Por GABRIEL ÁNGEL ARDILA
Un médico atropellado por borrachos, salió herido de una consulta de los exaltados visitantes a un consultorio, y eso que en Medellín había toque de queda y se aplicaba «Ley Seca»… La pandemia no abre el pensamiento sino que parece nublar más a tanta población inteligente. Y luego se quejan por la falta de autoridad y medias más drásticas para … ¿aterrizar lunáticos?
Fueron 2.300 sancionados en Medellín de cerca de 4.800 infractores en Antioquia durante el fin de semana de Reyes, mientras los centros de salud van al tope de ocupación de camas hospitalarias por Covid. Cientos de lugares de «rumba» demandaron de la acción de control por la autoridad que dijo haber hallado ahí gente sin ninguna prevención en salud y consumos de alcohol y otros alucinógenos.
El mundo irremediablemente muerto de la risa por la pandemia.
De otro lado, esos que acumulan delitos suficientes para acogerse a la justicia especial para la paz, demostraron que nada los paraba y luego de asesinar a gusto, levantar con cilindros-bomba poblaciones alejadas, extorsionar, engordarse con el abigeato y toda la amplia gama de sus ricos prontuarios, ahora exigen protección a sus vidas.
Que exijan a ese tan burlado sistema de justicia de su país proteger sus vidas y dar más de lo que han demostrado estar dispuestos a dar en ese engaño de paz al que entraron para no seguir matando, sin dar su ofrecida verdad y sin reparar a nadie.
¡Pero el gobierno si tiene el deber de garantizar su seguridad y sus otros derechos!
Y todo de cuenta suya y mía, que estamos llamados a pagar por vía impuestos o por cualquier forma de presión extorsiva, sus opulentos delincuenciarios tan rentables en esta sociedad santurrona (no escribí santista).
Mientras alegan y exigen quejándose por todo, a usted y a mi solo nos queda pagar para que les sigan girando mesadas, pagando la seguridad social e inventando disculpas para «proyectos» de muy productiva expansión de cultivos ilícitos y todas sus marrullas, porque bien dice el adagio popular: «Vaca ladrona…
Y seguirán sus risas con la feria de dones sociales, capitales y politiqueros a los vecinos que todo invaden y exigen «limosnas con escopeta».