El dos de julio, fecha de mi cumpleaños es la mitad exacta de los años no bisiestos, son 182 días antes y después de esa fecha; en este año bisiesto son 183 días hasta el 2 de Julio y 183 días después de esta fecha. Mis hijos en un grato gesto de generosidad decidieron enviarme de paseo en avión a Santander, a rememorar mis años de aprendizaje de la vida y la docencia en esa hermosa región, que me formó en todo lo que como adulto soy; sugerí a mis hijos hacer el viaje no en la fecha citada sino en otra, y no en avión, sino por tierra, invité a esa excursión a nuestro director y editor del Opinadero y a su esposa Solángel, también intenté hacer una excursión familiar a esas recias tierras, pero no lo logré.
Con Fernando Cardona y esposa viajamos como pasajeros el jueves 25 de julio en las horas de la noche, y regresamos el pasado sábado 3 de agosto en las horas de la mañana. En San Gil, fuimos acogidos por Esperanza Méndez, desde mis primeros años de docencia en la histórica ciudad, recibimos la generosa y sincera amistad de sus padres y su familia incluida ella.
Para iniciar a mis amigos en el conocimiento de la cultura, historia y culinaria de la región, primero recorrimos el municipio a pie, visitando a viejos amigos en la ruta al Colegio Guanentá, y a la gruta de la virgen en la parte alta del pueblo; después de almorzar visitamos los nuevos centros comerciales y recorrimos el malecón, sede de las actividades náuticas que se realizan en el río Fonce, entre ellas el canotaje; además visitamos la esquina de la Cruz (Foto 1), donde estuvo expuesta la mano izquierda del caudillo popular José Antonio Galán, cuyo cuerpo fue descuartizado y exhibido de manera afrentosa en los pueblos donde luchó, en un vano intento de los tiranos por amedrentar a los nuevos revolucionarios, queriendo mantener el dominio político y el saqueo económico sobre estas tierras.
Las poblaciones que visitamos: Charalá, Valle de San José, Paramo, Curití, Pinchote, Barichara, Guane, Villanueva pertenecieron a la antigua provincia guanentina, cuya ciudad principal fue San Gil (las provincias fueron la forma de organización de las ciudades en la época de la Constitución de 1832, la que restableció la Nueva Granada después de la disolución de la Gran Colombia), (nota 1).
También visitamos ciudades de la antigua provincia comunera (llamada así en memoria de la revolución comunera, primer intento de independencia del yugo español), entre ellas El Socorro, que fue su capital, desde allí nos deslazamos hacía Confines, en una camioneta que es el transporte habitual para esta población (aunque también hay busetas modernas, en una de las cuales regresamos al Socorro).
Confines fue fundada en 1773: “por un oficial español llamado Mateo Franco; el territorio era habitado por los indios Guanes quienes pertenecían a las tierras mandadas por el cacique Chanchón quien residía en el que hoy es El Socorro. Su primer nombre fue San José de las Culatas, por encontrarse estas plantas espinosas en el territorio, más tarde se llamó Confines, por haber sido un sitio de confinamiento o cárcel de los españoles” (www.colombiaturismoweb.com).
Confines queda sobre la vía troncal que une a El Socorro con Oiba, del sitio conocido como tapias sale el ramal que llega al pueblo, son solo 3.5 kilómetros hasta su casco urbano, vía en que es fácil ver antiguos muros de piedras mohosas, usados como cercados. Confines fue declarado Monumento Nacional en 1977; su primer nombre se originó por una mata con espinas:” pero luego se llamó por confines porque en tiempo de los españoles acá se localizó una cárcel muy temida, a donde traían los presos de la región a confinar, es decir a terminar de pagar la pena” (viajarenverano.com/confines).
La iglesia de Nuestra Señora de Chiquinquirá de Confines tiene una sola torre (Foto 2), está construida en piedra maciza y techo de caña brava y teja de barro, tiene más de 200 años de construida (Foto 3).
Entre las historias que uno podría llamar pueblerinas, está la de una casa ubicada por el sector de la antigua fábrica de cementos Hércules en San Gil, una rústica vivienda cuya propietaria mejoró con murales de aves de vivos colores (Fotos 4 y 5), la dama en cuestión nos contó la historia.
Confines es un hermoso, colonial e histórico municipio (uno de los tantos bellos y pequeños municipios santandereanos, llenos de historia y tradición), al llegar nos recomendaron visitar la gruta de la Virgen, que no tiene ni punto de comparación con la San Gil, allí también está ubicada una estela de piedra que recuerda el paso del libertado Simón Bolívar por este territorio (foto 6), donde incluso pernoctó una noche, en una casa (Foto 7), que hoy es sede de una discoteca y cuyas propietarias quieren vender a alguien que la restaure y mantenga como patrimonio histórico del municipio, pues les han ofrecido comprarla para tumbarla y construir allí un inmueble moderno, oferta que ellas rechazan.
La otra historia nos la contaron las propietarias de la casa donde reposó Bolívar, tienen en su vivienda una estatua de una virgen (ver video 1), que según su versión fue desechada por el nuevo párroco de la única iglesia, quien al llegar al pueblo hace unos 5 años, cambió la imagen existente en el templo, la de la virgen de Lourdes por imagen de la virgen de Chiquinquirá, patrona de la iglesia, una estatua más moderna, en materiales más livianos, y sugirió enterrar la vieja imagen más pesada (seguramente, para no destruirla a golpes), por lo que las damas en mención, le pidieron entregársela a ellas que en su casa guardan devotamente la antigua imagen, allí recibe continuamente visitas de las personas que le rinden culto.
Quisimos visitar el templo para conocer la nueva virgen, pero no estaba abierto, porque según las mismas damas, debe mantenerse cerrado, para que no se realicen en su interior actos indecorosos al parecer sexuales, y por la premura del tiempo no pudimos localizar al sacerdote para escuchar su versión en el caso de la virgen descalificada.
Conocimos en el municipio a una dama que trabaja en una oficina de abogados, la única de la localidad, quien nos ofreció un libro sobre la historia de la ciudad y nos aseguró que en esa localidad se filmó parte de la serie de televisión de las Hinojosa.
San Gil y en general la provincia Guanentina, son un destino turístico y comercial de primer nivel, hay establecimientos comerciales y hoteles para todos los gustos y bolsillos, solo en Barichara hay 140 establecimientos entre hoteles y hostales, la propiedad raíz tiene precios carísimos: en Curití, preguntamos por el precio de una vivienda de estilo colonial con paredes de tapia, techo de caña brava, tejas de barro y pintada con cal, por ella pedían 1.200 millones de pesos, al preguntar una casa del mismo estilo en Guane contestaron que valía 500 millones, por la casa donde pernoctó Bolívar piden 300 millones, ni hablar del precio de una vivienda de esas en Barichara, ciudad llena de extranjeros residentes, y otros que la visitan y recorren sus caminos reales.
San Gil y algunos municipios aledaños como Pinchote, Curití y Barichara están creciendo de manera vertiginosa, están inundados de venezolanos, seguramente con poco sentido de pertenencia por ellas, y en sitios como el Parque Gallineral en San Gill se nota el abandono y el deterioro que han sufrido en los últimos años.
Siempre es maravilloso regresar a Santander, donde hice y conservo muy buenas amistades, es reconfortante dar y recibir afectuosos saludos y abrazos a viejos amigos, compañeros de licenciatura y ex -alumnos. La grata compañía, el buen humor y la generosidad de Fernando y Sol hicieron de este un viaje maravilloso (que hubiera sido perfecto de haberme acompañado mi señora Margarita), disfrutamos de una región turística y comercial, donde el visitante es acogido con calor y simpatía en un ambiente de seguridad.
Por otra parte, éste viaje fue esclarecedor y me dejó un sabor agridulce; cada vez que retorno a Santander encuentro menos amigos, ya han fallecido algunos de ellos o sus esposas, a varios de ellos no los pude ver, porque no pudieron recibirme por problemas de salud, o porque no estaban en la ciudad; volví a ser consciente de mi propia edad y fragilidad; varias de mis viejas amistades, con el paso de los años se han difuminado por falta de contacto, o aun teniéndolo, no obstante mi corazón guardará con eterna gratitud a esas persona que me dieron la mano y me ayudaron a ser lo que soy, porque como dijo alguien: ” se deben grabar las ofensas en la arena, y las gratitudes en mármol”.
Este viaje, de añoranza a las tierras de mis años de adulto joven, bien pudo ser el último; la salud que hoy es mi gran tesoro, podría declinar y ser el impedimento de retornar una vez más; mi edad me hace comprender que ya no tengo años, ni quizá meses para programar nuevas actividades, y que tal vez, solo me quedan pocos días antes de abandonar este planeta.
Si en realidad este fue mi último viaje a la región santandereana, parodiando a Neruda podría decir: mi alma no se contenta con haberla perdido, aunque esta sea la última alegría que de ella me cause, y estos los últimos párrafos que yo le escribo.
En síntesis: acompañé a dos amigos a conocer a Santander: sus gentes, su cultura, gastronomía e historia, y valorar sus Caminos Reales, espero que pronto se me unan y proclamen con altivez como yo: soy un orgulloso risaraldense -santandereano.
Notas.
1-1001 cosas sobre la historia de Colombia que todos debemos saber, Eugenio Gutiérrez -Miguel Ángel Urrego, Círculo de lectores S.A. intermedio editores, Santa Fe de Bogotá 1995 página 101.
2-Video cortesía de Fernando Cardona y Solángel López.
Danilo Salazar Ríos.
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Hola Sebastián : mil gracias por su comentario, la San Gil de antaño está algo descuidado, pero es más turística y conocida que hace años, y muy cierto, esos pequeños pueblos siguen siendo oasis de paz, no pude visitar Ocamonte, un pueblo al que me iría a vivir a ciegas.Mil saludos y bendiciones
Me identifico plenamente con lo del sabor agridulce después de visitar Santander. Me pasó lo mismo. No iba a Santander, la tierra de todos mis ancestros desde hacía como 22 años. Me encontré con un San Gil que parece otra ciudad. Ha crecido mal ,tristemente. Unas carreteras desbaratadas. En fin. Menos mal los bonitos recuerdos de infacia están ahi muy claros. Y menos mal tenemos todavía pueblitos como Confines, Guane o Cabrera en donde el tiempo se ha detenido.
Qué grato es regresar, a los sitios en los que se han vivido días inolvidables.
Como dice la canción, recordar es vivir, y es aún más maravilloso, cuando se añora a los viejos amigos.
Hola don Néstor: es cierto, ver a los viejos amigos es gratificante, sobre todo cuando uno sabe que de ellos recibió ayudas para su vida, es bueno recordar esas manos amigas, y escribir los correspondientes agradecimientos en mármol.
Que gratas remembranzas y que gesto solidario para con nuestro director. Lo enaltecen a altas dimensiones.
Don Marino: mil gracias por sus palabras, la verdad es que viajar con un amigo es una experiencia maravillosa, por otra parte soy muy afortunado, no he tenido que grabar insultos en la arena, y este viaje será otra gratitud para añadir a todas las que he grabado en mármol .Mil saludos y bendiciones.
Definitivamente se queda uno con las ganas de conocer todos esos sitios mencionados,con otros que se puedan visitar ,tienen mucha historia y gran riqueza cultural!
Cierto apreciado Fernando; pero UD ya tiene la motivación y el interés, solo falta armar la agenda y ver en vivo y directo las hermosas breñas santandereanas. Seguro no se arrepentirá del viaje.Mil saludos y bendiciones.
Muy entretenida crónica, creo profe que quedo corto, la gesta de independencia, la cocina, cañon chicamocha ?
Hola Jhon Jairo, este fue como un resumen, pero indudablemente un viaje a Santander podría dar lugar a muchos escritos, incluso un libro, trataré de hablar de otros temas con posterioridad.mil saludos y bendiciones.
Cómo siempre, muy grato y lleno de anécdotas e historia si relato, padre, que bueno saber que valora con tanto fervor el lugar que le otorgó la posibilidad de crecer…mil bendiciones
Hola hijo: nuestra historia familiar no sería igual de no haber vivido en Santander, nuestras vidas fueron cambiadas para bien, realmente pienso que la tierra santandereana, sus gentes y cultura nos hicieron mejores seres humanos y nos aportaron el amor por la historia, el apego al terruño y sus tradiciones y el amor por la musica colombiana..Mil abrazos y bendiciones.
Mil gracias querida Martha por su generosidad para conmigo. Volver a Santander es para mi regresar a mis primeros años de padre de familia, docente y ciudadano comprometido con la educación como fuente de progreso social y de democracia.Mil saludos y bendiciones.
Que bueno regresar a la tierra q nos a dado tanto,visitar amigos y sitios que nos traen tantos recuerdos.
Don Danilo lo hace con el Corazón lleno de gratitud y con la experiencia del docente entregado a su labor.