Una sociedad como la nuestra, en la cual las preocupaciones, situaciones de estrés y mala alimentación siempre se van a ver rodeadas por alteraciones digestivas que, en muchos, son inespecíficas.
Es por eso, que cada día el uso de las plantas medicinales por parte de las personas que padecen dichos síntomas, se hace más común, máxime si tenemos en cuenta que el uso indiscriminado de medicamentos está produciendo serios efectos secundarios en la salud de nuestra población.
Tal es el caso de la yerbabuena, una planta que desde que fue traída a Colombia por los españoles ha gozado de buena reputación en lo que hace referencia al manejo de síntomas digestivos, dada su actividad estimulante y que en verdad merece ser materia de investigación.
Esta planta ha venido siendo cultivada en los «solares» de las casas y utilizada en forma muy amplia por un gran número de personas, las cuales se han beneficiado de manera importante de su acción estimulante.
El nombre científico de la yerbabuena, como es conocida comúnmente, es Mentha viridis o también Mentha piperita, de la cual se extrae la Mentha. Sus hojas tienen olor y sabor pronunciados característicos de esta especie, debido a la esencia que contienen.
Esta esencia o aceite esencial está constituida principalmente por 50% de mentol y 5% de ésteres bajo la forma de butirato, valerianato y aceite de metilo. La esencia se extrae por destilación de las hojas y de las sumidas floridas.
Muchos reconocidos científicos, al referirse a los principios activos de la esencia de la Mentha piperita indican que tiene: mentol, acetato de metilo, isovalerianato de metilo, mentona, cinol, pineno, 1limoneno, cadineno, felandreno, acetaldehído, ácido acético y otros ingredientes.
El porcentaje de aceite esencial, así como el de mentol, cambian según la variedad y su cultivo. El extracto de yerbabuena tiene una clara actividad estimulante digestiva y mejora considerablemente las sensaciones de plenitud epigástrica y de distensión abdominal.
El mentol que contiene la yerbabuena es el principal componente del aceite esencial y tiene propiedades antibacterianas y antiparasitarias, el cual, disuelto en alcohol, ha mostrado ser eficaz contra la tiña.
El té de yerbabuena genera gran alivio en los ataques de asma, como también ha demostrado propiedades antiespasmódicas sobre el músculo liso del aparato digestivo y otros órganos siendo eficaz en el manejo de cólicos.
El azulejo que contiene la esencia de yerbabuena es antiinflamatorio y curativo de úlceras.
Externamente, la esencia de menta y mentol forman parte de bálsamos, aceites para masaje y linimentos calmantes del dolor.
El mentol es refrescante y anestésico cuando se aplica a la piel y aumenta el flujo sanguíneo de la zona tratada. Las inhalaciones de la planta o de su esencia son eficaces contra catarros de vías respiratorias altas y catarro bronquial, y se ha encontrado que la menta aumenta la capacidad de concentración.
La yerbabuena se puede consumir en infusión o en cocción directa pudiéndose asociar a otras plantas que posean indicaciones similares o complementarias.
Del buen uso que demos a las plantas, como la yerbabuena, dependerá en gran parte el hecho de que podamos designar a muchas de estas especies como plantas medicinales y se puedan utilizar en el manejo de un sin número de enfermedades.
Siempre es importante estar orientado por un profesional conocedor de sus propiedades terapéuticas, para que no caigamos en lo que comúnmente pasa, y es que por su mal uso y dosificación se presentan casos de intolerancia o de efectos secundarios, recordemos que el hecho de que sea natural no implica que no pueda producir reacciones adversas.