria una nueva educación: integral, vinculada con la realidad de las familias y comunidades. Por ello, trabaja en las zonas rurales, golpeadas por el conflicto, involucrando a toda la comunidad, aclara Claudia Toro. Sobre su trabajo y resultados en territorio, los y las docentes expresan cómo, definitivamente, la paz se firma en los pupitres de cada institución educativa.

“Cuando uno siente respeto y amor por su tierra, por su cultura, por su escuela, eso es construir paz. Cuando generamos a través de los proyectos pedagógicos productivos un emprendimiento, eso nos va a dar una economía y eso es construir paz. Cuando ocupamos a los estudiantes en su tiempo libre, para que no tengan oportunidad de ir a hacer otras cosas que no son debidas; cuando nuestros estudiantes conviven en la escuela en sana paz, eso es construir paz. Es un orgullo para nosotras como docentes que nuestros estudiantes salgan adelante”, señala la docente Marisol Martínez del municipio de Medio Atrato (Chocó). (Ver video)

En Colombia, el 51% de los estudiantes evaluados, no entiende correctamente la idea central de lo que lee. En resumen, la mitad de los estudiantes no alcanzó las competencias básicas esperadas para matemáticas, ciencias y lectura. “Las posibilidades que tienen las niñas y los niños en las zonas rurales es mucho menor que las que tienen en las zonas urbanas. Hay brechas digitales, en muchos territorios no hay conectividad, no hay luz, pero tampoco hay diversión… Es importante la matemática, pero también es importante que estemos reconciliados. Todos estos escenarios se unen para poder pensar de manera estructural las brechas para el acceso a la educación”.

Las tasas de repitencia escolar para la población víctima son dos puntos porcentuales superiores a las de los demás niños, y también son superiores las de deserción y abandono. Es importante recordar que el 19% de todas las personas que están registras como víctimas del conflicto armado son menores de edad. (Ver anexo 1, datos por departamento)

Educar a las nuevas generaciones para la paz es una apuesta por desnaturalizar la violencia y por cerrar las brechas en las zonas rurales, empezando con el reconocimiento de que no todas las comunidades educativas, las regiones o las personas necesitan o quieren lo mismo. Y una prueba de ello la encontramos en Tanguí, un corregimiento del municipio de Medio Atrato (Chocó) donde con la intervención basada en la escucha de la comunidad escolar, y de la ciudadanía, esa sola comunidad ayudó al país en el cumplimiento de varios objetivos de desarrollo Sostenible ODS.

Según la rectora de la institución educativa del municipio, Luisa Moreno, quien también dirige otras 11 sedes educativas en Chocó, los chicos permanecen en la escuela mientras que tengan alimentación y amor. “Hay que enamorarlos”, enfatiza. Sobre los proyectos productivos que se integraron a su cultura y saberes ancestrales comenta: “Las azoteas⁵, les sirven a los chicos para convertirse en emprendedores. Cada niño, al graduarse debe tener una azotea en su casa. El producto de las mismas se usa como complemento a la alimentación escolar”. (Ver video)

• Los y las niñas dejaron el trabajo en la minería ilegal, prefieren estar en la escuela, ocupan su tiempo libre, lo que los aleja del reclutamiento forzado ODS: erradicación de trabajo infantil, en una de sus peores formas.
• Ahora, prefieren ir a la ODS: Permanencia y éxito en los logros educativos.
• Se apropiaron de sus saberes, que los unen a la naturaleza y la misma comunidad sembró y cuida las azoteas que les proveen alimentos a los estudiantes, cerrando las brechas de hambre y fortaleciendo la ODS: soberanía alimentaria.

“Educapaz dijo: aquí toca incluir a la familia, a la comunidad y a la escuela… Ahora, muchos padres de familia están trabajando en conjunto con la escuela que se ha convertido en una esperanza de vida para muchos estudiantes. Cuando yo llegué aquí hace unos 5 años había unos muchachos que terminaban el grado noveno. Sus mamás no los mandaban a Quibdó, por el orden público, entonces se me vino esa idea ‘pero si ya me capacitaron para la media rural yo puedo darles clase a esos niños y que terminen su bachillerato sin necesidad de ir a riesgo’. Me siento orgullosa porque estoy contribuyendo al desarrollo del país”, señala Mariluz Palacio, docente de la IE Diego Luisa Córdoba Pino sede Tanguí, Chocó. (Ver video)