Paralelo a las campañas presidenciales se realizaron los procesos para elegir congresistas de la república. Por lo general todas las campañas son competidas y llenas de efervescencia; pero estas tuvieron la particularidad de tener una gran cantidad de buenos candidatos en los diferentes partidos dado que decidieron no tener candidatos de relleno y eso le dio más competitividad a la campaña electoral. La sorpresa es que, de poder tener representantes a la cámara por cuatro partidos, esta vez solo dos partidos se repartieron la torta, liberales y Alternativos tendrán nuestra representación a través de Diego Patiño, Aníbal Hoyos, Alejandro García y Carolina Giraldo. Tres de ellos van por primera vez, repitiendo solo Diego Patiño por el Partido Liberal, por el Senado de tener tres senadores nacidos en la región, pasamos a solo tener la representación de dos, Juan Pablo Gallo por el Partido Liberal y Sammy Meregh por el partido conservador, estos seis congresistas tendrán una responsabilidad, pero en medio de una gran participación de votantes que además de votar por una persona en especial, están suplicándoles a todos los elegidos que independientemente de sus partidos, vayan a Bogotá a buscar muchos más recursos para el departamento. A diferencia de décadas anteriores, los parlamentarios de la región tenían grandes disputas partidistas, pero entre ellos sacaban grandes proyectos regionales, como el caso de unirse políticamente los de Pereira para sacar adelante el departamento de Risaralda. Desde ese momento vimos relucir grandes cosas para el recién nacido departamento a pesar de muchas diferencias de partidos. Desafortunadamente fueron muriendo esos dirigentes y sus reemplazos se fueron convirtiendo en defensores de sus propios nichos y no favorecían a la región con tal de no tenerle que endosar ayudas a gobernantes locales que se beneficiaran de sus gestiones. De allí el atraso en nuestras vías terciarias, las dobles calzadas, la falta de hospitales, centros educativos y desarrollo agropecuario de los municipios del departamento entre otros temas, que requieren mucho músculo financiero desde la capital de Bogotá. En el borrón y cuenta nueva, se les abona a algunos congresistas nuestros lo bueno que han aportado al no ser egoístas y moverse políticamente de manera individual, pero siendo generosos en obtener recursos que nos beneficien a todos. Es por eso que la RAP del eje cafetero debe ser quién sirva de sustento al inventario de necesidades de la región, en eso el gobernador Tamayo y sus funcionarios de esa institución han hecho un ejercicio juicioso. Si trabajamos unidos los putos clave de la agenda, los nuevos congresistas tienen la obligación moral de trabajar aspectos prioritarios obteniendo recursos del orden nacional y los jalonados por la RAP, independientemente de su gestión política partidista. Así que manos a la obra, no solo los electores estaremos agradecidos, sino también el conglomerado de ciudadanos que vivimos en este privilegiado terruño.