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Director Fundador

HumorSe juntaron en el crematorio

Se juntaron en el crematorio

Por: Carlos Alberto Cardona

CONTRACRÍTICA: Con Humor, Amor y…. Ardor

Los astros se alinearon en una madrugada del caluroso mes de julio de 1975, en un lugar de la mancha, (La manchada geografía nuestra), de cuyo nombre sí me acuerdo pero no me atrevo a decirlo (Por seguridad), cuando nacieron tres niños que durante sus vidas estarían relacionadas, aunque no se conocieron.

Ese día, en una importante clínica de exclusivo servicio para medicina prepagada y con todos los recursos tecnológicos y científicos actuales, a las 5.35  a.m nació Carlos a quien en su aristocrática relación familiar, decidieron en delante llamarle Charly, como referencia de cariño afecto y ternura.

A la misma hora, en la sala de partos de un hospital satélite al sur de la ciudad nació otro niño que llenó de felicidad a sus padres, y a quien también le bautizarían Carlos, pero como se acostumbra en el populacho enfurecido, como señal de cariño, afecto y ternura en adelante le llamarían Kaliche.

También a las 5.35 a.m. en una habitación de inquilinato en un barrio de invasión, una partera recibió en éste mundo a quien su madre soltera, vendedora de tomates en un esquina de la plaza principal, decidió acristianarlo con el nombre de Carlos; cuando el bebé dio su primer grito, una rata saltó por encima de la mesita de noche y se llevó en el hocico un trocito de morcilla que quedaba de la única comida que tuvo ese día la mamá, desde entonces “Chapiaron” al niño con el horrible apodo de ““La Rata””. Así, Charly, Kaliche y “La Rata”, ingresaron a las estadísticas el DANE como parte del censo de población nacional.

Durante los primeros meses Charly recibió  leche materna, luego tetero con leches importadas, y compotas para fortalecer su nutrición; a  kaliche le daban leche materna, tinta de fríjoles, y claro  todas las vacunas; a “La Rata”, solo teta.

Cuando fueron creciendo Charly tuvo un brote que fue diagnosticado como manifestación alérgica por alguno de los alimentos; Kaliche también tuvo un brote extraño, los médicos dijeron que era  carranchil, y curiosamente, “La Rata” también tuvo un brote, las vecinas dijeron que eso era roña.

Antes de cumplir los diez años, Charly manifestó una inusual inapetencia por presencia de protozoos, helmintos y ectoparásitos por lo que fue necesario darle un tratamiento antiparasitario.  A kaliche también la pasó lo mismo y como la ingesta se redujo fue necesario purgarlo; “La Rata” en cambio, algunas veces comía, era alérgico al agua de panela, y cagaba lombrices.

En la época escolar  Charly ingresó al colegio de más prestigio, desde el preescolar hasta recibir su titulo de bachiller y su ingreso a una poderosa universidad de la capital, allí, cursaría la carrera de economía. Kaliche fue a la escuela del barrio y cursó bachillerato en un colegio oficial, hasta endeudarse con el Icetex para matricularse en una universidad pública y estudiar humanidades; en cambio “La Rata”, ingresó a la escuela, pero del crimen, pasó por el colegio pero por el anden del frente, y la universidad fue el sitio de negocios en donde vendía a pepas, yerbas y otras porquerías.

En su juventud, Charly  era algo tímido, no se le conocieron novias de colegio, hasta algunos creyeron que era medio maricón, pero  llegó el día cuando quedó flechado y contrajo nupcias matrimoniales con una esbelta dama  de refinadas maneras, cuerpo 90 60 90, rostro angelical y recientemente graduada en odontología; Kaliche se enamoró de la gordita del barrio, quiso formar un hogar y llevo a su amor de blanco al altar; en cambio “La Rata” estaba “tragao” hasta las medias  de la hija de la vecina, a quien en un descuido preñó y le tocó “arrejuntarse” para responder.

Ya en el nuevo siglo, Charly decidió hacer otra carrera para mejorar sus condiciones  familiares; Kaliche no hizo más carreras porque ganaba solo para sobrevivir, apenas alcanzó algunos cursos en el SENA, y “La Rata” hizo carreras, pero para huir de la policía que lo tenía  fichado.

Cuando llegó la gran crisis económica del 2008, Charly tuvo que cancelar algunos negocios importantes, tuvo que recurrir a tráfico de influencias.  Kaliche fue despedido de la fábrica donde trabajaba porque quebró y cerraron, hubo de recurrir a pago de coimas y sobornos a un concejal, dos diputados y un candidato al congreso para que le consiguieran un contratico en la gobernación; “La Rata” también entró en crisis, mejor, entró en la cárcel porque lo pillaron en una vuelta.

En el último año Charly padeció de una extraña enfermedad, de las que llaman huérfanas, su cuerpo acusaba discontrol motor y los temblores eran súbitos y cada vez más intensos. Kaliche también enfermó, había cogido un terrible paludismo por lo que la sudoración y los temblores eran muy fuertes. “La Rata”, igualmente, enfermó, no se sabe de qué, apenas “chapaliaba”.-

En los tres quedaron secuelas piscológicas y orgánicas que se agravaron en julio de 2020 cuando en el lugar de la mancha, la gente se protegía de una pandemia por un virus que se mataba con jabón. Charly  llegó en una ambulancia privada a la prestigiosa clínica en donde había nacido, un síntoma de su enfermedad era dolor en el pecho y una soltura estomacal. Kaliche llegó en taxi a la congestionada sala de urgencias del hospital central, sus síntomas eran dolor en el pecho y diarrea. “La Rata” también llegó a urgencias, pero en una bicicleta robada; tenía dolor en el pecho y unos “cursos” lo más de berriondos.-

A las 11.30 de la noche la junta médica de la  exclusiva clínica reportó el fallecimiento de Charly por infarto fulminante de miocardio. En las urgencias del hospital central el celador dio  cuenta de la muerte de Kaliche, los médicos dijeron que fue una obstrucción esofágica; por su parte, en la otra sala de urgencias  “La Rata” se “Chuletió” porque le hicieron un tiro al aire, la bala le perforó un pulmón.

A las 5 de la tarde, el cuerpo sin vida de Charly llegó a la puerta del horno crematorio, envuelto en bolsas de cuero fino, El cuerpo de Kaliche llegó en una bolsa negra, y en seguida llegó cuerpo de “La Rata”, envuelto en papel periódico y una sábana sucia. Cada cuerpo, uno junto al otro, los tres solitos, tenían una etiqueta con letras rojas grandes: OJO: NO TOCAR. MURIÓ DE COVID 19.-. 

Así, mientras los operarios del crematorio comentaban sobre  la espantosa tragedia de la pandemia, las almas de los tres difuntos siguieron caminos semejantes: Charly es un espíritu en busca del perdón divino, Kaliche es un alma en pena, y “La Rata” se cocina en bajo, en la  sexta paila del infierno.-

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