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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadSANCOCHO COLOMBIANO: HISTORIA Y TRADICIÓN

SANCOCHO COLOMBIANO: HISTORIA Y TRADICIÓN

 

El sancocho es considerado uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía colombiana.

Este plato representa una rica mezcla de tradiciones, culturas y raíces que definen la identidad de Colombia.

Su historia, su preparación y su presencia en la vida cotidiana lo han convertido en un símbolo de unidad y celebración.

El origen del sancocho se remonta a épocas anteriores a la llegada de los españoles al continente.

Antes de la llegada de los españoles, las comunidades indígenas utilizaban la cocción en agua para preparar alimentos, un método práctico y nutritivo que suavizaba los ingredientes.

Durante la colonización, esta receta evolucionó con la incorporación de nuevos ingredientes traídos por los conquistadores, como la carne de cerdo, el ajo, la cebolla, etc., que enriquecieron los sabores originales.

Los africanos traídos como esclavos a nuestras tierras, introdujeron técnicas de cocción lenta y el uso de las especias, lo que aportó mayor profundidad y complejidad al plato.

El término “sancocho” proviene de la lengua quechua, de la palabra “sango” que hace referencia a una mezcla espesa de alimentos, mientras y “uchú” que se refiere al ají o salsa picante.

Con el tiempo, el término evolucionó para describir el plato actual, que se caracteriza por su preparación generosa con carnes (pollo, cerdo, res o pescado), tubérculos como yuca, papa y arracacha, plátano y una variedad de condimentos. La receta varía según la región, adaptándose a los ingredientes disponibles y reflejando la diversidad cultural del país.

Durante siglos, el sancocho ha sido un elemento central en la dieta de las familias colombianas.

En las zonas rurales, se convirtió en plato típico del almuerzo diario. Los ingredientes podían variar dependiendo de la disponibilidad de los ingredientes y la bebida que tradicionalmente acompañaba esta comida era la “aguapanela”, bebida que se prepara con panela disuelta en agua caliente o fría. En las comunidades rurales, los domingos se diferenciaban del resto de la semana, ya que el sancocho era sustituido por un “sudado” de carne, considerado un lujo. Las ensaladas y los jugos eran un privilegio reservado para las familias más acomodadas, lo que subraya la sencillez y la humildad de la dieta popular.

El sancocho también está profundamente ligado al tradicional “paseo de olla”, una actividad típica de las reuniones familiares o entre amigos. En estos encuentros, la preparación del plato se trasladaba al aire libre, a las orillas de ríos o quebradas. Grandes ollas se utilizaban para preparar el sancocho sobre fogones de leña improvisados, mientras las personas compartían historias, risas y juegos  esperando que el plato estuviera listo. Este ritual no solo fortalecía los lazos sociales, sino que también destacaba el papel del sancocho como un elemento de cohesión comunitaria.

El sancocho ha adoptado distintas formas en cada región del país, reflejando la riqueza natural y cultural de Colombia. En Antioquia, se destaca la versión trifásica con carne de res, cerdo y pollo; en la costa Caribe, el sancocho de pescado se complementa con el sabor del coco; y en el Valle del Cauca, la gallina criolla es la estrella del plato. Estas variaciones no solo muestran la creatividad culinaria, sino también la adaptabilidad de un plato que se ha mantenido vigente a través de los siglos.

Este plato, nacido de la mezcla de culturas y adaptado a las necesidades de diferentes épocas, es un símbolo de resiliencia, unidad y orgullo. Su preparación y consumo aun constituye una experiencia que conecta a las personas con sus raíces, con la tierra y con la comunidad. Es un reflejo del pasado y una promesa para el futuro, una celebración de la diversidad y un recordatorio de los valores compartidos que caracterizan a Colombia.

1 COMENTARIO

  1. Apreciado Javier, que encantadora forma de recordarnos las costumbres montañeras, que hoy se mantienen por fuerza de la costumbre.

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