Por JAMES FONSECA MORALES –Vigía Cívica
En una semana propicia para la reflexión, vale la pena detenerse en las cifras sobre la situación económica, de la encuesta de percepción ciudadana, fase 3, del programa Pereira Cómo Vamos. Inquieta el resultado de las respuestas a la pregunta: Las cosas en la Ciudad -de Pereira-, en general, ¿van por buen camino o por mal camino?, el 41,1%, de los 1.276 pereiranos encuestados, consideran que las cosas van por mal camino, esto es un aumento cercano a 10 puntos, sobre el 31,5%, que opinaron igual en la fase 1, en octubre de 2020.
Otra cifra que produce escalofrió es la de las respuestas, cuando se les preguntó si, por causa de la cuarentena, ¿algún miembro de su hogar perdió el empleo que tenía?, el 70% respondió que sí.
Estos resultados se inscriben dentro de las proyecciones de FEDESARROLLO, para toda Colombia, que señalan que, en este año 2021, seis millones de colombianos llegarán a la condición de pobreza monetaria, con lo que esta cobijará entre el 47% y el 49% de los colombianos. Predicción catastrófica, que significan que, casi la mitad de la población colombiana, estaría llegando hoy, de manera acelerada, a la situación de pobreza, como efecto de la pandemia, entre otras causas simultaneas.
Aunque aún no hay cifras claras, también deben inscribirse dentro del cálculo del impacto del COVID-19 y el aislamiento obligatorio en el mercado laboral colombiano, desde la perspectiva de género, que, según un informe presentado por el DANE y el Departamento de Economía de la Universidad Javeriana: “afecta a hombres y mujeres de manera diferente. Por lo tanto, las mujeres podrían enfrentar un costo económico desproporcionadamente mayor que los hombres”.
Otro factor que abulta la crisis de los colombinos y, en consecuencia, de los pereiranos, es la pobreza oculta, cuya fisonomía, según el doctor en economía, César Sánchez, citado por El Tiempo.com en el Foro Social: pobreza oculta en el corazón de Bogotá; es: “Bajos ingresos, poca participación social, desempleo y, en unos casos, la vergüenza de aceptar que se está en condición de vulnerabilidad y necesita ayuda, pese a que posee una vivienda en un estrato alto, son algunos de los aspectos que representan a una persona con pobreza oculta”
Además de los fenómenos anotados, los antecedentes locales y regionales hacen parte del cuadro. De acuerdo a las cifras del Censo de Población y Vivienda; en 2018, Risaralda tenía diez de sus 14 municipios con niveles de pobreza multidimensional, que es otra forma de medirla, superiores al 30%.
Los fenómenos sociales que las formas de pobreza descritas van a engendrar deberían ser el primer motivo de reflexión para nuestros gobernantes que tienen el deber de lidiar con ellos, mientras, entre todos, buscamos la reactivación económica.