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Política*Reflexiones educativas IV. PENSANDO EN VOZ ALTA.

*Reflexiones educativas IV. PENSANDO EN VOZ ALTA.

Por JAIME DIEGO BEDOYA

Dijo Mafalda: “Mi abuela quería que yo me educara y por eso no me mandó a la escuela”. Esta caricatura nos la restregaban los profesores de la facultad de educación, hasta el dolor. Ahora, como la escuela fracasó, debe buscarse la multicausalidad y génesis del fenómeno. El mayor responsable es el Estado y no me refiero a las repetidas cursilerías sobre dotación y locales inapropiados, que sí influyen y muchísimo, pero no son definitivos.

Miremos lo que en epistemología llamamos factores subjetivos y objetivos. En el proceso formativo de los educandos, la familia y los docentes son protagonistas de primer orden y, en muchos casos, los docentes tienen que asumir la tarea solos porque no existe familia, dado que bastantes niños son hijos de madres solteras, viudas o abandonadas, que salen muy temprano a buscar el pan y regresan cuando los hijos duermen. Esas pobres criaturas casi siempre permaneces solas. Y, en el mejor de los casos con una abuela o una vecina que “les pone cuidado”. Tristemente la hermosa familia de papá y mamá que animan, apoyan, orientan y protegen a los hijos, casi desapareció.

El maestro no puede cambiar esa dolorosa realidad de los niños sin techo digno, ni compañía o de sus padres carentes de trabajo. Es lo objetivo. Pero, cómo va la relación con los estudiantes y sus padres; la preparación de la clase, la puntualidad al trabajo, el manejo humanizado de la disciplina; la corrección de las pruebas y su retroalimentación, el mejor camino para que ellos descubran y corrijan el error; qué hay de las actividades curriculares, tan poderoso plus formativo, lo subjetivo.

El magisterio colombiano libra una lucha digna, legítima y necesaria por mejorar sus condiciones laborales. Pero descuidó la exaltación ética de la profesión. Políticamente el cuerpo docente es izquierda sindical y derecha política porque en ambos bandos encuentra prebendas. Como vemos, toda la responsabilidad no es del Estado, a pesar de que tenga la peor parte.

La gran debacle empieza por las Escuelas Normales y sigue en la Facultad de Educación. Tema que será materia de la columna siguiente.

**No hay para comida ni vacuna y derrochan dinero en alumbrado navideño que, si bien es hermoso, no es prioritario para nadie. Ni se diga de las millonadas propagandísticas de la presidencia tratando de mejorar inútilmente lo que no tiene cura.

Jaime Bedoya Medina.

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